sábado, 31 de diciembre de 2011

Barruntando la tragedia

Cuando crees que ya no es posible escuchar una tragedia que supere las que ya conoces, o cuando ya te crees lo suficientemente fuerte como para escuchar la mayor tragedia sin que te afecte emocionalmente, pues es entonces, cuando estás tan tranquilo en la cotidianidad, charlando y animando a los que ya conoces, es entonces cuando aparece por la puerta, a última hora, con aspecto normal, un desconocido con su tragedia. Llega a última hora, sin cita, a la desesperada. Comienza a hablar y en seguida barruntas la tragedia; empiezas a recular, a distraer a la persona con preguntas de las que tu intuyes la respuesta o te sientes preparado para responderle, a ver si así evitas que llegue el momento en el que explota la conversación, se desatan todas las furias que a penas logra contener un cuerpo hambriento, maltratado, desvelado, con la mente absorta en una sola idea, dando vueltas en círculo, como un laberinto, cada vez más perdida e incapaz de encontrar la salida por sí mismo.

La petición es un ultimátum: “o encuentro una casa, (y ustedes me ayudan a encontrarla), o me quedo sin mi hija. Ustedes me están diciendo lo mismo que ya me han dicho. Yo no sé qué tengo que hacer, quizá darle un tiro a alguien”. Expone una y otra vez su plan “millonario” para salir de la situación en que se encuentra y así poder librar a su hija del centro me menores donde se encuentra, a pocos días de ser entregada en adopción. Nosotros no entendemos de comercio, ni de vender productos informáticos, ni de patentes, ni manejamos presupuestos millonarios para avalar a nadie, entonces no le somos útiles, de ahí el desconcierto de este hombre.

Es un hombre de mediana edad, que esta cobrando la RAI, pero no le llega para hacerse cargo de su hija que está en un centro de menores esperando ser entregada en adopción, ¿Por qué le ocurre esto? Es una consecuencia más de la droga que ha destrozado una familia. Le preguntamos por la madre y nos dice que ella no quiere saber nada de su hija, y mejor así porque no esta en condiciones de hacerse cargo de la niña. Él ha pasado algún tiempo en la cárcel, pero ha salido absuelto de tres condenas porque se basaban en acusaciones falsas. Ha demandado a la administración de justicia y espera que lo indemnice generosamente, con lo que podría alquilar una buena casa para vivir con su hija.

De momento no tiene más que la renta y el plazo para dar en adopción a su hija termina en febrero. Este hombre necesita encontrar la casa inmediatamente para evitar la adopción. Jura una y otra vez que no quiere abandonar a su hija, se desespera porque nadie le ayuda, se encuentra completamente solo . Tiene otro recurso que no puede hacer efectivo, tiene un programa informático o una “aplicación” fantástica que puede dar mucho dinero. Espera, como vemos, conseguir un montón de dinero, pero necesita que alguien confíe en él y le ayude a financiar y comercializar el producto, necesita anticipar el dinero que piensa obtener para no tener que dar en adopción a su hija.

No quiere ayuda de la caridad, no quiere vivir como una persona sin hogar, acudir a los servicios que disfrutan humildemente tantas personas sin hogar a diario. Es muy autosuficiente, es un hombre preparado, disfrutó de buena casa y buenos trabajos, y no quiere la ayuda que se ofrece en los centros de acogida. Este hombre no ve, se atormenta, ¿se siente culpable?, exige una confianza que no es capaz de dar y no es consciente de ello, por eso se atormenta y rechaza la ayuda que se le puede ofrecer, no se cree “digno” de ella, quiere lo mejor para su hija y para él.¡Qué tormento! Por eso es tan difícil estar una hora larga escuchando los mismos argumentos sin avanzar un paso hacia una solución realista.

Al mismo tiempo la trabajadora atendía a otro joven desesperado, y pudo escuchar parte de nuestra conversación; al salir de la entrevista sin una solución para evitar pasar la noche en la calle, mira con cara de desesperación al hombre y dice: “lo mejor es lo que usted dijo hace un momento, darle un tiro a alguien”. El hombre se siente apoyado y dice que cada día va a ser peor, que esto es el principio y que vamos a ver cosas muy malas.

Hoy salimos con mal sabor de boca, ¿cómo hay que hacer para que los problemas no afecten, para que las palabras que han sido dichas con toda su fuerza no causen mella en el cerebro y en el recuerdo? ¿Cómo se le dice a esta persona que el responsable de su vida es él, cuando está culpando y amenazando a no sé cuántos, y espera que le paguen millones? Tú escuchas, callas, y como un eco sus palabras le rebotan y lo exasperan, entonces te acusa de que no lo estás escuchando, porque no te ve afectado como él, porque no le das la razón y no le aportas ninguna solución. La única solución está en él mismo, en asumir su situación y tratar de encontrar la salida al laberinto que es su vida ahora mismo.

Viendo tanto sufrimiento provocado entre los más cercanos, el destrozo de las familias, los niños maltratados, no queridos y abandonados, es para preguntarse qué clase de mundo hemos creado, qué hemos hecho de nuestra vida y de la vida de los que dependen de nosotros para haber llegado a estos extremos, cada día más frecuentes, cada día más atroces; como ese miserable juego “al escondite” con los niños desaparecidos en Córdoba, o los “menores” violadores a los que se les va la mano, añadiendo el espantoso agravante de su juventud al crimen; o los cobardes crímenes terroristas para imponer por el miedo las ideas políticas: toda la sociedad está en manos de unos impíos criminales, que cometen sus crímenes y se burlan de la justicia y causan un dolor permanente e incurable en las víctimas y sus allegados.

Que el nuevo año nos encuentre dispuestos a poner remedio a tantos males y poco a poco recobremos el sentido de sociedad, la confianza en la justicia y la solidaridad entre todos los hombres.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Héroes anónimos, una cadena de “casualidades”

Me contaba J. esta mañana una pequeña parte de su vida, cosas tremendas; perdió a sus padres con catorce años y se crió con su abuela; más tarde trabajó duro para poder formar y luego mantener una familia, arriesgó su vida en las minas de uranio, después en la carretera como camionero, se sentía orgulloso de poder mantener a su familia.

Los cambios políticos con la caída del comunismo, la crisis, y la edad que ahora tiene le impiden seguir trabajando en su país. A estas desgracias se suma la de perder a su familia porque ya no tenía trabajo ni salario. Decide venir a España a probar fortuna y lleva dos años sin encontrar más que un mísero trabajo durante algunos meses, en los que a penas se ha movido por el país ni ha conocido a nadie y se encuentra prácticamente solo.

Como estaba en el norte se vino al sur buscando lo mismo: un trabajo. Trabajo no ha encontrado, pero sí está abriendo los ojos a la realidad de nuestro país, empieza a relacionarse y a conocer a los españoles, y ya no piensa sólo en el trabajo, y ha hecho algunos amigos. J. es un buen hombre que estaba esperando que alguien lo tratara con amabilidad y le ofreciera amistad, no ha tardado mucho tiempo en responder a la acogida que le hemos brindado, y aprende con una rapidez extraordinaria, me dice todo satisfecho: “ya hablo mejor el español”, pues claro que sí, y entiende las bromas y el doble sentido al que recurrimos tantas veces en nuestras conversaciones.

No sé que tiene esta bendita tierra, o tierra de María Santísima, que acoge a cualquier persona que llegue y comparte con ella cuanto tiene.

Este héroe anónimo me contaba algunos detalles de su vida que muestran hasta qué punto las personas que menos tienen son las que más dan, porque dan lo que tienen: a ellos mismos, y se sacrifican de verdad; como aquella persona, en un albergue evangelista en Cataluña, que le cedió su cama para que descansara porque no había camas libres y había llegado enfermo con fiebre. Él no olvida este gesto que tuvieron con él y por eso lo va a tener él más adelante con una madre y su hijo pequeño en un albergue en Algeciras.

Tengo que confesar que aún me sorprende la comprensión y la capacidad de ayuda que tienen muchas personas sin hogar unas con otras, y sobre todo cuando se trata de personas que a su pobreza añaden alguna debilidad más, o son niños, o mujeres, o tienen alguna enfermedad o trastorno. No quiero pecar de ingenuo y voy a dar la cara por todas las personas, no, sé que también en este mundo se dan muchos defectos y traiciones, pero no puede prevalecer la imagen negativa, hay más grandeza cuando se da sin tener o se da de lo poco que se tiene, desde un cigarrillo hasta cincuenta euros, por poner un ejemplo.

J. me ha confesado repetidas veces que sospecha que no se encuentra aquí por casualidad, que aquí ha encontrado algo más que no esperaba, se está encontrando a sí mismo. Está profundamente agradecido.

Entre los que nos dedicamos a ayudar a los demás también pueden darse actitudes negativas. Hoy estoy algo cabizbajo porque se ha producido un encontronazo entre voluntarios que puede perjudicar la labor o hacer pensar que existe algún interés o deseo de protagonismo. Hace falta mucha madurez, mucha humildad, mucha discreción, sólo así será posible tratar con el máximo respeto a quien más se lo merece porque ya tiene bastante con su vida y viene en busca de ayuda y comprensión. En cualquier caso lo que cuenta son los hechos, la satisfacción que muestren las personas, nuestras peleas sólo han de servir para reforzar nuestro empeño en hacer nuestra tarea lo mejor posible, no en competir, y así estoy seguro que será.

Fotos de la primera cena de navidad























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sábado, 24 de diciembre de 2011

Primera cena de Navidad de voluntarios y PSHs




Ayer, 23 de diciembre, celebramos una fraternal cena de Navidad un grupo de   voluntarios de cáritas y personas sin hogar, gracias a la iniciativa del P. Alfonso, que ha asumido recientemente el cargo de cura delegado, o sea el representante de los curas de San Fernando en Cáritas, y por supuesto contó con la respuesta inmediata y la colaboración de los voluntarios, así como con la de las personas invitadas.

Comenzaré diciendo que como era una idea excelente el resultado también  lo fue, lo pasamos francamente bien, y cenamos de la misma manera, porque el restaurante elegido: “casa Miguel”, como dijo el P. Alfonso, podía considerarse una de las empresas con corazón que colaboran con cáritas.

Yo llegué puntual, a las nueve y media, pero ya se habían adelantado unos cuantos, que estaban tomándose una cerveza en la terraza “a plena niebla”, y yo con los guantes puestos. Al poco llegaron los que faltaban y pasamos al comedor. Como dije al principio  a la cena no le faltó de nada, ni buenos y agradecidos  comensales, ni buena comida, tres horas duró el festín: buenos y abundantísimos  entremeses, un estupendo plato a elegir entre dorada o una de  tres variedades de solomillo, y el postre y la bebida. Para terminar hubo  villancicos, el primero que cantó fue Jaroslav, asombrándonos con un bello villancico de su tierra, Chequia,  y en su idioma; a continuación tomó el relevo Miguel, sorprendiéndonos con un villancico flamenco y para terminar, Blanca, que, como “tonadillera frustrada” hizo un final de fiesta perfecto.

Pues porque había que volver al albergue, a eso de las doce y pico de la noche, que para eso teníamos el permiso debido, si no hubiéramos continuado un rato más, al menos a mi se me hizo muy corto, y creo que a los demás también.

Para bajar la cena acompañamos caminando hasta el albergue a los que no quisieron ir en coche y aprovechamos un poco más, que ya era casi la una cuando llegamos y el guarda nos abrió la puerta sin problemas.

Esperemos que esta haya sido la primera de una larga lista de celebraciones de Navidad.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Héroes anónimos, una cadena de “casualidades”




Me contaba J. esta mañana algunas cosas de su vida, cosas tremendas; perdió a sus padres con catorce años y se crió con su abuela; más tarde trabajó duro para poder formar y luego mantener una familia, arriesgó su vida en las  minas de uranio, después en la carretera como camionero, se sentía orgulloso de poder mantener a su familia.

Los cambios políticos con la caída del comunismo en su país, la crisis, y la edad que ahora tiene le impiden seguir trabajando en su país. A estas desgracias se suma la de perder a su familia, porque ya no tenía trabajo ni salario. Decide venir a España a probar fortuna y ya lleva dos años sin encontrar más que un mísero trabajo durante algunos meses, en los que a penas se ha movido por el país ni ha conocido a nadie y se encuentra prácticamente solo.

Como estaba en el norte se vino al sur buscando lo mismo: un trabajo. Trabajo no ha encontrado, pero sí está abriendo los ojos a la realidad de nuestro país, empieza a relacionarse y a conocer a los españoles, y ya no piensa sólo en el trabajo, y ha hecho algunos amigos. J. es un buen hombre que estaba esperando que alguien lo tratara con amabilidad y le ofreciera amistad, no ha tardado mucho tiempo en responder a la acogida que le hemos brindado, y aprende con una rapidez extraordinaria, me dice todo satisfecho: “ya hablo mejor el español”, pues claro  que sí, y entiende las bromas y el  doble sentido al que recurrimos tantas veces en nuestras  conversaciones.

No sé que tiene esta bendita tierra, o tierra de María Santísima, que acoge a cualquier persona que llegue y comparte con ella cuanto tiene.

Este héroe anónimo me contaba algunos detalles de su vida que muestran hasta qué punto las personas que menos tienen son las que más dan, porque dan lo que tienen: a ellos mismos, y se sacrifican de verdad; como aquella persona, en un albergue evangelista en Cataluña,  que le cedió  su cama para que descansara porque no había camas libres y había llegado enfermo con fiebre. Él no olvida este gesto que tuvieron  con él y por eso lo va a tener él más adelante con una madre y su hijo pequeño en un albergue en Algeciras.

Tengo que confesar que aún me sorprende la comprensión y la capacidad de ayuda que tienen muchas personas sin hogar unas con otras, y sobre todo cuando se trata de personas que a su pobreza añaden alguna debilidad más, o son niños, o mujeres, o tienen alguna enfermedad o trastorno. No quiero pecar de ingenuo y voy a dar la cara por todas las personas, no, sé que también en este mundo se dan muchos defectos y traiciones, pero no puede prevalecer la imagen negativa, hay más grandeza cuando se da sin tener o se da de lo poco que se tiene, desde un cigarrillo hasta cincuenta euros, por poner un ejemplo.

J. me ha confesado repetidas veces que sospecha que no se encuentra aquí por casualidad, que aquí ha encontrado algo más de lo que andaba buscando, se está encontrando a sí mismo. Está profundamente agradecido.

Entre los que nos dedicamos a ayudar a los demás también pueden darse actitudes negativas. Hoy estoy algo cabizbajo porque se ha producido un encontronazo entre voluntarios que puede perjudicar la labor o hacer pensar que existe algún interés o deseo de protagonismo. Hace falta mucha madurez, mucha humildad, mucha discreción, sólo así será posible tratar con el máximo respeto a quien más se lo merece porque ya tiene bastante con su vida y viene en busca de ayuda y comprensión. En cualquier caso lo que cuenta son los hechos, la satisfacción que muestren las personas, nuestras peleas sólo han de servir para reforzar nuestro empeño en hacer nuestra tarea lo  mejor posible, no en competir, y así estoy seguro que será.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

“espontánea brigadilla de voluntarios”



En el Hogar para personas sin techo de San Fernando ha surgido espontáneamente una “brigadilla de voluntarios” que cada vez que necesito ayuda para distribuir los víveres entre los acogidos de la parroquia acuden con todo entusiasmo y suplen así la falta de voluntarios para realizar las tareas más pesadas.

Pero no sólo están dispuestos a esta ayuda puntual sino que demandan más participación en otras tareas, como en la campaña de los Reyes Magos para recoger juguetes con el P. Alfonso, y a título individual alguno de ellos, como Daniel, se dedica cada mañana a ayudar a misa al P. Robert, vicario del Santo Cristo, al que ayuda también en cualquier otra necesidad; el Padre Robert por su parte le está dando clases de guitarra, así se presentó todo orgulloso en nuestra oficina con su guitarra al hombro, dejándonos sorprendidos. “Es del P. Robert”, que me la ha prestado para que practique.

Estas actividades que han comenzado espontáneamente, y en gran parte por iniciativa de los acogidos, se van consolidando mes tras mes, y se me ocurre que ya era hora de ampliar el campo de estas actividades con la colaboración de otras parroquias o equipos, proporcionándoles alguna actividad a estas personas que pasan el día pensando qué podrían hacer pero nadie se acuerda de ellos o no los necesita.

Yo puedo garantizar que las personas que se han ofrecido a ayudar hasta el momento han cumplido extraordinariamente bien, y soy partidario de que se cuente con ellos desde instituciones como Cáritas u otras organizaciones que se dedican a actividades sociales y carecen de voluntarios y presupuestos.

También, recuerdo ahora, alguno estuvo de voluntario para la campaña de recogida de alimentos del Banco de Alimentos y del Pan Nuestro.

Yo les oigo muchas veces frases de agradecimiento a las hermanas que los atienden, a la comida que les dan, y a tener un techo para librarse de la calle al menos una temporada, poder ponerse ropa limpia, asearse; la verdad es que lo tienen por un verdadero hogar. No quiere esto decir que no tengan motivos de quejas, que los hay, pero son menores y tienen remedio, y en todo caso tiene el aguante suficiente para disimular y hasta disculpar los inconvenientes.

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domingo, 18 de diciembre de 2011

Una mañana de sorpresas



Hoy hemos tenido una mañana muy animada, nada más llegar me encuentro sentados a la mesa, en penumbra, al amigo Guillermo, a Pablo, al señor Rafael y a Miguel, y a un viejo conocido: Olivier, que por fin ha venido a vernos. Yo iba decidido a preparar el café y es cuando me doy cuenta que están a oscuras porque no había luz. Vale, aprovecho para ir a buscar café porque quedaba poco; vuelvo y seguimos con las mismas, sin luz, entonces yo me incorporo al grupo y continuamos la charla, hoy con un tono de “cotilleo”, pero siempre con el respeto debido.
Viene Olivier cargado de noticias, la más espectacular es la que se refiere a una persona que todos echamos de menos, porque ha sido durante meses un fiel tertuliano y de los más participativos, si bien los últimos días se le veía un tanto cabizbajo. Pues su ausencia se debe a que se lo pasó bien con una mujer que tenía su pareja en la cárcel, pero el que estaba preso salió de la cárcel y nuestro amigo ha puesto distancia por medio y ha desaparecido.
Esta noticia en sí no sería nada extraordinario, pasa en cualquier ambiente, ¿por qué no entre personas que viven en la calle, o por qué iba a ser una falta más grave entre estas personas? Pero es que a este sigue otro  suceso, este sí más grave, pues ha terminado en denuncia por violencia sexual, y con el agresor en la cárcel. El agresor es también un veterano de nuestro servicio y de nuestras tertulias, y además siempre podíamos contar con él para cualquier chapuza que hubiera que hacer, él siempre traía la solución, la última vez fue adaptar la manilla de la puerta que se había roto; no tuvo más que ir a la obra más cercana y con la rotaflex redondear las puntas, y ya está encajada y funcionando la manilla de la puerta del despacho de la trabajadora. Este era y es nuestro hombre ahora en la cárcel, sabe Dios por cuánto tiempo.
No termina aquí el rosario de “sucesos”, nuestro amigo Olivier trae un alijo de noticias, tan abundante que lo hemos nombrado  “jefe de los servicios de inteligencia”. Yo tiendo a escribir lo mejor que veo en cada persona, pero en esta ocasión se trata de tomarlo todo un poco a broma, porque estamos sacando las debilidades  que  ya son noticia y corren de boca en boca. Nos cuenta Olivier que nuestro amigo A. que se había ido hace algo más de un mes al vecino Portugal para de aquí partir a hacer de nuevo las Américas en cuanto le fuera posible, se encuentra en el vecino Cádiz tan ricamente, disfrutando de su buen clima y bien acompañado.
A pesar de la gravedad de las faltas o delitos que han cometido estas personas, amigas nuestras, pueden seguir contando con nuestro apoyo y les pido disculpas si les molestara el tono que he usado, pero es que ha sido una mañana de esas que hacen historia, tantas y tales noticias jutas no se pueden asimilar fácilmente, por eso nos las tomamos como esas ironías que se gasta la vida para que no nos creamos todo lo que vemos, o para que nadie se crea  ni mejor ni peor que otros, hasta que hayamos superado todas las jugarretas que la vida nos tenga reservadas.
Les deseamos a todos una  solución favorable a sus problemas y que les sirva para reemprender sus vidas con la lección aprendida, en buena dirección y libres de  tropiezos. 

jueves, 15 de diciembre de 2011

Algo más que una anécdota





Es más que una simple anécdota y es emocionante. Una buena madre, marroquí, que hace unos meses llegó hasta nosotros en situación bastante delicada, hoy vuelve agradecida a vernos y a comentarnos sus problemas por si le podemos echar una mano. Es una madre abandonada por el marido, español y cristiano, o mejor, expulsada de la casa, y suplantada por una amante, después de veinte años de convivencia y haber tenido un hijo con su marido. Pero, es que el hijo es uno de esos niños que nace con una enfermedad rara, que requiere toda la atención y mucho cariño, y al padre eso no le agradaba, empezando a mostrar su distanciamiento hasta expulsarlos de la casa al cabo de veinte años.

Con estos antecedentes se puede entender la emoción que me produjo escucharle la siguiente confesión, que un día, en misa, ella no se contuvo y se acercó a comulgar. Ante nuestra sorpresa ella se queda un poco extrañada, pero yo le pregunto inmediatamente qué le impulsó a tomar esa decisión. Entonces ella me dijo que se encontraba muy deprimida y que entró en la Iglesia al ver a la gente entrar a rezar, entró pensando encontrar alivio a su dolor; luego, al ver que la gente se acercaba a comulgar, se acercó ella también para  comprobar  a qué sabría la Hostia, y no sólo eso, quería comprobar qué se sentía.

Todavía insistía yo con mi admiración por su decisión, a mí me parecía un caso similar a la madre del evangelio que se acerca a Jesús para que cure a su hija, o al centurión, y ella continuó regalándome más razones por las que había ido a comulgar. En el colegio donde estudiaba el chico, no recuerdo bien por qué motivo a ella le había impresionado profundamente la imagen de la virgen dolorosa al pie de la cruz, cuánto debió sufrir esa mujer viendo a su Hijo sufrir de aquella manera, me decía. Esta imagen le había ayudado a entender y a sobrellevar su dolor. Impresionante, sencillamente impresionante, cómo Dios habla de mil maneras en todo tiempo y a todas las personas. Esta mujer fue a comulgar y seguramente no habrá sido en vano, porque Dios actúa sin ser notado muchas veces. Yo me alegro enormemente de haber estado hoy aquí para escuchar esta confesión, y me alegro de que N. se acercara a comulgar, lo hizo respetuosamente y Dios se lo permitió, y sólo el puede juzgar.

Recuerdo también otro detalle de la conversación cuando nos recordaba lo mal que lo había pasado al llegar aquí, se quejaba de que  no había encontrado ayuda ninguna entre las personas de su nacionalidad, entre personas que ya estaban asentadas aquí y le podían haber echado una mano cuando llegó tan agobiada, enferma y con un hijo necesitado de ayuda permanente. En cambio había recibido más ayuda de otras personas, poniendo de ejemplo a las trabajadoras sociales, y también nos manifiesta a nosotros su agradecimiento por nuestra acogida.

Siguió un pequeño debate entre los presentes a cerca de las razones que pudieran tener aquellas personas que le negaron la ayuda. Quizá se deba a que aquí los extranjeros están más inseguros y temen quedarse ellos sin recursos de un momento a otro. O sea quizá una cuestión de cultura y mentalidad, en cambio en nuestra cultura la ayuda a los desfavorecidos de la fortuna es tan antigua como el cristianismo, la asistencia a las viudas y a los pobres forma parte de la vida cotidiana de la iglesia desde los primeros cristianos, en la edad Media y posteriormente surgieron los hospitales, y modernamente Cáritas. Y como todos sabemos, la esencia de cáritas es el amor de Dios por todos sus hijos, especialmente los más necesitados; cáritas es, también, la favorita de la sociedad entre las instituciones de la Iglesia , todo el mundo la conoce. No se la aprecia por los voluntarios, que no siempre lo hacemos como es debido, sino porque la idea de Cáritas en sí misma es una maravilla, la maravilla de Dios que nos crea, nos cuida y nos espera de vuelta a casa cargados de buenas acciones, habiendo aprovechado bien los talentos que nos dio al nacer para negociar con la vida; por eso a unos les da una cantidad, a otros otra, según tengamos que desenvolvernos en una vida más o menos complicada o azarosa, en todo caso él no nos va a fallar.

martes, 13 de diciembre de 2011

De la reconciliación y la paz a la confianza.





Estas palabras las escribía yo mismo hace unos días:

¡Qué duro se hace vivir a veces! ¡Qué duro se hace ver cómo viven algunas personas sin recursos, o peor, a expensas de los otros! Unas veces su vida es un eterno acto de agradecimiento, otras adoptan un disfraz de buenas formas para acallar la rebelión interna o la desesperación; en casos extremos, cuando la mente se descontrola, caben desde la incapacidad más absoluta o la huida,  hasta el resentimiento sistemático, cerrando las puertas a una solución deseable.

De estas palabras me sirvo para escribir algo sobre J., que esta mañana se quedó algo decepcionado porque yo había escrito sobre muchos compañeros y a él no le había dedicado unas palabras, a pesar de que viene a diario por nuestra oficina a lo largo de algunos meses.
Ya he dicho de él algunas cosas en otros escritos, como en la crónica del día de los sin techo, en la que le agradezco la buena comida que nos preparó, de acuerdo con Alfonso. Efectivamente es una prueba de que J., está dispuesto a trabajar en lo que sabe, que lo hace bien y este día lo hizo estupendamente, contribuyendo al feliz resultado de la convivencia del día de los sin techo de este año.

Sin embargo, amigo J., yo te veo más en ese grupo de los que adoptan un disfraz de buenas formas para acallar la rebelión interna, por eso a veces no puedes evitarlo y abusas un poco de las bromas. Yo creo que no has asumido del todo tu situación, aunque nos digas que tú tienes lo que te mereces, que no quieres volver con tu familia para no hacerles daño, y aunque sabes que lo están pasando mal; por eso pienso que no te has aceptado del todo, y por eso no cambias tu manera de ser, ni buscas una vida diferente a la que te condujo a tu situación actual, sino que quieres recuperar la misma situación que tenías y no supiste conservar.

Es posible que me equivoque, pero sí te tengo que decir que si no me ha surgido antes la inspiración para dedicarte unas palabras es que no he visto claro, o no he relacionado tus problemas con otros que afectan a muchos. J., a veces cuesta expresarse con naturalidad, y cierta humildad, porque uno mismo no se ve, ni acierta con el sendero estrecho por el que ir hacia una salida segura y luminosa. En cualquier caso es preferible no dejar enquistarse dentro de uno rencores, agravios o dudas, las cuales nos hagan desconfiar de nosotros mismos o de los demás. Sólo la confianza nos facilita el camino hacia una relación tranquila y nos pone en situación de aceptar nuevas ideas, nuevos proyectos, o lo que es lo mismo, nos permitirá cambiar de vida siendo los mismos.

De veras, J., eso es lo que te deseo: paz contigo mismo y confianza en ti y en los demás.

sábado, 10 de diciembre de 2011

”El árbol de la felicidad”



Llegó justo a tiempo para apuntarse a leer el manifiesto de las PSH´s y no sólo un párrafo como los más reacios, sino dos o tres, y eso que hasta el momento no había hablado a penas. Tiene unos ojos grandes y vivos que transmiten por si solos un interior bastante despierto, pero cuando habla parece que se contiene un poco y se expresa con bastante cordura o prudencia. De momento es un tipo que encaja perfectamente en el grupo de los más activos y comunicativos, y como he dicho se muestra dispuesto a colaborar con la lectura del manifiesto porque, como dice la trabajadora social, es de razón que sean personas sin hogar las que manifiesten sus reivindicaciones.

Un gesto que nos muestra una persona decidida, que piensa rápido y actúa de la misma manera. Su vida es bastante movida desde pequeño , como nos contó dos días después, sus padres lo dejaron con la abuela a los ocho años, porque tenían problemas con la droga. Él se crió con su abuela hasta los dieciocho años, cuando decide salir a buscarse la vida. Tuvo novias y una especial, que lo quería y él a ella, pero el no tener trabajo lo obligó a buscarlo algo más lejos, a las Canarias, donde estuvo bastantes años, hasta que la crisis se  instaló allí también; entonces pensó que lo mismo le daba estar allí que aquí, y se vino. Volvemos a ver cómo S. es un hombre decidido.

A veces se levanta como un resorte de la silla y sale a la calle a fumar un cigarrillo, incluso me atrevería a decir que tiene cierta habilidad para escabullirse, desaparecer. ¡Qué duro se hace vivir a veces! ¡Qué duro se hace ver cómo viven algunas personas sin recursos, o peor, a expensas de los otros! Unas veces su vida es un eterno acto de agradecimiento, otras adoptan un disfraz de buenas formas para acallar la rebelión interna o la desesperación; en casos extremos, cuando la mente se descontrola, caben desde la incapacidad más absoluta o la huida,  hasta el resentimiento sistemático, cerrando las puertas a una solución deseable.

La verdad es que no logro asimilar que unos padres lleguen a abandonar a sus hijos por no renunciar a la droga, no entiendo cómo después de tantos años con el problema, de tantos programas, tantos expertos dedicados a combatir sus estragos, aún haya personas que caigan en sus garras; me da escalofríos pensar en la descripción que aprendí de la trabajadora social con la que comparto diariamente mi actividad: “produce un agujero en el cerebro. Anula la voluntad”.

Me atrevo a comparar sus efectos a los de una guerra, una guerra atroz: porque convierte en lisiados físicos y mentales, a veces de por vida, a numerosas personas anónimas, sin ningún motivo, aprovechándose de la curiosidad, la ignorancia o la debilidad humana; porque causa la ruina moral y económica de numerosas familias; porque exige una intervención del estado en varios frentes (sanitario, policial, educativo).

O quizá pudiera compararse con el nuevo mito de “el árbol de la felicidad” de una sociedad endiosada, que se nos ofrece astutamente, como nos llegan las tentaciones siempre, y provoca nuestra curiosidad. Por eso quizá seamos todos un poco culpables no denunciando el problema, a lo sumo dejamos en manos de instituciones especializadas la rehabilitación de las víctimas; y de las familias nada sabemos, unas por vergüenza, otras porque las ignoramos. Y la droga sigue ahí, haciendo estragos, renovándose en sus sofisticados métodos de producción, haciendo la guerra a los estados de todo el mundo, incluso se discute en la calle y los parlamentos si hay que legalizarla o no, si mejor esta o la otra, si todas o ninguna.

No creo que haya mayor esclavitud, primero voluntaria, luego inevitable, y lo peor es que aún siga habiendo personas capaces de dar el primer paso, ¿no habrá un cierto consentimiento o disculpa en toda la sociedad, deseosos como estamos de novedades, de experiencias, convencidos de que tenemos derecho a probarlo todo? No será porque no sepamos las consecuencias, todos y cada uno, consecuencias primero para el consumidor y a continuación para los más cercanos, y al final para toda la sociedad, que asume impotente una calamidad más y saca recursos de todas partes para recuperar a quien lo quiera de verdad.

No sé si digo algo conveniente  porque se me acaba de ocurrir, pero me parece un hecho muy claro que los que tientan al consumo no se preocupan luego de asistir al que quiere desengancharse para no morir , eso lo harán otros, ¿cabe engaño mayor? ¡Qué precio tan alto tiene esta falsa felicidad!  

martes, 6 de diciembre de 2011

Confusión





Hoy toca reflejar la decepción, el golpe bajo, el desengaño; pero, tampoco es eso, porque sería exigir a alguien un control sobre sí mismo para el que no está preparado. ¿Quién tiene el control absoluto sobre sus prontos, sus debilidades y lapsus mentales, que lo deprimen o lo irritan, a veces sin venir a cuento y otras como consecuencia de una tensión larvada por la terquedad de unas circunstancias adversas?

Para ser consecuente con mis propias palabras: ¡Dios me libre de juzgar!, la ley juzgará y sentenciará una pena ajustada a la falta, pero siempre queda la persona, en este caso con necesidad de comprensión, de perdón, de confianza y de esperanza. Y me atengo también a otra frase que he descubierto no hace mucho: “a veces nos toca ver llevar la cruz a otro sin poder ayudarle”. Pero se pude acompañar, mordiéndose la lengua, conteniendo las lágrimas, mostrando firmeza ante quien se siente derrumbado, indigno, para que tenga donde agarrarse, para que no se sienta tan solo.

Es un gran papel, desde luego, un actor no tiene problema, pero una persona corriente, que no está interpretando sino tratando con personas de carne y hueso y muy zarandeada, cómo puede interpretar con serenidad, cómo puede ofrecer su ayuda sin humillar al que está abatido o avergonzado.

Así creo que debe sentirse mi amigo X. por lo que puede haber sucedido si es cierta la noticia que me han dado esta mañana, se trata de un traspiés serio, de un error grave, pero también de un delito. No quiero adelantarme, porque también cabe la posibilidad de que sea el débil el que abuse con una falsa acusación, provocando en el acusado desconcierto cuando menos y cargándole a la espalda una mala fama de la que le será difícil librarse.

A veces nos creemos tan seguros que nos puede el deseo y no vemos los peligros, o mejor las consecuencias. No estamos del todo preparados para resistir, y preferimos disfrutar un poco aún a costa de otra persona más débil, pero, “Dios proteje la inocencia”; yo no sé de donde saqué esta frase que utilizaba para decir que un amigo mío de la infancia tenía mucha suerte, pues tenía buen coche, iba a todas partes y nunca tenía un accidente, con lo mal que conducía; es lo mismo en este caso, la persona débil, con su llanto acusa al fuerte porque ha abusado de ella. Eso entiendo yo al decir que “Dios proteje la inocencia” o al débil, es lo mismo que decir que la verdad siempre se abre paso y de poco vale que intentemos disfrazarla u ocultarla, sea para provecho personal, sea como táctica a nivel social y político.

En muchas ocasiones tenemos que cometer un error muy grande para detener una conducta equivocada y persistente, de ese modo nos damos cuenta de nuestro error o de nuestra injusticia, si lo que hacemos perjudica a otros. Espero que sea este el caso, que el error permita la recuperación definitiva, y conduzca a mi amigo, pues así lo seguiré considerando en la desgracia, a una vida en paz consigo mismo y con los demás.

Aún cabe la esperanza de que sea una falsa acusación. En todo caso el suceso nos puede hacer reflexionar y evitar situaciones parecidas en nuestra vida.

lunes, 5 de diciembre de 2011

De un pasado próspero a un futuro posible




A nadie se le ocurriría pensar que X. vive en la calle, vamos, que si alguien lo hiciera es que tendría dotes adivinatorias. Llevo viéndolo por nuestra oficina durante meses y a penas se nada de su vida, eso sí, viene a menudo, charla, no mucho, es cierto, pero se lleva bien con todo el mundo, y además jamás se queja; parece que él no tiene nada malo que olvidar, o más bien superar, porque siempre sonríe.

Vaya, pues parece que las apariencias engañan, tanto esmero en las apariencias ¿es para ocultar la realidad, o hacer como si no hubiera pasado lo que le ha llevado a la situación presente; como si no se hubieran roto los pilares que sostenían aquella realidad añorada? Pasaron también aquellas circunstancias favorables, y como alguien dijo hace tiempo: “yo soy yo y mis circunstancias”. Pues, X., si las circunstancias son otras, tú no puedes ser el mismo de hace diez años, como no puede ser la misma agua que corre por un río en un punto determinado, constantemente se renueva. Esta mirada al pasado no permite ir con plena disposición hacia un futuro posible, impide dar pasos hacia una nueva realidad, que no tiene por qué ser exactamente la que era, y tampoco peor que aquella. La realidad social ha evolucionado, y mucho, tanto que son millones los afectados, o mejor los parados, dispuestos a trabajar de lo que sea, incluso los hay que esconden sus títulos y capacidades para que los contraten con un sueldo mínimo.

Hoy mismo me decía una persona, que vuelve al hogar  después de pocas semanas de habernos dejado: “le he pedido a Dios que me llevara con él. Lo he pasado muy mal, he pasado frío, hambre, suciedad...”

¿Habrá una salida para tantas personas como requieren una vida digna?¿Se llegará alguna vez a la convicción de que es un acto de justicia el dar de lo que se tiene y no digamos de lo que sobra, para que surja un movimiento de solidaridad universal que acabe con la pobreza y la marginación? Con mucha humildad sí se lograría, pero para ser humildes hay que tener una firmes convicciones y buscar incesantemente la Verdad, la verdad que es global, que alumbra la realidad  y  libera de actitudes egoístas.

Incluso entre hermanos de sangre se dan hoy de manera frecuente diferencias escandalosas. Pero, la verdadera hermandad es universal, todos somos hermanos porque nacemos iguales, con las mismas necesidades, y debemos entendernos para que el mundo avance en paz.

Ha habido muchos intentos de dar satisfacción a esas necesidades, unos han hablado de transformación de la sociedad y para ello necesitaron eliminar a la mitad de la población mediante la lucha de clases; otros hablaron del superhombre y aniquilaron al oponente y al débil; otros se creyeron tan racionales que se volvieron intolerantes negando cualquier trascendencia y ahogando con ello las utopías que elevan a la humanidad y la humanizan más todavía. La utopía de la paz que está por llegar, llegará, aunque no sepamos bien cómo ni cuando, pero es la que canaliza los mejores esfuerzos y la que promueven las personas de bien que a lo largo de la historia han hecho posible un mundo más desarrollado económica y socialmente.

Mas, de nuevo el reparto de los bienes se ha desequilibrado al máximo y muchos sencillamente están excluidos de dicho reparto, por lo que la sociedad mundial anda dando vueltas sin dirección, ni saber bien a donde debe ir; guerra de los mercados lo llaman, ¿Dónde quedan las personas? Pues muchas quedan a merced de la Providencia, que sigue actuando por medio de la generosidad de muchas personas y alimentando la esperanza de los que padecen una marginación y pobreza transitoria.

domingo, 4 de diciembre de 2011

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JORNADA DE ENCUENTRO E INTERCAMBIO: Día de los sin techo 2011 “Todos somos ciudadanos. Nadie sin hogar”



San Fernando, parroquia del Santo Cristo, 26 de Noviembre de 2011

Creo no equivocarme si comienzo agradeciendo a las personas sin hogar, en nombre de todos los voluntarios y trabajadores sociales de Cáritas, que nos den la oportunidad de dar lo mejor de nosotros mismos, porque esta Jornada de Encuentro e Intercambio-2011 así lo prueba. Ha sido un encuentro gratificante porque tanto los organizadores como todos los participantes (trabajadores, voluntarios y personas sin hogar), han contribuido de manera ejemplar en su resultado.

La Jornada viene precedida de otros actos públicos celebrados en la localidad a lo largo de la semana.

Durante los días 21, 22 y 23 de noviembre se han mantenido reuniones con representantes políticos para presentarles la Campaña y que se comprometieran en la adopción de las medidas necesarias para hacer realidad en San Fernando el derecho de empadronamiento de las personas sin hogar, vivan donde vivan. Las reuniones fueron solicitadas por Cáritas Arciprestal de San Fernando, por iniciativa del nuevo cura delegado, Alfonso Gutiérrez Estudillo, acompañado de la trabajadora social de Cáritas, Blanca Esther García Gutiérrez. La solicitud de dichas reuniones tuvo una buena acogida por los representantes políticos de todas las tendencias y un mejor resultado ya que se han comprometido a elevar una propuesta o declaración de intenciones en un pleno municipal donde consten una serie de mejoras en lo que respecta a la respuesta actual que se ofrece a este colectivo desde esta ciudad. También, a nivel individual, algún grupo municipal se ha comprometido a algo en concreto: conocer el funcionamiento de la Unidad de Agentes Tutores y Servicios Sociales, de la Policía Local de La Línea de la Concepción, para intentar desarrollar algo semejante en San Fernando, y poder establecer protocolos de actuación cuando se encuentren con personas que estén viviendo en la calle; proponer una modificación del reglamento que regula la Mesa Local de Transeúntes existente en la actualidad para convertirla en un espacio de encuentro y trabajo en equipo mucho más práctico y funcional.

La mañana del día 23 de noviembre se convocó a la Mesa Local de Transeúntes, para presentar la Campaña de este año y se dio información relativa a los datos de la Memoria 2010 así como de 2011 sobre el Servicio de Atención Social a PSH de Cáritas convenido con el Excmo. Ayuntamiento de la ciudad.

El día 24, en la plaza del Rey, a las doce de la mañana, tuvo lugar una concentración y lectura de un Manifiesto de sensibilización y denuncia. Este acto se celebró simultaneamente en muchas ciudades de España, para que sonara con la mayor fuerza posible la voz de los sin voz, para hacer visibles a los invisibles de la sociedad, al menos por unos minutos o unos días. Este acto fue muy emotivo, leyeron el manifiesto varias personas afectadas, y al final se encendió una vela en recuerdo de una persona fallecida en nuestras calles en el pasado mes de junio. A la concentración asistió un aceptable número de personas.

Hoy, día 26, tuvo lugar la Jornada de Encuentro e Intercambio de los distintos proyectos que conforman el Programa Diocesano de PSH de Cáritas. Como dije al principio resultó plenamente satisfactoria porque nos sirvió para afianzarnos en las acciones en marcha, para darnos cuenta que no estamos solos en la tarea, y para aprender de nosotros mismos, pues cada uno aportó, como dije antes, lo mejor de sí.

Pero hubo algo que me gustó especialmente: la sencillez, la espontaneidad, la ausencia total de protagonismos.

Siguiendo el orden del día la primera intervención corrió a cargo de Lorena para profundizar un poco en la presentación de la Campaña, destacando los objetivos de la misma y haciendo hincapié en las carencias legales y administrativas que impiden dar satisfacciones adecuadas a la personas sin hogar.

En segundo lugar, Pablo y Montse, al alimón, hicieron una interesante exposición del contenido y desarrollo del Pretaller Sociolaboral llevado a cabo en Cádiz, dejaron muy claro que había merecido la pena, tanto por el buen ambiente, el aprovechamiento, como por los resultados, ya que casi todos los participantes han realizado las pruebas en las empresas correspondientes, salvo una persona que espera su turno en breve.

Como no andábamos muy sobrados de tiempo alteramos el orden del día, y después de tomarnos un café, los “blogueros” de Cádiz y San Fernando expusieron su experiencia con las nuevas tecnologías. Primero Fernando, de Cádiz, del proyecto “Luz y sal”, habló del objetivo esencial del blog: dar publicidad, o mejor, una voz a los que viven en la calle, para que de alguna manera puedan decir lo que piensan, lo que hacen, lo que proponen, y se les oiga y se les escuche. Ellos lo hacen entre todos. La dirección de su blog es: “una mirada en la calle.blogspot.com”. Yo, como representante del proyecto de PSH de San Fernando, tuve que reconocer que nuestro blog es muy recentito y no hemos llegado al nivel de participación de los de Cádiz. En septiembre empecé a subir mis reflexiones sobre algunas personas que han pasado por nuestra oficina y en alguna ocasión he subido algún texto de personas que no se han atrevido a escribir. La dirección es: “pshsanfernando.blogspot.com.”

José Antonio, del proyecto “Café y Calor” de la Línea de la Concepción, hizo una intensa exposición sobre la actividad de Cáritas y culminó su exposición con la presentación de un video donde narra la fantástica odisea a Francia de una persona enferma mental y dada por muerta. Un caso conmovedor, que devuelve a una hija pródiga a su hogar donde la reciben con gran alegría, porque ha aparecido y porque además la acompañan hasta dejarla en su casa, con los suyos. A pesar de habérselo solicitado no le parece oportuna la publicación de este documento por respeto a las personas implicadas.

Por último intervino, con elegancia y precisión, Juan, del Piso Alternativo. Un voluntario veterano que mostró un sincero agradecimiento por la invitación a la Jornada y poder compartir su experiencia con otros voluntarios de otros proyectos, lo cual le resultaba muy enriquecedor.

La verdad es que fue una auténtica convivencia, y para rematar el día hemos de agradecer la disposición y el buen hacer del grupo de cocineros y camareros que nos prepararon el café y la comida. Bueno, la comida fue una idea entre Alfonso, el cura Delegado, y Juan, un acogido del Hogar, la víspera de la jornada, y supongo que una consecuencia más de las tertulias mañaneras de cada día en la calle Isaac Peral.

Mañana, domingo 27 de noviembre, podremos celebrar una eucaristía especial, pues será en el Hogar Federico Ozanam, allí donde viven muchos de los que nos acompañan en nuestro día a día.

Y por último, y aunque no venga mucho a cuento, diré que a las trabajadoras sociales de los servicios municipales les ha llamado la atención que haya siempre un grupo de personas en nuestra puerta, lo cual a mí me sugiere que se puede llamar la atención de muchas maneras, con mucho ruido o sin ruido, yo creo que basta hacer las cosas bien, sin esperar tampoco nada, y de manera constante; la fidelidad es un valor permanente, siempre oportuno, y un referente para esta sociedad tan cambiante, tan insegura, tan frívola. Sigamos entonces confiando en Quien nos ha dado este don de servir y no le traicionemos nunca, ni nos sirvamos de Él dejándonos arrastrar por alguna humana ambición.


En San Fernando, a 26 de noviembre de 2011.
Octóvilo Mateos Matilla.

viernes, 2 de diciembre de 2011

soy...

Soy...
Soy de esos de los que no necesitan que le digan mil veces te quiero, de los que se conforman con que una vez lo digan y sea de verdad. Tambien soy de esos de los que se rien sin tener motivo y de los que lloran por cualquier tonteria. De los que aun estando muy mal sonrien para que nadie se de cuenta de lo que pasa. De los que dan consejos y no hacen lo mismo. De esos de los que confian rápido y luego terminan mal. De los que buscan algo de verdad, no puros juegos. De esos de los que cuando se mueren por besarle, se aguantan, hasta que ella lo haga. También de los que se ilusionan muy rápido y luego acaban mal. De los que prefieren aguantarse las cosas, en vez de decirlas, hasta que revientan. De los que quieren por encima de todo, de los que cuando aman, lo hacen de verdad. De los que tienen vicio al chocolate y al tabaco. De los que mienten cuando dice que no la hecha de menos, que no tiene ganas de verla. De los que se dejan llevar. De los que odian que lo juzguen antes de conocerlo. De los que lo dan todo por amor. De los que piensan que el amor existe, aunque a veces duden de ello. De esos que sin tener nada busca algo para que tu lo tengas, porque al ver yo que tu eres feliz yo lo soy aun mas. Soy de esas personas de que todo lo que hace lo hace de corazón y sin pedir nada a cambio. De que si estas mal estoy  hay hasta sacarte una sonrisa. Soy de esas personas que me gusta recordar porque pienso que los recuerdos son los momentos mas felices que hemos pasado todos en la vida....Soy de esas personas que se hace 100 preguntas al dia y ninguna tienen respuestas.
Daniel.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Presencia



Vamos a descansar hoy un poco, y nos vamos de excursión......



La naturaleza delata
Tu presencia,
unas veces descaradamente,
humildemente, otras
y a veces se oculta
enigmáticamente.
En cualquier caso
Tu siempre estás
Detrás de unos ojos atentos,
De unas manos generosas
De unos pies decididos
Que no se apartan del camino.
Tu presencia se multiplica
En la alegre floresta,
En la verdura refrescante,
En las elevadas montañas;
En los graciosos animalillos
En los salvajes y fieros.
Todo es para deleite
de nuestros ojos
que no ven tu divina providencia
entre tanta belleza y abundancia,
ojos velados para tu misteriosa presencia.
Dame, Señor, la gracia
De unos ojos limpios,
Que miren sin malicia ni prejuicios,
Que me permitan contemplar
tus misterios
Y me acerquen a tu divina
presencia,
Sin perecer.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Un frenazo providente en una carrera a ninguna parte.



Hoy he tenido una nueva experiencia, a estas horas de la noche no se me ha borrado la imagen, ni creo que se me vaya a borrar tan fácilmente. Me ha dejado marcado, y cuanto más pienso en ella más me conmueve. No tenía ni la menor idea de lo que se puede sentir viendo entrar en la sala del juicio, esposado, a una persona que conoces, con la que has tenido un trato frecuente y agradable durante meses, ver su cara, sentir cómo te mira, sorprendido, porque no te espera, o avergonzado de que le veas en ese estado. Al fin me decidí a preguntar a una persona que estaba también a la puerta como nosotros, ¿viene por Jesús? Sí, contestó, soy su psiquiatra de la cárcel; tuve que esperar un rato más, porque salieron los abogados, para volverla a preguntar: Perdone que le moleste: ¿cómo se encuentra moralmente Jesús? No supo qué contestarme, sólo me dijo: “yo creo que lo que peor le ha sentado es aparecer esposado y que lo veamos”. ¡Vaya por Dios!, ¿hice bien en ir o en dejar que me viera?
Ya no tiene remedio, al menos era yo la única persona conocida, que no fuera funcionario o tuviera que estar allí por obligación, y que había ido sólo por él, por hacerle compañía y decirle de alguna manera que algún amigo se acoraba de él.
Mi compañera me comentaba si era de veras necesario que esposaran a las personas, que eso era muy fuerte. Yo le contesté que la policía tenía que defender a la sociedad, nosotros éramos en cambio la misericordia, y tenemos a veces que ver a alguien llevar su cruz sin que podamos evitarlo. Entonces ella me contestó: claro, claro, nunca saben cómo va a reaccionar una persona.
¡Qué importa el motivo por el que Jesús está en prisión! Cuando estuvo con nosotros siempre fue una persona servicial, agradable, interesada en todo tipo de temas, respetuoso, excelente compañero ya que compartía toda su información, que no era poca, y disfrutaba sinceramente de nuestra compañía. ¿Qué le ha podido pasar desde que se fue para cometer un delito que le va a costar unos años de cárcel? Quizá lo sepamos algún día en el que él nos cuente su pasado al que no retornará, porque ya ha asumido su pasado más remoto aún vivo y traumatizador.
¡Ánimo, Jesús, y lucha por tu liberación, que la cárcel es una etapa necesaria quizá para alcanzarla!

domingo, 27 de noviembre de 2011

Con la caravana a cuestas




Hoy, por fin, le toca el turno a T. aunque ya unos meses que nos visita, no había encontrado ni el momento ni el modo de comentar cómo son las visitas de T. No sé bien si será porque ella habla tanto y tan deprisa que no me permite asimilar cuanto dice, porque es en verdad un torbellino de sentimientos e imaginación, y como lo dice con tanta gracia, te distrae ella misma y no le das la importancia que tiene a lo que dice. Quizá ella misma no es consciente de la trascendencia de todo lo que dice. También protesta mucho de todo, y esto lleva a ser prevenido para no seguirle el juego, no sea que vaya a pensar que siempre tiene razón. Yo me he atrevido varias veces a pararle un poco los pies aconsejándole que no use un lenguaje tan agresivo, para no ganarse enemigos ni complicarse la vida. Baja el tono, murmura algo como si no se creyera del todo lo que le digo, pero acepta y sonríe un tanto descolocada.

T., es muy especial, es fuerte, con una voz tremenda, se esfuerza por caer bien y es muy generosa con cualquiera. Disfruta contándonos sus problemas, dándonos su opinión y contándonos numerosas anécdotas de su vida. Es todo un personaje, hay pocas cosas que no conozca y ha corrido mil aventuras, como legionario ha tenido que superar numerosas pruebas; ha pasado también por la cárcel, fruto de negocios y conductas peligrosas; ha tenido y tiene una vida agitada y dura, muchas peleas, físicas y verbales.

Ahora vive en una caravana desde hace tiempo, cobra una pequeña pensión que no le permite mantener el coche, la caravana, comer y vestir. Pero T. a toda costa quiere que le solucionen sus problemas, se queja constantemente de las pocas ayudas que se ofrecen a las personas de la calle. Tiene un corazón enorme, se preocupa por lo que pasan todas las personas sin hogar, yo creo que si le dejaran era capaz de atender ella sola a todas. El alcalde es el peor, los servicios sociales son poco o nada eficaces. No soporta que la gente ande pidiendo o pase hambre, acoge en su caravana a cualquiera que esté necesitado, vamos, que de lo que tiene da. Por este lado la entiendo, no le cabe en la cabeza que las instituciones, que tienen tanto, no sean capaces de socorrer a todos los necesitados.

Las reivindicaciones de T. son casi ilimitadas y se repiten un día y otro, señal de que no avanzamos; esto es motivo de que haya que contener a T., y a pesar de su energía he de confesar que se contiene para no explotar cuando viene agobiada por un asunto de juzgados o por el apremio del pago de un recibo. Sobre todo reclama el derecho a un camping barato donde pueda aparcar su caravana y disfrutar de unos servicios esenciales, sobre todo de una toma de corriente eléctrica para hacer funcionar el frigo, porque el generador le trae problemas de ruido y económicos. Cierto que su ingenio es también muy agudo y se vale para solucionar muchos pequeños problemas y es capaz de hacer cualquier chapuza, incluso se siente capaz de arreglar un coche. Como nos ha contado más de una vez es un auténtico superviviente, lo fue cuando estuvo de legionario y lo es ahora como persona sin hogar, bueno con un hogar móvil: su caravana. A esto añádele una dosis de buen humor y entonces tenemos también otra muestra de su capacidad de supervivencia y la facilidad que tiene para ganarse la simpatía a primera vista.

No he mencionado una de sus principales preocupaciones, incluso quiere denunciar a la Junta, porque no le concede el derecho a operarse para convertirse en lo que ella quiere ser, una mujer completa. En cualquier caso yo le deseo que encuentre la paz consigo misma primero y seguro que la transmitirá a los demás, así la vida será más amable con ella.