Querido mío,
Por más tiempo que pase, la felicidad que sentí no deja de ser mía. Mi corazón no me deja olvidar el timpo y los momentos en que la vida me lleno y desbordó de mi .
Hoy e difícil este dolor por ti, este pasado que no pasa, este presente en que lo que más destaca es tu ausencia. Y porque tengo la certeza de que también en el futuro no te podré abrazar...duele. Así, solo me queda esperar por la eternidad, para poder estar y ser contigo.
Nos soy solo yo: somos nosotros, contigo. El amor que me diste permanece en mi, y aquello que, con amor, te entregué ya no volverá a ser mío. Echo en falta estar contigo, la vida que tenía porque estábamos juntos. Tengo recuerdos de mi misma, de aquella que era cuando estabas aquí.
Y de soñar... de los proyectos que teníamos, de los que concretamos, de los que quedaron a medias, de los que no llegamos a comenzar y de los que ni llegamos a soñar... y esos no me atrevo a querer imaginarlos sin ti conmigo.
solo mis dolores me duelen, los de los otros siempres son más fáciles de aguantar y dominar, porque no son míos. Con el recuerdo, aun es más extraño, porque su causa no está, no se ve, por más que se explique, ni tampoco quien quiere creer en nosotros...llega a sentir un poco, por lo que la nostalgia se torna aun más solitaria.
No es fácil vivir en esta soledad a la que la saudade nos condena.
Espera por mim!
¡Espérame!
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