Mucho antes de ser un ideal de la Revolución Francesa, la fraternidad
ya era un principio de los cristianos. Con tantos ataques a la vida, al
matrimonio y a la familia, los hermanos son una especie en vías de extinción.
“Si quieres ver un niño feliz, dale un hermano. Si quieres
ver a un niño muy feliz dale muchos hermanos”, decía Fernando Ribeiro y Castro,
fundador de la Asociación Portuguesa de la Familias Numerosas (APFN) y de la
Confederación Europea de Familias Numerosas (ELFAC). Con su mujer, Leonor, tuvo
una muy numerosa y, por tanto, muy feliz familia: ¡13 hijos! En forma de
testamento –falleció en 2004- dejó esa frase, especialmente apropiada para el
Día de los Hermanos, que ocurre todos los años, el último día del mes de Mayo.
En un calendario repleto de los
más variados días internacionales y mundiales, hacía falta un Día de los
Hermanos: la circunstancia de haber sido portuguesa la iniciativa para su
creación mucho honra a nuestro país, donde u8na experiencia pionera de esta
celebración tuvo lugar, antes aún de haber ganado este dato relevancia internacional.
Como se recuerda en el sitio de la APFN: “La Confederación Europea de las
Familias Numerosas, en una deliberación tomada por su asamblea general el 18 de
septiembre de 2014, decidió proclamar, instituir y celebrar el Día de los
Hermanos el31 de mayo de cada año, después de una primera experiencia realizada
en Portugal en ese año”. Una conmemoración que está, ahora, especialmente
asociada a la entrañable memoria de Fernando Ribeiro de Castro.
“Un Día de los Hermanos –se lee también en ese
mismo sitio- es una fiesta familiar por excelencia – es una calurosa
celebración familiar en su horizontalidad y, en el sentido exacto de la
palabra, fraternidad. Ahora bien, el mes de mayo es el mes donde se señalan
algunas celebraciones familiares, como el Día de la Madre (En Portugal, en el primer
domingo de mayo) y el Día internacional de la familia, declarado e instituido
el 15 de mayo por una deliberación de la Asamblea General de las Naciones
Unidas en 1992”.
Por una feliz circunstancia, en
este mes de mayo, dos pares de hermanos portugueses fueron destacados, por muy
diferentes motivos. Primero, los hermanos Francisco y Jacinta, que el papa
canonizó en la celebración eucarística que presidió en Fátima, el pasado 13,
centésimo aniversario de la primera aparición mariana en Cova de Iria. En esa echa también, por curiosa
coincidencia, otros dos hermanos portugueses- ¡inédita proeza!- ganaron el
festival de Eurovisión: Lucía y Salvador Sobral.
Mucho antes de ser un ideal de la
Revolución Francesa, la fraternidad era ya un principio y una realidad
predicada e intensamente vivida por los cristianos. Los relatos de los Hechos
de los Apóstoles, cuya autoría se atribuye al evangelista Lucas, son especialmente
expresivos de cómo los primeros cristianos vivían esa fraternidad que, entre
ellos, tenía los contornos de una verdadera vida comunitaria. Aunque,
posteriormente, no se haya sido posible mantener ese estilo de vida y de
practicarla, excepto en algunas instituciones religiosas, la verdad es que la
fe, a pesar de ser un don personal, por el cual cada fiel tendrá que dar
cuentas al Creador, no puede ser vivida sino comunitariamente, o sea, en
Iglesia. Como la eclesiología de la comunión, asumida por el Concilio Vaticano
II, proclama, no hay lugar para un individualismo católico: no se puede ser
verdadero cristiano al margen de los otros fieles, o sea, dispensando a los
hermanos.
Por eso también, la única oración
que el Señor nos enseñó, se reza siempre en plural, al “Padre nuestro que estás
en los cielos”, a quien pedimos, entre otros dones, “el pan nuestro de cada día”.
Además, el propio Cristo se hizo acompañar de un grupo de sus discípulos que,
de esa forma, introdujo un estilo de vida comunitario. También los esposos
cristianos son llamados a vivir, con sus hijos y otros familiares, una
comunidad específica: sus hogares deben ser ‘iglesias doméstica’, donde la
relación natural es sublimada por la celebración de la misma fe, esperanza y
caridad.
Difícilmente se comprende Fátima,
si no se reconoce el ambiente profundamente cristiano de las familias de los
Pastorcitos. No solo eran primos carnales, o medio hermanos –la madre de los
dos más jóvenes era hermana del padre de Lucía- como los dos Marto eran
hermanos. Este parentesco fue importante, sobre todo para Jacinta, que encontró
en el hermano el apoyo que los padres no siempre le dieron. Por eso, cuando los
dos fueron detenidos y aterrorizados por el administrador el Concejo, los
padres Marto no intervinieron, por lo
que fue Francisco quien de hecho animó a la hermana, a quien más costó aquel
aparente abandono de sus padres. ¡Qué buenos patronos para el Día de los Hermanos!
Portugal es uno de los países
europeos con más baja natalidad y, no obstante, la mayoría de la izquierda
continúa apostando por medidas contra la vida, sea fomentando el aborto, sea
incentivando la eutanasia. No hay políticas que estimulen las familias
numerosas a nivel de población, de la educación o de la salud. No se les
facilita la opción por una educación de calidad en establecimientos no
estatales, porque los precios estipulados en estas escuelas son muy superiores
a los de tendencia gratuita enseñanza estatal que, por regla, es de menor
calidad, pero más caro a los contribuyentes que las escuelas con contrato de
asociación.
Se atenta contra la familia
natural y el matrimonio, en beneficio de otras uniones que, en algunos casos,
hasta excluyen la natalidad: a propósito de la “Guarda compartida” y bajo el
auspicioso lema “Matar (¡sic!) el matrimonio conyugal, hacer nacer al
matrimonio parental”, dos jueces De derecho, de los Juzgados de Familia y Menores
de Lisboa y Mafra, disertaron el pasado día 30, en el Seixal, después de
haberlo hecho en el Barreiro, en Oeiras, en Sintra, en Évora y en Vila Franca
de Xira: ¡una auténtica tournèe ‘conjugalícida’! Y, en el caso de Liliana Melo,
fue la propia Seguridad Social quien retiró a esta pobre madre la casi
totalidad de sus hijos, y también separó, impidiendo la convivencia de los
hermanos entre sí.
Con tantos ataques a la vida, al
matrimonio y a la familia, no extraña que se celebre el Día de los Hermanos: a
fin de cuentas, es una especie más en vía de extinción...
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