José Luís Nunes Martins
Nada existe en este mundo que no esté sujeto a crisis. Pero es difícil tener que vivir siempre en medio de tantas crisis. Puede llegar a parecer que hay un orden en el desorden a fin de garantizar un caos constante.
Cuando por fin llegamos a un momento de paz, debemos aprovechar al máximo, porque después de la bonanza viene siempre la tempestad.
¿Pero cómo podemos navegar en aguas revueltas, vientos fuertes y corrientes traicioneras? La violencia nunca es derrotada con violencia. El mal se combate con el bien, por eso, en medio de una tormenta lo más importante es mantener la calma y procurar ver con claridad lo que a primera vista parece oscuro, para que, al poco, comencemos a ver lo verdadero en el engaño, lo cierto en lo errado, el bien en el mal.
Há nas crises um momento chamado crítico, um lugar decisivo, um ponto a partir do qual, ou tudo piora sem retorno possível, ou de onde se começa a melhorar.
Hay en las crisis un momento llamado crítico, un lugar decisivo, un punto a partir del cual, o todo empeora sin retorno posible, o donde se comienza a mejorar.
Vivir una crisis implica un esfuerzo para superar lo que parece ser un huracán que nos ha arrancado de nuestro confort y nos ha dejado en el fondo de un abismo olvidado.
La crisis es tiempo de discernimiento. En medio del caos, es preciso encontrar los momentos y las acciones decisivas para atravesarlo y transformar toda la agitación en orden. Del caos nace el orden -o mejor, desde el caos se ha construido el orden.
Ser humano implica crear a partir, no de la nada, sino de lo indefinido. Las crisis son la materia prima por la cual nos vemos forzados a crecer. Nadie sale igual que era cuando entró. Las crisis o nos destruyen por completo o nos fortalecen, aunque tengamos que sufrir.
Pero… existirá algo que sea siempre lo que más importa valorar?
Sí, la vida.
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