sábado, 7 de enero de 2017

Sólo hay un lugar donde puedo tener paz


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

Todos tenemos un rinconcito en el mundo en el cual, protegidos y distantes del ruido y la prisa, descansamos y disfrutamos de la paz por la cual pasamos la vida luchando.

Ahí, no hay fiestas ni alegrías efusivas, solo una paz pura. Allí, solos, estamos en buena compañía.

Es un error enorme creer que nos realizamos solo fuera de nosotros, o que eso es una condición esencial para una realización plena.

Quien se deja guiar por el ansia de la aprobación de los otros, no tiene conciencia de que esa avidez conduce a tal exposición que impide el recato y la intimidad donde nuestras fuerzas se equilibran y fortalecen. Quien vive para la apariencia, pronto cambia la paz interior por una ilusión de fama, tan instantánea que muere nada más nacer.

Quien no tiene donde vivir en paz es miserable. En el sentido más profundo y absoluto de la miseria.
Sólo en este lugar, que no es un sueño, puedo dormir y despertar con una sonrisa.

¿Por qué razón no estoy siempre ahí? Tal vez porque tengo que pasar por lo peor para continuar mereciendo lo mejor.

En la vida siempre tenemos que hacer sacrificios grandes para continuar existiendo en ese lugar donde aprendemos a ver el mundo como es, donde nuestros planes comienzan a hacerse realidad, donde recargamos nuestras fuerzas, donde somos y nos sentimos amados.

Amar implica salir de la comodidad y hacer muchas cosas desagradables que es imprescindible para la defensa de mi felicidad.

Caminando siempre, como si el espíritu solo avanzase cuando las personas lo mueven, procurando sin cesar la paz del otro, sin el cual no puedo tener la mía.


Y es así que, mientras en la tierra mis pies se debaten con el fango y las trampas del mundo, mi corazón experimenta ya la paz de un cielo al cual no he llegado aún. 



http://rr.sapo.pt/artigo/72770/so_ha_um_lugar_onde_posso_ter_paz

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