OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES
MARTINS
En este nuestro mundo hay crisis
todos los días. Suenan las alarmas por todos los lados. En su mayoría, las
noticias son sorpresas negativas que reclaman, de forma ruidosa, una respuesta
inmediata y definitiva.
La verdad es otra. Andamos lejos
de lo que es importante, porque nos preocupamos en acudir a todas las
urgencias. Lo que es importante nos parece tener una importancia tal que... puede
y debe ser después, con más calma y con ideas más ordenadas.
Hay muchas personas que solo se
motivan cuando el plazo final está a punto de llegar. Cree que las cosas
importantes no lo son porque... parecen ser postergables.
Ahora bien, la vida está hecha de
elecciones y nuestro tiempo es limitado. Es importante saber qué decir y qué callar.
Lo que escoger, por muy malo que pueda parecer, y lo que desechar, por muy
bueno que pueda parecer.
Nuestra vida y la de los que nos
son próximos sigue su camino todos los días, de forma irreversible. Si decido
estar lejos de alguien por algunos días, importa que yo sepa que jamás podré
recuperar ese tiempo. De la misma forma, si nunca arriesgo nada y dejo pasar
sucesivas oportunidades de hacer algo importante por mí o por alguien... es
bueno que tenga conciencia de que la principal responsabilidad por eso es y
será siempre mía.
Cualquier momento es bueno para
revisar el orden de nuestras prioridades.
Pero, es bueno tener un plan B.
Una idea de lo que es esencial, cuidando de eso con empeño y asiduidad. Si las
urgencias se desmoronaran todas en una sola noche, no caeríamos en el abismo de
la vida absurda.
Ningún hombre se baña dos veces
en las mismas aguas del mismo río.
Es un buen criterio tratar solo
de lo que es importante, desechando todo lo que no es, por más urgente que sea.
Tal vez lo más importante de
nuestras vidas sea precisamente lo que insistimos en posponer.
(ilustração de Carlos Ribeiro)
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