sábado, 27 de julio de 2019

¡Casarse, ni por pasión ni por compasión!



 José Luís Nunes Martins


Casarse es un compromiso de construcción de un proyecto a dos. No se trata de una forma de ser feliz, sino más bien de disponerse a luchar por la felicidad de una forma no individual. Se trata de una decisión seria, en la cual la razón y la voluntad deben tener un papel importante.

Quien se casa por pasión se arriesga a una tragedia. La pasión es una forma muy eficaz de que veamos las cosas como no son. Importa mucho más que cerrar los ojos y seguir los sueños, abrirlos y ver bien lo que se tiene delante, sin ilusiones. ¡No todo lo que es agradable a la vista satisface al corazón! Así como tampoco todas las pasiones significan buena disposición.

Los sentimientos no son voluntades firmes. Pasan. La pasión es poco más que momentánea; Lo que importa es lo que se mantiene, lo que se construye para resistir al tiempo. El matrimonio es un compromiso sin fin.

En el amor, nada está garantizado, mucho menos el punto de partida. La pasión exige que nos volvamos esclavos ciegos de los deseos y de promesas vanas… ¡Siempre será mejor dar la mano a alguien concreto, con virtudes y defectos, pero real!

¡Quien se casa por compasión también se arriesga a una tragedia! La compasión hace despertar lo mejor de nosotros en ayuda del prójimo, pero muchos se aprovechan de este sentimiento, incluso de forma estratégica, haciéndose las víctimas que necesitan que alguien les ayude a levantarse… pues afirman que nada de su situación es culpa suya.

El casamiento se establece en una base de igualdad. La cooperación supone equilibrio y responsabilidad recíproca, a fin de que de las dos imperfecciones pueda resultar algo completo. Buscando con la mayor de las atenciones que ninguna de las dos voluntades individuales se sobreponga al proyecto común.

El amor conyugal presupone la existencia de problemas, errores y fracasos, pero también de la voluntad década uno de superar las dificultades.

Es un crimen para la paz que yo pida, u obligue, al otro a tener que resolver algo que yo podía y debía solucionar sin recurrir a nadie. ¡En la pareja , es una enorme ayuda conseguir ahorrar al otro lo que puedo hacer solo!

Además de todo esto, usar la vulnerabilidad del otro contra él mismo y a favor de nosotros es un egoísmo disfrazado y malicioso.

El matrimonio es un camino a dos, decidido, construido y recorrido por los dos. No es el sueño de uno para el cual el otro solo sirve como peso que debemos cargar.

Un matrimonio feliz es, y será siempre, el viaje más importante de descubrimiento que nuestro interior puede emprender.


https://agencia.ecclesia.pt/…/casar-nem-por-paixao-nem-por…/

No hay comentarios:

Publicar un comentario