martes, 28 de febrero de 2012

Su sonrisa es como sus cuadros



Desde Venezuela, pasando por Portugal, y en cualquier parte, J.D. es tan ligero que vuela, su pensamiento se dispara, y a veces parece que se desborda. Hoy por fin lo he visto dibujando sobre un trozo de madera y me ha dejado sorprendido, he visto reflejados detalles concretos de su vida que me ha contado a grandes rasgos. Su pensamiento produce muchas ideas, por eso no le da tiempo a contar todo lo que es capaz de imaginar, lo que él siente tiene que plasmarlo de alguna manera, pero no encuentra las palabras, o se trabuca, tropieza y desiste con un expresivo gesto: ¡Vah, en otro momento!
Hoy lo he visto, en medio de la tertulia, coloreando un dibujo sobre una tabla, en seguida he querido ver reflejada parte de su experiencia como guía turístico en la selva del Amazonas, pues representa una flora exuberante pero ordenada, muy vistosa, y humanizada, las flores son ojos o son símbolos: de eternidad, de paz, de abundancia, de una belleza concreta y asequible.
Tiene mérito en una situación de carencia total poder expresar tal riqueza de sentimientos y aspiraciones, tan humanos y bellos.
Quizá JD necesita sosiego y medios, o no, quién sabe si no es así como él es capaz de expresarse, en medio de las voces disonantes, en un breve e intenso descanso entre carreras a ninguna parte, o para calmar la tensión de una espera infructuosa. Tiene mérito ir adornando instantes, haciendo florecer bellas flores de los caminos a lo largo de las sendas por las que le lleva una búsqueda incesante sin vislumbrar el final.
JD sonríe siempre, bueno, siempre que le dejan las preocupaciones, su sonrisa es como sus cuadros, a salto de mata, a intervalos, destellos radiantes y luminosos. Ojalá que tu sonrisa, JD., no se apague nunca y llegue a formar parte de tu semblante natural, tu obra maestra.

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