José luís Nunes Martins
Es esencial expresar nuestro amor a alguien a través de palabras claras. Pero hay algo que casi nunca hacemos: reconocer que sentimos el amor que alguien nos da.
El orgullo nos hace cometer muchos errores. Muchas veces nos creemos superiores a los otros y llegamos a pensar que ellos tienen el deber de admirrnos y estimarnos. Vivimos como si el mundo girase en torno al trono en que nos colocamos. Con mucho egoísmo, solo tnemos en cuenta el bien que hacemos, pero nunca el nos hacen a nosotros.
En verdad, es incluso muy difícil que alguien reconozca que ha recibido lo que merece. Qué bueno sería si fuese capaz de actuar de forma diferente y tuviese, con autenticidad, coraje para dcir a alguien: "Siento que me amas".
Agradecer es siempre justo. Siempre. Reconocer el amor que percibimos que alguien nos da y aún más que un simple "obrigado". "Tú me amas" es una afirmación humilde que engrandece a quien fuese capaz de ella. El que la escucha podrá estar seguro de que el amor que nos da llega al destino y es sentido.
Además de eso, hay aún quien nos ame si hacerse notar y que nosotros no conseguimos distinguir en la confusión de los días, por estar lejos de pensar en la verdad y el origen de lo que nos llega. Una de las mayores virtudes de una gracia es la discreción.
El amor, cuando es verdadero, no supone reciprocidad. Es generosidad pura. Dar y darse sin esperar, es muchas veces no querer, retribución alguna. Amar de verdad, y por más sufrimiento que implique, es ya, en sí mismo, su propia recompensa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario