viernes, 31 de agosto de 2012

La sociedad intenta vivir sin Dios y una persona más lo ha encontrado en la cárcel.



Hacía tiempo que no profundizábamos tanto en esas tertulias a veces improvisadas, que surgen según el ánimo de los que nos visitan. Hoy la ha provocado, en el buen sentido de la palabra, una persona que llegaba por primera vez, tenía una mirada franca, y la palabra cortés y dispuesta a comunicar sin reservas.

Comentamos sus rasgos faciales sin ningún inconveniente y le confesamos que nos parecía indio, él nos respondió que era gitano y en seguida nos dijo que había estado en la cárcel, no recuerdo en cual de los Puertos, con mucha humildad intentó relacionar la condición de su raza con el hecho de haber estado en la cárcel, pero nosotros nos negamos a aceptar que hubiera una relación de necesidad entre una cosa y la otra . Quizá nuestras palabras estimularon su confianza y en seguida nos dijo que allí había encontrado a Dios, que ahora que está fuera le da pánico dormir en la calle.

La cárcel, confieso que cada vez me va pareciendo un lugar menos temible a medida que van pasando por aquí personas que han pasado un tiempo de su vida en prisión, y que ahora la abandonan sea en libertad provisional sea definitivamente; bueno, esto último es algo que no se puede asegurar y menos con la que está cayendo, pues ya es la segunda persona que expresa, recién recuperada su libertad, que siente un gran temor a vivir en la calle, y no digamos a dormir en ella.

Otro tema que nos ocupó unos minutos fue el del perdón, nuestro amigo instantáneo nos explicaba cómo gracias a la lectura diaria de la Palabra de Dios había encontrado la respuesta adecuada para encaminar su vida por una senda nueva. Pero algo no nos parecía a nosotros muy acertado ni consecuente con su hallazgo, seguía culpándose de su mala vida de una manera muy viva, de manera que se limitaba a sí mismo para emprender con decisión una nueva vida, o no se creía con derecho a ella. Le insistíamos que debía perdonarse, porque seguro que Dios lo había perdonado, que debía hacer un esfuerzo por sentir el perdón de Dios y vivir más relajado y confiado.

Había también hoy otra persona un tanto especial, que hacía de la oficina de nuevo un lugar universal, inglés de origen había vivido en el oriente cercano y otros países europeos. Yo no debía estar hoy muy acertado en el trato ya que provoqué su enfado y decidió no hablar más, porque decía que yo no escuchaba. Esto lo decía porque se definió como “misántropo” mientras hablábamos de si el hombre es bueno o malo, o si la sociedad nos parecía realmente una sociedad de seres humanos. Él decía que los hombres no le parecían dignos de confianza. Yo, con mi buena voluntad le corregí lo de misántropo, porque me pareció muy fuerte, y como era extranjero pensé que querría decir “filántropo”. Esto le irritó: “sé perfectamente lo que estoy diciendo. Tú no quieres escuchar”. Le pedí perdón, pero no hubo manera, estuvo callado un rato.

Esto hablábamos mientras su amigo se entrevistaba con la trabajadora, su amigo al salir se incorporó a la charla y dijo de pronto una frase que me sorprendió, venía a decir que los hombres habían abandonado a Dios y con ello se habían degradado a sí mismos y la sociedad no avanzaba por lo mismo. Sobran los comentarios.

La verdad es que hoy la tertulia podía haber dado mucho de sí, de todos modos podéis comprender que más no se puede pedir que dé de sí una sola mañana.

jueves, 30 de agosto de 2012

Una denuncia más de tres palizas más




Hacía tiempo que no había que denunciar hechos tan lamentables, esta semana de nuevo un grupo de jóvenes han propinado una paliza a una persona sin hogar, que dormía con todo el derecho en un cobijo público, con todo derecho, ya que no dispone de un techo propio ni prestado. Y los hechos han ocurrido en nuestra ciudad, San Fernando, por eso el dolor es doble, por las víctimas indefensas y porque en nuestra ciudad haya jóvenes capaces de hacer semejante vileza. Me dice que con la suya son tres las palizas en el último mes. Nadie debe sentirse al margen en estos casos, creo yo, porque es difícil encontrar una disculpa.

Esta mañana me sorprendió ver a L., nuestro fiel amigo, con un ojo morado; cada mañana viene a tomarse uno o dos cafés, mientras pide en la puerta del mercado que está cerquita; además se lleva unos caramelos “para los niños”, me dice cuando lo miro, y yo le contesto con media sonrisa: “ya sabes, tres por barba”, sin especificar...

Pero hoy la cosa tenía un tinte diferente, aunque a pesar de la fuerte paliza que le dieron, no había perdido el humor y repetimos la ceremonia habitual, después de haberme contado la paliza y decirme que, gracias a Dios, no le había quedado otra secuela que el ojo llamativamente morado; así se lo confirmaron en la residencia donde lo llevaron en ambulancia y hecha la denuncia.

Una denuncia que no servirá más que para aumentar una inútil estadística oficial, o para ser utilizada por Cáritas u otra institución que se ocupe de las víctimas de la marginación y las injusticia, y nos quiera hacer ver los males de la sociedad y de las personas que la formamos, porque no podemos darnos por conformes con la sociedad que hemos creado, por mucho que las leyes tan “comprensivas” por las que nos regimos las haya aprobado un parlamento, eso no quiere decir que sean justas, si permiten que los jueces sean más comprensivos con los criminales que con las víctimas, como ha ocurrido hoy con el juez de vigilancia penitenciaria concediendo la libertad condicional a un criminal redomado, en supuesta fase terminal, sin arrepentirse de sus numerosos y fieros crímenes, después de visitarlo en la cárcel.

jueves, 23 de agosto de 2012

Unos niños traviesos que se han extraviado



A penas unos minutos de charla con M. y producen una enorme sorpresa: otra persona que ha sufrido mil desengaños en a penas treinta años de vida, todos los desengaños que están a la orden del día, al alcance de numerosas personas normales y corrientes de hoy en día ( una, dos o tres separaciones matrimoniales, al menos un hijo perdido con cada pareja; la calle, en albergue o a la intemperie, o quizá de ocupa compartiendo lo poco y según la compañía; más traiciones, ahora de amigos de infortunio) , pero, no guarda ningún rencor, es incapaz de quejarse de nada ni de nadie; esta es la sorpresa, le queda empuje para seguir buscando, busca una vida que le pertenece a él y tiene derecho a disfrutarla; o quizá su vida no es más que una búsqueda incesante, sólo que en su caso esa búsqueda circula por vías más esforzadas y dificultosas, escarpadas en muchas ocasiones; y como tiene moral suficiente las dificultades le vienen a la medida de su resistencia. Sólo Dios lo sabe.

Hasta mañana, le contesto al despedirse, pero añado “si Dios quiere”, entonces un compañero me pregunta (y no es el primero por desgracia) ¿por qué dices si Dios quiere?, dando por hecho que Dios querrá, y que yo meto a Dios en demasiados “fregaos”. Pero yo le respondo que de esa manera sé “quien manda en mi vida”, además es una forma de mostrar nuestro reconocimiento a la presencia permanente de Dios en nuestras vidas. Me parecen a mi estos que protestan cuando yo añado el estribillo “si Dios quiere” unos niños traviesos que intentan alejarse del alcance de la mirada de su padre, inconscientes de los riegos a los que se exponen.

Pero, hace tiempo que hemos eliminado a Dios de nuestras expresiones cotidianas y de nuestras vidas, queremos vivir a escondidas de nuestro padre, haciendo lo que nos divierte. Hasta que ha llegado el momento en que efectivamente nos hemos extraviado, fuera del alcance del amparo amoroso y seguro del Padre, nos hemos perdido, y quizá no nos oye, o estemos asustados y no somos capaces de gritar: ¡Padre!

Bueno, afortunadamente hoy somos muchos los hijos pródigos que hemos decidido volver a la casa de nuestro Padre, Dios, donde se nos recibe con los brazos abiertos y siempre hay algo para calmar el hambre y la sed, real y de justicia, y un cobijo para descansar de las fatigas e incertidumbres de la vida.

lunes, 20 de agosto de 2012

La Iglesia que yo amo



Parece que tuve suerte, buscando entre los textos que colecciono encontré mejores palabras para expresar cómo es esa Iglesia Santa, acogedora, eterna...

Cardenal Raúl Silva Henríquez: "La Iglesia que yo amo"

La Iglesia que yo amo es la Santa Iglesia de todos los días.
La encontré peregrina del tiempo, caminando a mi lado.
La tuya, la mía, la Santa Iglesia de todos los días.
La saludé primero en los ojos de mi padre, penetrados de verdad.
En las manos de mi madre, hacedoras de la ternura universal.
No hacía ruido, no gritaba, era la biblia de velador,
Y el rosario y el tibio cabeceo del Ave María.

La iglesia que yo amo, la Santa Iglesia de todos los días.
Antes de estudiarla en el catecismo,
me bañó en la pila del bautismo, en la vieja parroquia Santa Ana.
Antes de conocerla ya era mía, la Santa Iglesia de todos los días.
Era la iglesia de mis padres y la iglesia de la cocinera.
La Rosenda lloraba las cebollas, rezando el Padre Nuestro iba a misa la María,
Me llevaba de su mano a la Iglesia Santa de todos los días.
En la aventura del mundo que crecía, con Pablo y con Pedro y Teresita,
La Iglesia Santa de todos los días.

Jesucristo, el Evangelio, el pan, la eucaristía, el Cuerpo de Cristo humilde cada día.
Con rostros de pobres y rostros de hombres y mujeres,
que cantaban, que luchaban, que sufrían.
La Santa Iglesia de todos los días.

A los 10 años se dice, a los 12 misioneros, a los 13 y los 14,
vitrales increíbles de mil rostros y voces llamadas.
Vino el obispo y el sacerdote, la palabra que oraba y penetra las raíces de la vida.
Juntaba pueblos, despertaba a los dormidos,
Llamaba a la oración añorados perdones de constricción,
Remecida de testigos, la iglesia comunión argüía, incomodaba,
Convidaba a la basta corriente de la paz,
A los riesgos misioneros,
A las selvas del Congo,
Al seguimiento del amigo.

La iglesia del corazón limpio,
La iglesia del camino estrecho,
La bella iglesia de la vida,
La Santa Iglesia de todos los días.

Y el Papa de nuestra fe, en mi corazón joven,
Apretando a la justicia, traduciendo las bienaventuranzas,
abriendo bastos horizontes, prolongando nuevas andanzas
y rostros ignorados y pueblos heridos, de quemantes abandonos,
el Papa de todas las lenguas, de urgentes problemas,
de infinitas confianzas, el Papa de la Iglesia de todos los días
y los mandamientos de su sabiduría.

Y lo que no estaba, ni está , ni estará oficialmente inscrito y reservado,
El pueblo de la iglesia sin fuerza, la iglesia ancha de las 100 mil ventanas
Y el aire del espíritu católico circulando en libres espirales
Y los pobres construyendo catedrales de paja, desperdicio y leño,
Con ojivas de pizarreño y lo mejor de su pobreza.

Escuchen que vienen por las calles la iglesia de las grandes y pequeñas procesiones,
La iglesia heroica de amor, la vieja heroica de amor entre rezos y devociones,
Desde sus andas multicolores, los santos le preguntan sus perdones,
Porque crió los hijos que no eran suyos y rezó por muertos que la humillaron
Y vivió tan pobre sin voto de pobreza y dio la mitad de lo que no tenía.

Va en procesión feliz detrás del anda,
Los santos la miran desde su baranda distinta en su tecnología,
Esta humilde iglesia de todos los días.

Amo a la iglesia de la diversidad, la difícil iglesia de la unidad.
Amo a la iglesia del laico y del cura, de San Francisco y de Santo Tomás,
La iglesia de la noche oscura y la asamblea de la larga paciencia.

Amo a la iglesia abierta a la ciencia, y esta iglesia modesta con olor a tierra,
Construyendo la ciudad justa, con sudores humanos,
Con el credo corto de los apóstoles.

Amo a la iglesia de los padres y los doctores,
De algunos sabio de hoy en día que escriben libros para los hombres y
no se quedan en librerías.

Amo a la iglesia de aquí y ahora,
La iglesia pobre de nuestro continente,
Teñida de sangre, repleta de gente
De pueblos antiguos sin voz y derrotados
Amo a la iglesia de la solidaridad
Que se da la mano en santa igualdad.

Amo a esta iglesia que se acerca a la herida de su Cristo.
La iglesia de Puebla y Medellín, de Dom Elder, de Romero y Luther King,
que vienen de la mano de Moisés, David, Isaías y Exequiel.

Amo a la iglesia que va con su pueblo sin transigir la verdad,
Defiende a los perseguidos y anhela la libertad.

Amo a la iglesia esperanza y memoria,
A la iglesia que camina y a la iglesia de la santa nostalgia,
Sin la cual no tendrían futuro.

Amo a la iglesia del verbo duro y del corazón blando.
Amo a la iglesia del derecho y del perdón.

La iglesia del precepto y de la compasión,
Jurídica y carismática, corporal y espiritual,
Maestra y discípula,
Jerárquica y popular.

Amo a la iglesia de la inferioridad, la pudorosa iglesia de la indecibilidad.
Amo a la iglesia sincera y tartamuda,
A la iglesia enseñante y escuchante,
La iglesia audaz, creadora y valiente,
Y a la santa iglesia convaleciente.

Amo a la iglesia perseguida y clandestina,
Que no vende su alma al dinero omnipotente.
Amo a la iglesia tumultuosa ya la iglesia de surcos milenarios,
Amo a la iglesia testimonial y a la iglesia herida de sus luchas interiores y exteriores.
Amo a la iglesia por conciliar que va de la mano respetablemente de la Santa iglesia tradicional.

Amo a la iglesia de la serena ira,
A la iglesia de Irlanda y Polonia, de Guatemala y de El Salvador,
A la iglesia de los postergados y a la iglesia de la multitud de marginalizados.

No quiero una iglesia de aburrimiento, quiero una iglesia de ciudadanía,
De pobres en su casa, de pueblos en fiesta, de espacios y libertades, quiero ver a mis hermanos aprendiendo y enseñando al mismo tiempo, iglesia de un solo Señor y Maestro
Iglesia de la palabra y de los sacramentos.

Amo a la Iglesia de los Santos y de los pecadores
amo a esta Iglesia ancha y materna
no implantada por decreto,
la Iglesia de los borrachos sin remedio,
de las prostitutas que cierran su negocio el Triduo Santo.

Amo a la Iglesia de lo imposible
la Iglesia de la esperanza a los pies de la mujer,
la Santa Madre María.
Amo a esta Iglesia de la amnistía,
la Santa Iglesia de todos los días.

Amo a la Iglesia de Jesucristo,
construida en firme fundamento,
en ella quiero vivir
hasta el último momento.

Amén.

en defensa de la Iglesia



(Encontré estas palabras que pueden hacer comprender a muchos por qué conviene distinguir entre la Iglesia, Santa en su creación, y los que la representan o los que se dicen católicos y sus hechos los contradicen. Y quiero ponerlas aquí porque ya estoy “un poco cansado” de escuchar cada día todo tipo de críticas a la Iglesia, al Papa, etc. y tener que defenderla en solitario. Reconozco que me afecta, a veces me altero,  y a veces me dan ganas de retirarme de una sociedad desagradecida, inculta, donde todo el  mundo critica. En cambio, la grandeza de la Iglesia es que da cobijo a todos, porque Cristo, su fundador,  murió por todos, sin distinción, y recomienda perdonar hasta setenta veces siete.)
Vittorio Messori
“Queda el escándalo, sobre lo que Jesús dijo: «Ay del que causa escándalo». ¿Es para perder la fe? «No, el cristiano conoce bien la distinción que hacía Maritain entre la Persona de la Iglesia, que es santa, y el personal de la Iglesia, que, como toda institución humana, está limitada por el pecado de cada uno de nosotros. Lo importante es que la Iglesia anuncie el Evangelio. Si luego quien lo anuncia es santo, agradecemos al Padre Eterno. Si es un canalla, paciencia: es, de todos modos, un custodio de la Gracia». ¿Pero no son demasiados y están demasiado encumbrados los canallas que hay hoy?
Y no olvidemos una cosa: hoy el personal es decadente, pero la calidad del vértice jamás ha sido tan alta. Desde la época napoleónica en adelante, todos los pontífices han sido canonizados, o merecerían serlo. No siempre ha sido así”.


viernes, 17 de agosto de 2012

Adiós, Antonio






(Hoy quiero despedir a una persona que no era un sin techo, propiamente, pero era una persona víctima de los males encadenados que afectan a muchos en esta sociedad, uno de tantos que buscan la felicidad personal por el atajo de la droga y por esa decisión equivocada pierden los lazos familiares y sociales y les asalta la soledad y la infelicidad).

Antonio era, por supuesto, un acogido más, pero diferente, padecía el solo muchos de los males que afectan a nuestra sociedad, pero uno era al parecer irreversible y acabó con él este verano, sin que nos enteráramos. Es cierto que lo echamos de menos y estábamos pensando en ir a verlo, pero no nos dio tiempo a despedirlo, y lo sentimos.

Antonio era una persona elegante y moderna, protestaba mucho, aunque cada vez se iba debilitando y sus protestas a penas lo eran, solo quería tranquilidad, y se conformaba más con lo que le dábamos. La última vez que vino nos pedía cosas blandas de comer, calditos y cosas así, porque no tenía ya dientes; no es que fuera una persona mayor, él era joven, pero las drogas endurecieron tanto su vida que la redujeron a la mitad.

A pesar de todo Antonio era una persona alegre y le gustaba nuestra conversación, eso nos decía, yo creo que a veces iba más por contarnos sus problemas y desahogarse un rato que por los escasos víveres que le dábamos.

Espero que su humor le sirva de salvoconducto para entrar en una vida más placentera, que pueda disfrutar de todo aquello que no pudo disfrutar aquí porque eligió equivocadamente el atajo de las drogas. Mucho ha pagado aquí los últimos años, y muestras de arrepentimiento nos dio. Descansa en paz, Antonio.



domingo, 12 de agosto de 2012

Una abuela inagotable





Una abuela inagotable, tanto en sus fuerzas como en cuidar de su familia. ¿Cómo puede una abuela que viene  de muy lejos a trabajar a España, y lo más que encuentra es un trabajo para cuidar a un señor mayor un tanto “malaje”, año tras año ya van seis,  en cuya casa vive interna pero sin derecho a comida, mandar la mayor parte de sus ganancias a sus siete hijos y sus numerosos nietos allá en la R. D.?

Yo supongo que esto tendrá que ver con algo milagroso, tiene que tener muy dentro de su corazón a cada uno de sus hijos y nietos para resistir estas condiciones de vida, alejada físicamente de los suyos, día y noche cuidando de un señor extraño, poco amigable, por muy poco salario.

Aunque, también el milagro está en que ella vive con cien euros al mes, para pagar las medicinas, porque es diabética e hipertensa, en lo que gasta más de treinta euros al mes, algo le dará también al nieto que la acompaña a cáritas. Los dos presentan un aspecto absolutamente normal, y su trato es sumamente agradable. El resto de todo lo que gana, la mayor parte, la envía a su numerosa familia en la R.D, cada mes, y aún pide que no le falte el trabajo.

De cualquier modo el milagro puede que esté en esa forma de entender la vida las personas mayores, capaces de sacrificarse, de renunciar a todo - palabras que hoy causa risa o desprecio -  por sus hijos, y lo hacen sin quejarse, sin pensar en sí mismos,  convencidos de que eso es lo que tienen que hacer. ¡Bendito sea Dios!, le digo al despedirlos, yo se lo digo para agradecer a  Dios haber conocido a una persona extraordinaria, pero ella contesta con las mismas palabras, aceptando la voluntad de Dios con buen talante.

martes, 7 de agosto de 2012

Malos tiempos



Reconozco que empiezo a sentir cierta inquietud, o miedo, sin eufemismos ni evasivas. Comprendo, por otra parte, que son casos aislados, de personas incapacitadas para el autoanálisis, y por supuesto para la autocrítica; tampoco admiten con agrado la ayuda que precisan para analizar las causas de su mala situación.

Pero lo cierto es que se nota cómo el ambiente se va enrareciendo, las quejas suben de tono, y muchos se creen justificados para agredir, verbalmente por el momento, a las instituciones y a las personas que, disfrutando de ingresos, no ayudan a las personas que viven en la calle o carecen de ingresos suficientes. Se oyen amenazas como “esto va a ser peor que Grecia”, o lees asombrado en la prensa del día que Sánchez Gordillo asalta un supermercado para llevar comida a los necesitados.

Hoy he vuelto a dejar la oficina con la cabeza cargada y el corazón un tanto entristecido, porque se grita demasiado, se acusa a diestra y siniestra, a la iglesia de manera desconsiderada porque se está en un servicio que ella presta desinteresadamente; a todas las instituciones porque ni dan bastante ni como ellos quisieran. Mal momento, ahora muchos quieren solucionar todos los problemas de todos, y así se consideran justificados, o mejores que los demás.

Sí, malos tiempos se avecinan, la cizaña que hace tiempo viene creciendo en nuestra sociedad, con el consentimiento o por la indolencia de muchos, amenaza con apoderarse del sembrado; cuando nos hemos decidido a arrancarla vemos que, como nos dice la parábola, se causa enorme daño al sembrado, muchos son los que no distinguen ya entre la cizaña y las espigas. Estamos en ese tiempo de espera e incertidumbre, procurando que el sembrado se fortalezca, y esperando al final una abundante cosecha que nos libre a todos de la ruina y la desolación que nosotros mismos habríamos causado.

sábado, 4 de agosto de 2012

Claves para vivir en un mundo en crisis


Hace unos días leía estas interesantes claves para salir de la crisis en la revista Avivir245  del teléfono de la esperanza, a la que podéis acceder a través del enlace que ofrece este blog:



1.- Librarse del contagio emocional.
Las emociones se contagian. Si solo se habla de crisis, se fomenta sentimiento de sentirnos también nosotros en crisis. Sin ser insolidarios, conviene desarrollar estrategias internas para que no nos afecte aquello que no va con nosotros.

2. Estar atento a nuestro enemigo interior.
Si dominamos nuestro estado interno, donde reside todo lo que sentimos respecto a lo que nos pasa, seremos capaces de dominar el mundo exterior. Hemos de ver cómo nuestro diálogo interior nos anima o nos hunde en cada momento. Y observar qué nos contamos a nosotros mismos y cuáles son nuestras creencias limitadoras.

3. Ser responsable de la propia suerte.
Nosotros, no los demás, somos los responsables de lo que nos sucede, de nuestros
estados, de nuestros éxitos y de nuestros fracasos. Tomaremos como punto de partida las circunstancias externas y veremos qué sucede cuando nos sentimos dueños de nuestra vida, sin culpabilizarnos.

4. Ampliar el propio mapa mental.
Un mapa mental más flexible ofrece más recursos y posibilidades para enfrentarnos a situaciones cambiantes.

5. Elaborar el propio proyecto.
Parte del trabajo del futuro será autocreado. No hay que esperar a que nos den un trabajo. Hay que ser activo, buscar opciones, porque si solo tenemos una opción, el margen de actuación es pequeño; si tenemos dos opciones, estamos ante un dilema; si somos capaces de generar tres opciones, estamos aumentando las posibilidades de éxito. O sea, es una buena idea tener un plan B e incluso un plan C: tener un colchón financiero antes de lanzarnos al ruedo o combinar una actividad por cuenta ajena con otra por cuenta propia.

6. Crear una marca personal.
¿Eres tu propia marca? Si eres uno más, serás uno menos. Hay que ser capaz de dar un valor añadido a nuestra marca, ofrecer un producto atractivo y útil para los demás, que cubra alguna de sus necesidades.

7. Resistir y perseverar.
Los estudios más recientes calculan que para llegar a ser maestro en cualquier área se necesitan diez mil horas de práctica. Empezar a tener una marca personal, cambiar estructuras sociales y maneras de funcionar propias y ajenas, requiere tiempo.

8. Incorporarse a las nuevas formas de relación social.
El mundo hacia el que nos dirigimos está en red. Estar presente en esa red y hacer un buen uso de ella será una de las claves de tu triunfo. No solo se trata de ser notorio, sino también relevante.

9. Ver el nivel de vida que necesitamos.
¿Vivimos para trabajar o trabajamos para vivir? Estamos en un mundo consumista en el que se compra satisfacción a cambio de dinero. ¿A qué precio? El nivel de vida que se desea solo lo puede decidir cada uno. Lo dijo Platón: “La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos.”