No había tenido la oportunidad de charlar con un poeta hasta hoy. Un poeta total, poque todo lo convierte en poesía, habla lo justo y necesario para comunicarse y enseguida ya está su espíritu transformando todo lo que ve y oye en lenguaje poético.
Llegó como todos, natural, educado, se toma su café, bueno, no le di tiempo de tomárselo porque no sé como salió el tema de la poesía, y fue olvidarse él su café, sacar un portafolios y ofrecerme la lectura de una poesía suya. Como pude lo escuché en medio de conversaciones ajenas y me gustó su sonido.
Él no estaba a gusto por el ruido y las interrupciones, así que yo le prometí que al día siguiente por la mañana quedaríamos en una terraza para charlar tranquilamente.
Me permitió estar presente en la entrevista con la trabajadora social, y tal como comenzó la entrevista sacó un folio y se puso a escribir, mientras escuchaba a la trabajadora y contestaba a sus preguntas. Poco antes de terminar, él había compuesto un retrato de la trabajadora. Increíble, y además muy perspicaz.
Digo compuso porque viéndole hacer me pareció un artista total: ve con unos ojos azules, claros, limpios, inmensos, posa su mirada suavemente sobre las personas y enseguida su mano obedece a su espíritu delicado y clarividente, escribe con letra de artista un retrato casi real.
Con su permiso os hago partícipes de las poesías que me leyó (no quiero ser egoísta, y de este modo justificar también el título de esta colaboración)
Destino
Fuimos como la luz
que hoy no brilla en el faro
como un mar sin arrecife
y barco naufragado;
Fuimos quimeras y chimeneas
en un fuego apagado
como agua sin corriente
y sin torrente
y campo arado
fuimos como un universo
en un cielo olvidado
sol que no calienta
y viento sin tornado.
(Adolfo)
Si te marchas de mi
Si tú te marchas de mí
no dejes jamás tu perfume de mujer
ni tu olor plegado a los rincones, o, casi una mirada
tuya fija en los rincones
de las rosas en los jardines
No regreses jamás con quejas de anteriores silencios
o tus obsesiones en lágrimas como siempre.
Háblame de los viejos hechos
Di tú una palabra no conocida en ti
algo parecido al viento...
usa tu memoria siempre para llegar a mi
escápate,
a donde el mar cubre
los cuerpos
y descubre el mar en los acantilados
hacia los mares inalcanzables
Desplázate en círculos
y tú me encontrarás
donde me has dejado.
(Adolfo)
Tardes de este invierno
Ante mis ojos va agonizando la tarde
en ese humilde dolor de la espera
Se va ennegreciendo el cielo con sabor
a tardes viejas, los árboles se desnudan
en su quietud fría y tensa.
Y sus hojas muertas se las lleva el viento formando
mantos blancos,
en esas tardes negras de este frío invierno
y que hasta el alma a mi se me hiela
Las gentes en sus casas sueñan despiertas
las aves en sus nidos también se enredan
en este frío invierno, de tardes secas,
con infinitas ansias de primavera
Duerme ante mi el sosiego y el silencio duerme
la tarde se va haciendo larga y tensa
sólo el rumor, y el ronco huracán del mar
aún embravecido ante mí en los acantilados viejos
nos despereza, y el rumor de las olas en la arena.
La tarde se va muriendo
entre las olas y las sombras
y el viento
cruel lamento de tierras y mares
de este frío invierno.
(Adolfo)
A un amor perdido
Ahora a mi se me escapa el sueño y la vida
esa vida en tus recuerdos
y, yo ya no sé, si tú eres realidad o quimera
se me agrietan las paredes de mi alma
sin yo recordar tan siquiera tu nombre,
ni tus sueños y, como un loco en la noche
a mí se me confunden tus recuerdos
y, en mi cabeza confusa se olvidan
hasta el sabor de tus besos
mujer fantasma sin nombre alguno
en la realidad del tiempo
Retira de mi tu cuerpo
y deja a la noche que ella
destinen sus destinos y el mío
y, en sus manos, y más oscuras de recuerdos
en tinieblas, como confusa,
en mi cabeza
y que yo pueda olvidar
tus bellos ojos de mujer.
(Adolfo)