sábado, 25 de mayo de 2013

Perdóname






José Luis Nunes Matins

Mis acciones no siempre están de acuerdo con lo que soy, unas veces por el deseo de ignorar  las  que son buenas, otras por permitir el mal. Casi siempre con miedo.

El daño principal de mi culpa recae en mí. Un tiempo transgredí la más esencial de todas las leyes: mi proyecto de felicidad interior.

La culpa es una deuda del Estado que tiene como objetivo ser resuelta con una pena  justa, para poner de nuevo al hombre  en el camino a su destino.
Porque el pasado, en esencia  no cambia; sobra el tiempo que lo revivimos. El arrepentimiento es la decisión de cambiar el futuro, y lograr así la remisión de la mala conducta.

Estamos condenados al arrepentimiento, somos libres y cometemos errores, y este sufrimiento voluntario es la única manera realmente eficaz de purificación
... Aunque la falta desaparece sólo con el perdón de todos los que la sufren... y la tentación del mal viene siempre por ahí, después de la penitencia, incluso antes ... pero también es cierto que, como ha dicho S. Catalina de Siena: "el mal es débil porque sólo yo puedo permitirlo."

El valor con que estoy dispuesto a redimirme de la culpa de verdad, se supone que determina mi paz, mi valor ... Soy.

Hay faltas más graves que otras, pero ninguna se enmienda moviendo sus ramas, lo que importa es arrancarla desde las raíces, aunque haya que cavar el suelo al que se fijan.

Sólo soy gracias a mi decadencia y sólo yo puedo rescatarla. Porque, después de todo, sólo yo puedo ser el héroe de mi vida. Cuando pueda…, a pesar del miedo…, me hace más grande que mis errores.


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