José Luís Nunes Martins
¿Tendré yo razón para estar triste, si quien amo está
feliz?
Cualquiera de nosotros puede ser bueno, pero para amar
es preciso ser mucho más que bueno. El amor exige una entrega completa, sin
condiciones ni contrapartidas. ¡Amar es una locura a los ojos de la mayor parte
de los que viven en este mundo!
Nadie es capaz de controlar lo que sucede en su existencia,
menos aún puede proteger a otra persona de todo cuanto le pueda suceder. Amar
es vivir en una inquietud sin fin a causa de todos los males que pueda sufrir
la persona a quien amamos.
¿Tendré yo razón para estar contento con alguna cosa
si quien amo es infeliz?
Habrá quien crea que ama y sabe amar hasta el punto de
no tener dudas, y vive tranquilo porque está convencido de que ya hace cuanto puede
y es preciso. Ahora bien, eso es una señal clara de que no ama. Quien ama vive en
la duda de no saber nunca si habrá algo más o diferente que deba hacer.
Amar es decidir ser instrumento de la felicidad ajena.
Eso implica combatir todos los días el egoísmo que es natural a nuestra
condición. El orgullo no tiene sentido cuando se ama, a pesar de ser un
sentimiento que consideramos normal, justo e importante.
¿Habrá algún sentido profundo y humano en una vida
que, por todos los medios busca su propio placer y huye del dolor?
¡Si amas y vives en paz y contento, o no es amor o la
paz y el contento que sientes se deben a la tranquilidad y la alegría de quien
amas!
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