domingo, 13 de marzo de 2016

El mal se combate con el bien


José Luis Nunes Martins




                                                  (ilustração de Carlos Ribeiro)

Nuestro peor enemigo debe ser combatido con la mejor de nuestras fuerzas. El mal se combate con el bien, nunca con otro mal. Por más pequeños que seamos, tenemos en nosotros algo grande y bueno.

Cada uno de nosotros puede ser un humilde caballero. No es fácil ni lleva a alegrías inmensas. Antes bien, a algo muy difícil, doloroso y que permite alcanzar solo una, pero la más profunda de las alegrías: la felicidad.

Es necesario  garantizar que cada amanecer comprendamos que esta lucha interminable no es una guerra para destruir cosa alguna, pero sí, la única forma de defender el bien que nos anima y da sentido a la vida. Y, cada anochecer, cerrar los ojos por un instante y agradecer el don de continuar queriendo el bien, a pesar de todo lo malo.

Las tentaciones que nos atacan deben siempre ser mantenidas a distancia. No entrar en duelo con el mal es el primer golpe contundente contra la fortaleza de ese enemigo que nos quiere esclavizar. No hay males inocentes e inofensivos. Quien niega la realidad del mal, sólo le está dando espacio y tiempo para que crezca.

El bien no deja de ser bueno porque muchos lo rechazan, ni el mal deja de ser malo sólo por estar de moda.

No hay nada que no podamos perder… incluso nuestra propia vida… y es a la vita del abismo de esa nada cuando debemos dar nuestro mayor salto, aquel que nos (e)lleva hasta el cielo de la existencia… donde cada uno de nosotros será juzgado de acuerdo con el fuego con que hubiera conseguido mantener vivo su corazón.


Luchar por el amor es la única forma de que podamos ser felices, y sólo quien ama esa lucha hace de sí un verdadero rey.

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