sábado, 29 de noviembre de 2025

A veces me falta esperanza

José Luís Nunes Martins



Dicen que sin fe no hay esperanza, pero sucede que tengo fe y, siendo así, no consigo sentir la espernza.


Afrontar los días sin creer que hay mucho bueno por suceder nos hace perder las fuerzas para caminar. La verdad es que poco importa si quiero ir o no, el futuro llega de cualquier manera. el problema es que, si dejo de luchar, con mis fuerzas y talentos, por un buen mañana, lo más probable y lógico es que el futuro llegue singrandes sorpresas.


A veces, por poco tiempo, me falta la fe y es como si resbalase y cayese al suelo por debajo del alma que asegura mis dos pies... el vacío es tan grande, la sensación de caída es tan vertiginosa, que, de súbito, comprendo que,  sin que yo mismo pueda comprender, que Dios existe y yo soy alguien que Él conoce.


El mayor problema es como paso de la fe a la esperanza. Al final, es preciso que acepte que yo tengo la libertd de dar un propòsito a mi vida y que debo actuar de acuerdo con esa responsabilidad. Pero saber que tenemos un padre es diferente de que tengamos voluntad de ser buenos hijos... y yo llego, a veces, a creer que tal vez sea mejor confesar mi falta de capacidad para llevar adelante cuanquier plan.


Es posible que el amor, que solo puede mover a alguien con fe y con esperanza, tal vez sea la solución para el problema de la ligazón entre ellas.


El amor es la entrega de lo que somos a una inseguridad absoluta, porque también ella es libre. Y este será el único camino para la felicidad. o hay seguridad ni garantías para quien se dispone a arriesgarse a amar.


Solo la fe puede justificar el coraje casi absurdo delante de un futuro que se desa y se presente. Pero de ese futuro no hay pruebas ni indicios de certeza de que el bien vencerá.


Y es que recupero la esperanza siempre que asumo que quiero que mi vida sea, más que una historia, una ventura, una verdadera aventura de amor.


Não sei, depois, o que me anima — se a fé, a esperança ou o amor. Mas a verdade é que sigo adiante como se tivesse a certeza absoluta de que há alguém que deposita em mim a sua fé e a sua esperança, que me ama e que, mesmo sem que eu o possa compreender, me espera num tempo depois deste. Tal como um pai espera um filho que foi para longe e há de voltar.


No se, después, lo que me anima -si la fe, la esperanza o el amor. Pero la verdad es que sigo adelante como si tuviese la certeza absoluta de que hay alguien que deposita en mí su fe y su esperanza, que me ama y que, aunque yo mismo no lo pueda comprender, me espera un tiempo después de este. Tal como un padre espera un hijo que fue muy lejos y ha de volver.

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