jueves, 30 de junio de 2022

Si no hicieras luto…

 

José luís Nunes Martins


La vida está hecha de innumerables pérdidas. Todos los días nuestro camino continúa mientras hay algo que tenemos que dejar atrás. Es duro vivir, porque es difícil perder. Ciertos días, las pérdidas son enormes, casi siempre inesperadas.

¿Qué se puede hacer ante una pérdida? O nos adaptamos hasta reencontrarnos plenamente en la vida con lo que nos queda, o rehusamos aceptar una vida sin eso que nos fue arrancado.

Luto es el tiempo urgente y necesario que debemos vivir después de la pérdida de una persona muy querida, a fin de que todos los momentos bellos que compartimos con ella se transformen en dulces y suaves recuerdos… Un proceso semejante a una especie de gravidez, pero en sentido contrario: del mundo exterior hacia el interior.

A veces, el intento de revertir la pérdida, se niega el luto, la vida pasa a ser un lugar donde existe, persiste y crece el vacío que se acepta. Por más fuerza que se tenga en el inicio, acaba por quebrar a cualquiera… y llega el momento en que una especie de aflicción trata de apoderarse del alma.

Si miramos la cuestión a cierta distancia, comprendemos que tenemos dos opciones: o la persona acepta la pérdida y quiere, a pesar de todo, construir un futuro o no acepta y rehúsa mirar hacia adelante, porque la pena le pesa demasiado y, así, siente la necesidad de vivir como si fuese un castigo.

El luto es una guerra que se pasa lejos de la mirada de los otros. En el interior de quien cree que su ser querido partió del mundo exterior, pero permanece entero en su corazón.

Hay personas a las que su tristeza es tan profunda que las amordaza, impidiéndoles hablar sobre su dolor, lo que les provoca doble sufrimiento. Algunos estarían dispuestos a hablar, si tuviesen con quien hacerlo…

El sufrimiento es una señal de existencia de amor, solo sufrimos porque amamos. Y si es el amor la causa del sufrimiento, solo él puede curar.

Debemos aceptar las pérdidas, vivir el sufrimiento, sin dejar nunca de caminar y estar atentos a todas las cosas buenas que los días nos ofrecen. A veces también es tiempo de llorar de alegría por lo que nos sucede y por lo que conseguimos.

No te sientes esperando que el pasado te alcance, no te sientes esperando que el presente se altere a causa de tú dolor, no te sientes esperando que el futuro de cuelgue al cuello.

Haz tu camino. Hoy.



ttps://agencia.ecclesia.pt/portal/se-nao-fizeres-luto/

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