José Luis Nunes MarMartin
Por más grande que sea na desgracia, siempre debe ser motivo de reflexión. Eso es más importante que el dolor que se pueda sentir, o la empatía con quien lo siente.
Hay quien se pasa la vida creyendo que la suerte o el azar dictan nuestro destino y que solo pueden alegrarse con los buenos momentos y entristeceré con los malos.
Después de una tragedia es tiempo de tratar de aprender algo. Puede ser solamente una buena dosis de aceptación por no tener mucho poder sobre la mayor parte de las cosas que nos rodean. O bien, la humildad de reconocer que no somos tan buenos como creíamos.
Después de algún tiempo, comenzamos a percibir que buena parte de las calamidades personales, que son series de desgracias, se deben más a nuestra falta de sensatez y prudencia que a infortunios ajenos a nuestra existencia.
Cuántas veces somos nosotros mismos los que nos extraviamos!
Todos estamos a merced de las circunstancias, pero la respuesta que damos a cada una es lo que define nuestra identidad. No somos víctimas de las circunstancias, seremos siempre la capacidad concreta de darles respuesta. Ahora bien, eso presupone mucho más que lágrimas y lamentos.
Hay quien cree también, en el fondo de su corazón y en las profundidades de su razón, que no somos mortales. Cada muerte es vivida con tal sorpresa que solo puede venir de un error enraizado en las profundidades de su razón. Todos tenemos el mismo destino. La muerte es para todos. Para mí, que escribo estas líneas, y para usted que las lee. Somos iguales en eso. E iguales a todos los demás.
Felices los que se perfeccionan a partir de sus infidelidades.
Pero mientras la muerte no llega, importa aprovechar bien los días y las noches de nuestra fugaz existencia. Debemos vivir plenamente, aún sabiendo que una noche vendrá en que nuestro polvo que somos pasará y volverá a la tierra, de donde, una madrugada, un soplo la levantará…
Ninguna desgracia es el fin, ni aunque sea la muerte. Hay mucho más en el cielo y en la tierra de lo que conseguimos comprender. Pero es esencial que procuremos siempre saber más a fin de aprender a sentir y a vivir mejor.
Solo una razón iluminada, permite un corazón tranquilo!
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