viernes, 29 de septiembre de 2017

Cuando prefiero no ver


Opinión de JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


Los indiferentes comienzan por serlo consigo mismos, aceptándose y permiiéndose casi todo, pues, desconfiando de todo y de de todos, no tienen líneas definidas que separen el bien del mal.

Los indiferentes son cada vez más. Prefieren no ver. Si ven, prefieren ignorar. No hacen nada, Incluso porque así soportan mejor el mal de otros.

Otros hay que andan con los ojos bien abiertos, que ven y quieren ver, y que, por más que ello les cueste, actúan y vuelven a actuar de acuerdo con aquello en lo que creen. Se comprometen y se exponen a las críticas siempre afiladas de los que no hacen nada sino censurar a otros.

Debemos escuchar y confiar en aquellos que nos animan, no en quienes nos desaniman.

El mundo está cada vez más necesitado de gente capaz de construir donde oros destruyen. Crear y recrear lo que otros arrasan. La recompensa comienza inmediatamente, ya que la vida cobra sentido concreto y definido. Más tarde, vendrán otros frutos.

Ninguno de nosotros debe perder su tiempo y sus talentos juzgando a los demás. Debemos invertir nuestra vida en hacer el mundo, y a aquellos que se cruzan con nosotros, un poco mejores.

¿Pero por qué razón hay tantos indiferentes? Por miedo a sufrir. Un egoísmo que no es capaz de comprender que el miedo al sufrimiento es ya un sufrimiento... y que el sufrimiento, con sentido, edifica y engrandece.

Los indiferentes comienzan por serlo consigo mismos, aceptándose y permitiéndose casi todo, pues, desconfiando de todo y de todos, no tienen líneas definidas que separen el bien del mal. Sienten aversión a quien vive con rectitud. Porque estos, aunque fallen, lo asumen y procuran perfeccionarse, siempre con calma y confianza.

Los desconfiados siempren tienen mucha prisa. Quieren pruebas inequívocas y las quieren ahora, en caso contrario dan su falta de compromiso como probado.

En verdad, quien confía, no tiene prisa.


Carlos Ribeiro

sábado, 23 de septiembre de 2017

El milagro del Papa Francisco





P. Gonçalo Portocarrero de Almada



Hay quien desea que la Iglesia Católica se convierta en una especie de organización no gubernamental, dedicada a causas sociales y ecológicas. En el fondo, en una Iglesia sin Dios.

Aún es pronto para saber cómo recordará la Historia al Papa Francisco, pero una cosa es cierta: ya le puede reconocer un gran milagro. ¡Es así que, gracias al actual vicario de Cristo, algunos teólogos, que siempre hablaron mal de los papas, cuestionaron la pertinencia evangélica de su jurisdicción eclesial y criticaron su magisterio, son ahora, por obra y gracia de Francisco, más papistas que el Papa! La pena es que, para el loable propósito de enaltecer al romano pontífice, se sientan obligados a criticar a la Iglesia, principalmente en las personas de algunos de sus obispos y sacerdotes.

Los eternos profetas de la reforma de la Curia romana ven en Francisco al mesías esperado, que hace tanto aguardaban. Quieren que Bergoglio empuñe el látigo con que Jesucristo expulsó a los vendedores del templo, para arremeter con furia contra las vanidades eclesiásticas, o el carrerismo de los prelados y las mezquinas ambiciones clericales de poder. Es, sin duda, una excelente intención, pero conviene no olvidar que, si Francisco hoy es Papa y y antes fue cardenal, arzobispo y obispo, también hizo una 'carrera' que, evidentemente, lo llevó a la cima de la organización eclesial. Y, como él, muchos otros cardenales y obispos ascendieron, por gracia de Dios y mérito de su competencia y dedicación pastoral, a los lugares que hoy ocupan, sin ninguna ambición de poder, ni deseo de protagonismo personal. ¿No tendrán esa ambición los resabiados que tanto critican las dignidades? Como se suele decir, quien desdeña quiere comprar...

Desengáñense los que piensan que el papa Francisco va a convertir la Iglesia católica en una especie de comuna, sin diversidad de funciones, porque la jerarquía eclesial es de origen sobrenatural: no es una opción política históricamente superada, sino expresión de la voluntad del divino fundador de la Iglesia. Jesucristo no solo constituyó a los apóstoles como príncipes de la Iglesia -no en el sentido nobiliario del término, sino como sus primeros servidores- también instituyó al papa como cabeza del colegio episcopal y de la comunión eclesial, la que preside en la caridad, precisamente porque es el siervo de los siervos de Dios.

En realidad, hay quien, aunque elogiando la reforma de la curia romana, en el fondo desea su extinción: más que una reforma, quieren una revolución, que convierta a la Iglesia en una especie de orgnización no gubernamental, dedicada a causas sociales y ecológicas, pero sin dogmas ni moral; sin normas ni tribunales; sin sacramentos ni oración. En el fondo, una Iglesia sin Dios, que se confunda con la ONU, la Cruz Roja, UNICEF, Greenpeace o la FAO, totalmente entregada a cuestiones sociales económicas, pero olvidando completamente la misión salvífica que le fue encomendada por Cristo.

Quien, en pleno soglo XXI, habla de 'obispos ambiciosos y vanidosos', que no tiene “celo por sus ovejas”, ciertamente vive en la corte de los Médicis, o los Borgia, porque los obispos son, sobre todo, pastores y, además, pastores de pastores que huelen a las ovejas que buscan continuamente, con gran celo, y guían con su fecundo ministerio episcopal. ¡Cuántas visitas pastorales, hasta las parroquias más distantes! ¿Cuántas ghoras pasadas por nuestros prelados en los hospitales, en las guarderías, en los centros de día, en las residencias de la tercera edad, en los escuelas! ¡Cuánta disponibilidad en acoger a los mayores, tantas veces rechazados por las propias familias, y los más jóvenes, que los políticos desprecian, porque no votan, y de los poderosos se despreocupan, porque no tienen importancia económica!



Lo mismo se puede decir de la casi totalidad de los padres: si, en tiempos pasados, tal vez la ordenación sacerdotal pudo significar una promoción y garantizar un cierto estatus social y económico, hace mucho que ya no es así. No hay ningún padre, ciertamente, en portugal, que ambicione estar “por encima de los fieles”, porque todos saben que su lugar, que gustosamente ocupan, es “al servicio de los últimos”. De estos presbíteros, es cierto, la prensa no habla, pero son los que están presentes cuando hay incendios, como se vio recientemetne, cuando hay desempleo, cuando hay soledad, cuando hay enfermedades, cuando falta esperanza, etc.



Si alguien tiene el “celo de sus ovejas”, son los mismos obispos y párrocos de nuestro país, incansablemente entregados a su agotador ministerio pastoral. Pero tal vez algunos teólogos hayan perdido el contact con la realidad de la Iglesia, encerrados en sus asépticos laboratorios de sociología eclasial, donde no hay lugar para la trascendencia del Espíritu, ni esperanza sobrenatural Por eso, aún se imaginan una Iglesia preconciliar, no solo anterior al Vaticano II, sino también al Concilio de Trento... No huelen a oveja porque no las tienen, ni las buscan, tan entretenidos andan en sus soliloquios teológicos, en que es difícil encontrar algún amor a Dios o desvelo pastoral.

Cuando, en tiempos de San Bernardo, la sede petrina quedó vacante, tres cardenales eran tenidos por los más 'papables': uno era muy devoto, otro era sapientísimo y el tercero destacaba por su prudencia. Interrogado el santo de Claraval sobre cual de los tres debería ser elegido, dijo: “el piadoso, que rece por nosotros; el sabio, que nos enseñe; el prudente que nos gobierne”.

San Juan Pablo II, el Grande, es el santo que por todos nosotros, en el cielo, ahora intercede. El Sabio Benedicto XVI es uno de los mayores teólogos contemporáneos y una fecundísima fuente de inspiración teológica. ¿Y el papa Francisco? Aún es pronto para caracterizar su pontificado, pero quiera Dios que, dado su saludable ánimo reformista, la Historia lo venga a recordar por su prudencia como buen pastor.

http://observador.pt/opiniao/o-milagre-do-papa-francisco/

viernes, 22 de septiembre de 2017

No te olvides de lo que te va a salvar


Opinión de JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


La fe es el escudo más fuerte y el arma más potente contra el mal.


Las dudas sobre lo que somos y a donde queremos y debemos ir nos asaltan cada día. Algunas veces de forma tan afilada que nos rasgan por dentro.


Sólo vemos señales, no certezas. Animados, nos creemos casi siempre en el camino cierto. Desanimados, sospechamos que nos estamos apartando del bien.

Las tinieblas que cada uno de nosotros construye en su interior se extinguen con la claridad de la fe.

La esperanza no piensa según la lógica de lo que está sucediendo a nuestro alrededor, creyendo que llegará un momento en que, de forma misteriosa y sutil, todo se encamina hacia el bien.

La fe es el escudo más fuerte y el arma más potente contra el mal.

También hay falsas creencias y gente que disfraza su cobardía haciéndola pasar por fe, prefiriendo esperar sin hacer nada, en vez de luchar y construir la parte suya de los milagros.

Nadie vive lejos de la fe, a pesar de las dudas. La verdad puede que no esté muy cerca, pero está en lo más profundo de nosotros. Sin verdad no hay medida del bien.

La fe define nuestras acciones aún las más racionales.

La fe es la respuesta que el hombre da a los misterios de la existencia. El hombre que cree, aunque sea contra todas las evidencias, actúa...y cambia el mundo.

La verdad está más en la fe que en todo lo que podemos tocar.


Ilustración Carlos Ribeiro



lunes, 18 de septiembre de 2017

Neocomunismo cristiano: la extraña renuncia del papa Benedicto

(Hace un tiempo que recogí este artículo, que me reconfortó en el sentido de que amplió mi percepción del problema, no eran cosas mías, como dicen algunos, y me dio más y mejores argumentos para no caer en la tentación, y en discusiones estériles...)


Alicia Delibes

https://www.clublibertaddigital.com/ideas/tribuna/2017-05-11/alicia-delibes-neocomunismo-cristiano-la-extrana-renuncia-del-papa-benedicto-82168/

El 13 de junio de 2015 se constituyó el Pleno del Ayuntamiento de Madrid. El secretario del Consistorio, tras pronunciar las palabras propias del juramento del cargo, fue llamando, uno a uno, a los 57 concejales ... La nota original la pusieron los de Ahora Podemos. La mayoría de ellos adoptó la fórmula "Sí, prometo, por imperativo legal"... Pero, además, dos o tres quisieron distinguirse de los otros y añadieron a su promesa unas palabras latinas: omnia sunt communia. ...se trataba de la última parte de una frase de Santo Tomás de Aquino, "in extrema necessitate omnia sunt communia", que traducida significa: "En tiempos de extrema necesidad, todo es del común, todo es de todos".

 fue también la proclama revolucionaria de los insurgentes de la llamada Guerra de los Campesinos alemanes que tuvo lugar en el Sacro Imperio Romano Germánico entre los años 1524 y 1525. ... Su líder, Thomas Müntzer, fue decapitado. Müntzer se convirtió en el mártir más venerado del comunismo cristiano.

Para Engels, ... fue "un anticipo genial de la historia futura", … el primer "comunista utópico" de la historia. El filósofo marxista Ernst Bloch escribió una biografía de Thomas Müntzer –al que calificó de "teólogo de la revolución"– ...

En la actualidad, Thomas Müntzer ha sido reivindicado como protomártir revolucionario por los cristianos de base de los movimientos antiglobalización, altermundista ("Otro mundo es posible"), del 15-M, y también por los creyentes que hay en Podemos...

Pablo Iglesias ha hecho declaraciones a favor del papa Francisco. En su proyecto político de dividir la sociedad en dos bandos, nosotros y ellos, buenos y malos, es necesario que haya también católicos buenos que defienden a los excluidos y católicos malos de ideas neoliberales. Y para que haya dos Iglesias conviene que haya dos papas, uno humanista y de los pobres, Francisco, y otro ultraderechista, Benedicto, que, según ellos, persiguió con actitud inquisitorial a los teólogos de la liberación.

Hugo Chávez se definía como cristiano, ...No es de extrañar, pues, que dentro de Podemos exista un grupo cristiano que se inspire en la Teología de la Liberación o en su rama argentina, la Teología del Pueblo.

Esta conexión entre Podemos, la Teología de la Liberación y la lejana revolución de Thomas Müntzer ha despertado mi interés por el pensamiento del cardenal Ratzinger y su relación con los teólogos de la liberación. 

Benedicto XVI acaba de celebrar su 90 cumpleaños en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, donde vive retirado del mundo desde hace ya cuatro años. En 1997 se publicó Mi vida. Recuerdos 1927-1977, un libro de memorias escritas por el Papa emérito cuando solo era el cardenal Ratzinger.
(...)
Cuando el padre de Ratzinger se jubiló la familia, se trasladó a vivir al campo cerca de Traunstein en cuyo Gymnasium comenzó Joseph el primer curso del Bachillerato humanístico. "La formación cultural basada en el espíritu de la antigüedad griega y latina creaba una actitud espiritual que se oponía a la seducción ejercida por la ideología totalitaria". Una independencia de espíritu que los nazis no podían permitir.

(…) Mi padre veía con incorruptible claridad que la victoria de Hitler no sería una victoria de Alemania sino del Anticristo, y que era el comienzo de los tiempos apocalípticos para todos los creyentes. Y no solo para ellos.
(...)
Cuando, finalmente, el 11 de octubre de 1962 dio comienzo el concilio, el cardenal Frings consiguió que Ratzinger fuera incluido entre sus teólogos.

(...)Ya en Roma, Ratzinger entró en contacto con los jesuitas franceses de la Nouvelle Théologie, Henri de Lubac y Jean Daniélou, conocidos por su espíritu reformista.

La comisión teológica del Concilio le encargó un trabajo con otro de los teólogos reformadores, el jesuita alemán Karl Rahner, a quien había conocido en 1956 cuando preparaba su trabajo de habilitación.

Trabajando con él me di cuenta de que Rahner y yo, a pesar de estar de acuerdo en muchos puntos y en múltiples aspiraciones, vivíamos desde el punto de vista teológico en dos planetas diferentes.

El 3 de junio de 1963 muere Juan XXIII y Pablo VI es elegido nuevo papa. Ese mismo año Ratzinger entra como profesor en Universidad de Münster.

(...) el Concilio proseguía en un ambiente que, según Ratzinger, comenzaba a enrarecerse:
... el sentimiento de "gozosa renovación" ... se había tornado en una "profunda inquietud" por los cambios. El Concilio parecía un Parlamento...

Al finalizar el Concilio, Ratzinger aceptó un puesto de profesor de Teología en la Universidad de Tubinga. ...A partir del curso 1966-67 se produjo de forma repentina un "cambio de paradigma cultural", "el esquema existencialista … fue sustituido por el marxista". ... esa politización hacia el "mesianismo marxista" destrozaría la teología al eliminar a Dios y sustituirlo "por la acción política del hombre".

... He visto sin velos el rostro cruel de esta devoción atea, el terror psicológico, el desenfreno con que se llega a renunciar a cualquier reflexión moral, considerada como residuo burgués, allí donde la cuestión era el fin ideológico.

El modo blasfemo con el que se ridiculizaba la cruz como masoquismo. La hipocresía con que se continuaban declarando creyentes (…) para no poner en riesgo los instrumentos para sus propios fines, ... He vivido todo esto en mi propia carne.
(...)
En 1981, Juan Pablo II le hace prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y presidente de la pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional. Por razón de su cargo fue el encargado de estudiar la compatibilidad de la Teología de la Liberación con la doctrina católica y de prohibir la docencia a Hans Küng, Leonardo Boff y otros teólogos disidentes.

El 19 de abril de 2005, Joseph Ratzinger fue elegido papa. Con el nombre de Benedicto XVI, ejerció el papado durante ocho años. El 11 de febrero de 2013 anunciaba su renuncia. Iba a cumplir 86 años y, según declaró entonces, no tenía ya las fuerzas "ni espirituales ni materiales" para hacer frente a los graves problemas de la Iglesia: las denuncias de casos de pederastia, el asunto Vatileaks de las filtraciones de su mayordomo o las peleas entre camarillas dentro de la curia.

Solo caben especulaciones. Los secretos de la curia son inescrutables. No creo que sepamos nunca por qué se fue el papa Benedicto, pero no sería descabellado pensar que algo pudo influir el resurgimiento con fuerza de ese marxismo cristiano que con tanto esfuerzo intelectual combatió el cardenal Ratzinger.


domingo, 17 de septiembre de 2017

Publicidad engañosa

P. Gonçalo Portocarrero de Almada


Las empresas, en su publicidad, tienen que ser verdaderas y respetuosas con la cultura nacional, en todos sus valores, también los religiosos.

Una cadena se supermercados alemana, para evitar el “uso de símbolos religiosos”, decidió suprimir, en su publicidad, las cruces de dos cúpulas de una iglesia ortodoxa de la paradisíaca isla griega de Santorini. En aclaración posterior, por su portavoz en Bélgica, la empresa, que comercializa yogures y otros productos helénicos, afirmó: “Evitamos el uso de símbolos religiosos, porque no queremos excluir ninguna creencia religiosa. Somos una empresa que respeta la diversidad de ahí el diseño de esos embalajes”. Un caso para decir: peor la enmienda que el soneto.

Las reacciones, como era de suponer, no se hicieron esperar, comenzando por la declaración indignada de un obispo griego ortodoxo, que vive en el reino Unido y que exigió la reposición de las cruces retiradas a través de photoshop: “Ellos ofenden a todos los cristianos, no solo a los griego, aunque la iglesia sea griega. Espero que muchos más se manifiesten contra esa estúpida decisión”. Excusado sería decir que, en las redes sociales, la empresa fue blanco de los más mortíferos comentarios porque, como es sabido, el ridículo mata.

Que me disculpe el metropolita heleno, pero coincido con dicha cadena de supermercados cuando afirma que es su principio no “usar símbolos religiosos” en su publicidad, aunque también lamente la incoherencia de utilizar una iglesia ortodoxa en el referido anuncio. Sin ofender la libertad creativa y de expresión que a todos nos asiste, hay límites éticos que respetar en la publicidad: no es legítimo utilizar niños, sin el consentimiento expreso de sus padres o tutores; no se debe exponer la fotografía de un adulto, sin su expresa autorización; no son admisibles imágenes chocantes, o indecentes; etc.

Tampoco se deben utilizar figuras públicas, o sea, personajes cuya carga institucional o simbólica deba ser respetada. Por eso, recurrir a la figura del Sumo Pontífice para publicitar un zumo, como ya sucedió, es, por lo menos, poco elegante. También sería ofensivo utilizar una imagen del Dalai Lama, con un brazo desnudo, para promover un desodorante; o nuestro sonriente Jefe de Estado, como publicidad de cualquier dentífrico... Otra cosa, muy diferente, es que alguna personalidad pública -un atleta, un artista, etc.- acepte, gratuitamente o no, promover publicitariamente alguna causa o producto comercial.

Es contradictorio usar una fotografía de una iglesia ortodoxa y, al mismo tiempo, afirmar que no se pretende hacer “uso de símbolos religiosos” pues, salvo mejor opinión, ¡un templo cristiano es eso mismo, un símbolo religioso por excelencia! Usar una fotografía de dos cúpulas ortodoxas es recurrir a la simbología religiosa, aunque se retiren las respectivas cruces, como es obvio.

Más grotesco fue decir además que no querían “excluir ninguna creencia religiosa. Somos una empresa que respeta la diversidad”. No quiere “excluir ninguna creencia” ¿¡significa que, en adelante, van a incluir referencias de todas las religiones en la publicidad que hicieren?! ¿¡Por ejemplo, en Navidad, más allá de las tradicionales figuras judeo cristianas, también van a representar en el Belén a Buda, al lado de Mahoma?¡ ¿¡Y, para satisfacción de los hindúes, van a promover la vaca sagrada tradicional?! Deberá el burro llevar, por maliciosa hipótesis, la honrosa representación de los ateos, cuya exclusión del belén sería no solo inconstitucional, por discriminatoria, como contraria a un Nacimiento política y constitucionalmente correcto, o sea, verdaderamente inclusivo y multicultural?!

También tiene su qué de ridícula la suposición de que un símbolo de una religión es, necesariamente, ofensivo para las restantes. Si este absurdo principio prosperara, donde hubiera una estatua de un rey, se debería erigir un monumento a un presidente de república; junto a un héroe militar, plantar un Gandhi o un Nelson Mandela; ; en las inmediaciones de un busto de un masón, levantar un santo católico; al lado del memorial de un literato, erigir un obelisco en honra de algún analfabeto, no sea que los iletrados se sientan insultados...
¿Pero, será la estatua del marqués de Pombal un ultraje a la República, por haber sido el susodicho un feroz defensor del régimen monárquico?! O. habiendo sido Sebastián José de Carvalho y Melo un déspota, su efigie insulta a la democracia?! ¿Es que que la mezquita de Lisboa es ofensiva para los católicos y parea otros creyentes no musulmanes?!¿Por qué razón el argumento solo funciona en detrimento de los católicos, y nunca en su favor?! ¿¡Es solo un pretexto -uno más- para impedir la presencia pública de la Iglesia y confinarla a las sacristías?!

No es necesario que las empresas sean ecuménicas en su tratamiento publicitario: basta que sean verdaderas y respetuosas con la cultura tradicional, en todos sus valores, también los religiosos. La supresión de las cruces de las cúpulas de la iglesia ortodoxa, antes de ser una ofensa religiosa, es una falsificación histórica y, por lo tanto, una mentira que insulta a todos los griegos y engaña, no solo a los ortodoxos. También los partidarios de un régimen totalitario, de triste memoria, eran peritos en retirar, de las fotografías oficiales, a los camaradas que iban cayendo en desgracia porque, como decían, el pasado era de ellos y era como ellos querían que fuese. No es aceptable, en ningún caso, esa manipulación de la verdad, sea por razones políticas o por conveniencia publicitaria.

Desde el punto de vista científico, la falsificación de la historia es una falta de honestidad intelectual. En términos comerciales, la manipulación fraudulenta de las imágenes reales es posible que esté sujeta a sanción porque es, por lo menos, publicidad engañosa.
http://observador.pt/opiniao/publicidade-enganosa/

sábado, 16 de septiembre de 2017

Ni salir, ni llegar. Vivir es cambiar.


Opinión de JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


No estamos hechos para permanecer en un mismo tiempo. Y el espacio solo es bueno si fuera solo eso: espacio. No un confinamiento, sino un horizonte sin fin.

Cada mañana tenemos que salir a un nuevo día. Un recorrido nuevo que nos llevará un poco más allá, acostándose por la noche con la conciencia de haber hecho algo bueno, a pesar de todo. Pero la vida no será buena si fuese hecha solo de salidas sucesivas.

Debemos soñar y luchar por cumplir nuestros anhelos, sin desesperación ni ansiedad. Constantes y pacientes. A veces, aún sin motivo aparente, de manera que la aventura de nuestra vida parece ajena a la lógica.
La verdad es que la condición humana nos impide llegar y parar. Quedarnos allí, sin soñar con el mañana que es siempre, siempre, un nuevo tiempo y un nuevo espacio. ¡No es una fuga, es un desafío!

No estamos hechos para quedarnos en un mismo tiempo. Y el espacio solo es bueno si fuera solo eso: espacio. No un confinamiento, sino un horizonte sin fin.

Crecemos cada día y nos gusta llegar, cumplir etapas, estar en tiempos nuevos y nuevos lugares. Descansar en un nuevo pedazo del mundo que es nuestro, pero que no conocíamos. No debemos intentar prolongar o llegar. Es necesario asumir nuestra existencia tal como es: un viaje.

No. No se trata de viajar de tierra en tierra, sino de tiempo en tiempo, de momento en momentos, reconociendo que nosotros y los demás cambiamos cada día, queramos o no.

No estoy hecho para vivir sin mañana. La esperanza es una parte de mi, tan esencial como mi cuerpo. A veces, la vida nos proporciona en un solo instante lo que nos negó durante años, incluso a veces nos da tanto que nos desborda... y nuestra felicidad inunda a los otros y la alegría se expande como una luz.

Soy libre, en un mundo donde dependemos unos de otros más de lo que creemos. Todos somos libres, aunque algunos no quieran ir más allá de la salir y llegar.

Lo que hace que sea quien soy es la libertad y el aire por donde puedo y debo colar cada hora. Todos los días de esta vida, que solo es mía si yo elijo ser libre.
Ilustración Carlos ribero

http://rr.sapo.pt/artigo/93406/nem_partir_nem_chegar_viver_e_mudar

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Recogida de alimentos. (Nuevos mendicantes laicos)



Como ya es costumbre Cáritas acudió a la convocatoria del Banco de Alimentos para una recogida de alimentos el viernes y el sábado pasados. Para satisfacer esta demanda, hace falta una buena organización, tanto en el propio Banco como en los equipos y organizaciones que se prestan para llevar a cabo la tarea de la recogida de los alimentos en los centros comerciales señalados, dentro de sus horarios de atención al público, desde la apertura por la mañana hasta la hora de cierre por la tarde.

Nuestra parroquia acudió, como todas las demás, fiel a la cita. Y no solo fiel, yo diría que fiel y solícitamente, ya que nuestro director ha conseguido un número de voluntarios suficientes para que resultara más llevadera la recogida, consiguiendo hacer turnos de una hora. Para ello, indudablemente, ha contado con la colaboración de las benditas cofradías, que cada día se implican más en la vida de la parroquia en todas sus actividades y necesidades; recuerdo que incluso hizo un llamamiento general desde el ambón el domingo anterior para que cualquier feligrés pudiera colaborar como voluntario en dicha recogida.

No cabe duda que la 'necesidad' se ha instalado entre nosotros, en esta sociedad, que cada día va acumulando más deficiencias crónicas. Al punto de que es el mismo Estado, y lo es en toda Europa, el que se encarga de lo que se llamaba antiguamente la 'beneficencia', la atención gratuita a las familias y personas carentes de lo necesario para disfrutar de una vida digna. Es cierto que son muchas las organizaciones, las ongs, que dedican su actividad a esta urgente y noble tarea, pero hoy, todas son colaboradoras del B. de A., tanto en la recogida como en la recepción de los productos para su distribución entre las personas necesitadas, cada una en su esfera o campo de actividad, de manera que así se puede atender prácticamente a la totalidad de la población marginada y necesitada.

Como digo, esta actividad, mendicante y samaritana, merece toda consideración y respeto, pero también debiera hacerse de manera que suponga una crítica constructiva a estos Estados, incapaces de hacer realidad el pleno ejercicio del derecho al trabajo de todos sus ciudadanos en sus plenas facultades, que es la base de la dignidad de cualquier persona, aunque luego, cada uno deba hacerse merecedor del respeto a su dignidad y sus derechos por parte del Estado y los demás ciudadanos, cumpliendo sus deberes como ciudadano.

Esta colaboración exige de las organizaciones una adaptación en sus métodos y formas de funcionamiento, así como el tener que rellenar multitud de documentos, fichas... convirtiéndolas, forzosamente, en 'meras' oficinas de distribución, que tienen que justificar cada kilo, cada lata, cada potito que recibe del Banco y a quien se lo entrega.

Es aquí donde se pone a prueba la esencia de cada organización. Deben colaborar, por supuesto, pero también exigir que se respeten las características propias de su manera de hacer llegar a las personas que atiende los productos que recibe. Cáritas es una organización 'pionera', tan antigua como lo es la Iglesia (2017 años), y se ha ido adaptando para hacer frente a las necesidades de cada época. También ha supuesto un modelo de filantropía para muchas organizaciones, de diferentes culturas, que han ido surgiendo a lo largo de los siglos.

Debiéramos sentirnos orgullosos de que hoy haya, por decirlo así, una 'competencia' entre instituciones y organizaciones por ver quien atiende más y mejor... Pero quizá esto es también una prueba de que, a pesar de haber alcanzado un grado de desarrollo tecnológico extraordinario, aplicado a todos los campos de la actividad humana, son cada vez más los marginados y excluidos de los beneficios de este desarrollo. El bien común ya no es el objetivo máximo que defiendan los que ejercen el poder en la sociedad: los bancos, los partidos, incluso los sindicatos (que fomentan en estos momentos la división social y los privilegios de una parte del Estado y de la sociedad...).

Cáritas es mucho más que una entidad colaboradora del B. de A., lo es principalmente a nivel de las parroquias, pues no cabe otra alternativa, vivimos en medio de esta sociedad, son muchas las necesidades, y los ingresos que se reciben regularmente por medio de los socios y colectas, así como por otros donativos puntuales, no alcanzan para satisfacer las demandas de ayuda y socorro. Pero Cáritas es una organización muy compleja y lleva a cabo otras muchas actividades, como la promoción de la dignidad a través de la formación para la búsqueda de empleo, atención a las personas sin hogar, ancianos, etc. Y como es una organización universal, como la Iglesia, pues está al lado de la Iglesia Necesitada en cualquier lugar del mundo.

Por eso, nuestra cáritas parroquial colabora con otras organizaciones de la localidad: el comedor social 'El Pan Nuestro', el albergue para personas sin hogar; a nivel diocesano, con Cáritas Diocesana; y nivel nacional, con Cáritas Española. Pero Cáritas española colabora a su vez con Cáritas Internacional en numerosos proyectos de desarrollo en el tercer mundo, en las numerosas catástrofes naturales allí donde se produzcan, y, por supuesto, en los inmensos campos refugiados repartidos por el mundo.

Merece la pena que tengamos todo esto presente para que nuestra colaboración, sea económica, en especie o dedicando una parte de nuestro tiempo, sea lo más generosa posible, en la seguridad de que es dinero, tiempo o bienes, muy bien empleados, que contribuyen al bien común, porque atienden a personas necesitadas, pero es una contribución a la paz y al desarrollo de todos, siempre movidos por el deseo de colaborar en la construcción del Reino de Dios en la tierra, Reino de paz y justicia, reino de amor y verdad, siendo fieles a su Espíritu que nos inspira, nos alienta y nos sostiene en los momentos bajos, para no caer en la desesperanza, cuando las situaciones malas se prolongan.

martes, 12 de septiembre de 2017

SITUACIONES DIFÍCILES II

Pablo Garrido Sánchez


La misericordia como principio

El papa Francisco dedica los últimos números de este capítulo ocho a poner de relieve la Misericordia divina como principio de actuación en todo el proceso de acompañamiento, discernimiento e integración de las personas en situaciones consideradas irregulares. Tomar en serio la Misericordia divina exige discernimiento, y el discernimiento práctico nos complica la vida, porque lleva a las fronteras donde no cabe otra cosa que fiarse de DIOS y demoler las seguridades construidas de modo artificial. Es una falacia proponer alternativas como justicia o misericordia. La Justicia divina no puede acercarse a nosotros más que a través de su Misericordia dada nuestra precariedad y limitación. Y la Misericordia divina por su perfección y omnipotencia nos hace justos ante DIOS mismo por pura Gracia. Las acciones que nosotros realizamos que se puedan catalogar como meritorias pertenecen al orden mismo de la Gracia, y en todo caso damos gratis lo que gratis hemos recibido (Cf. Mt 10,8 ). La vara para medir, sólo DIOS la tiene; la balanza para juzgar está en las manos de DIOS; y las condenas resolutorias pertenecen a la máxima soberanía divina (Cf. Lc 6,37 ). JESÚS no despreció la Ley contenida en el Antiguo Testamento, pero la relativizó al bien del hombre mismo: “El sábado está hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado” (Mc. 2,27).

Primera y segunda generación cristiana


La doctrina de san Pablo sobre el matrimonio, perteneciente a la primera generación cristiana, contempla el divorcio en atención a los impedimentos para vivir la Fe por parte del cónyuge creyente (Cf. 1Cor 7,15) San Pablo sabía del mandato del SEÑOR en cuanto a la indisolubilidad del vínculo matrimonial (Cf. 1Cor 7, 10). Entramos en este caso en una situación en que ha de aplicarse la gradualidad en el cumplimiento de la norma o de la ley prescrita (Catecismo de la Iglesia Catolica,n.1735 y 2352). El principio está dado, el SEÑOR lo dejó establecido, pero existen casos en que el propio principio no es posible mantenerlo en orden a un bien mayor.
El evangelio de san Mateo se escribe entrada la segunda generación cristiana, allá por el año ochenta, y recoge la práctica habida en las comunidades mateanas que enmarcan el ámbito en el que se va a escribir este evangelio. Las palabras del SEÑOR sobre la indisolubilidad del matrimonio eran conocidas por estas comunidades, pero como las comunidades evangelizadas por san Pablo establecieron excepciones a la norma o principio, que venía de los orígenes y que elevó a vínculo indisoluble el propio JESÚS: Lo que DIOS ha unido, que no lo separe el hombre (Mt 19,6). Para los exégetas actuales la excepción a la permanencia del vínculo matrimonial una vez establecido radica en el propio adulterio que establece una traición al compromiso adquirido ante DIOS en la unión matrimonial. La Ley judía podía llegar a la lapidación de la mujer, si esta era la parte culpable, y en cualquier caso el marido tenía la obligación de darle el acta de divorcio. Por tanto, es lógico que las primeras comunidades recogiesen la salvedad del adulterio para considerar disuelto el vínculo. Otra cosa distinta era la separación o divorcio “por cualquier causa” (Mt, 19,3). Cualquier causa” abarcaba desde cualquier nimiedad, como un grano en la mujer en una zona del cuerpo que al marido no le gustase; otras cosas más importantes como aspectos del carácter que hiciesen inconveniente la convivencia. El divorcio era y es una institución recogida dentro del Pentateuco y JESÚS la supera, pero las primeras comunidades entienden que puede haber excepciones al propio principio establecido por JESÚS. La discusión exegética entre el texto del evangelio de Marcos (Mc, 10,9), y el evangelio de Mateo que establece el caso de adulterio para conceder el divorcio, supone un criterio a tener en cuenta para entender la posición de la Iglesia Católica con respecto a esta cuestión capital de la convivencia humana.
Las dos excepciones consideradas, la de san Pablo y la de san Mateo, nos dispone de nuevo a considerar la validez normativa de un principio moral y espiritual, y la gradualidad en el cumplimiento del mismo. El papa Francisco quiere disponernos a la difícil tarea del discernimiento que afecta a uno mismo y que debe tener en cuenta las situaciones ajenas. La escala de grises es grande, pero no puede convertirse en la puerta de entrada al relativismo moral, por lo que desde el principio hasta el final todo el proceso de discernimiento tiene que estar presidido por una conciencia clara y creciente de la Misericordia divina, que hace posible que la Justicia divina sea justa para los hombres. Una justicia humana o divina sin la presencia de la Misericordia se convierte en la más flagrante de las injusticias. Una justicia, que no tenga en cuenta las circunstancias y los condicionamientos humanos, tanto internos y personales como sociales, deriva en una condena sin paliativos en la mayoría de los casos. Una justicia sin Misericordia, ¿es una justicia realista? Una justicia sin misericordia, ¿juzga a la persona en su integridad y misterio, o lo hace parcialmente? DIOS, ¿puede prescindir de su Misericordia para juzgar? Decimos: Dios es Santo y es perfecto, ¿lo es por su Justicia o por su Misericordia? DIOS es Justo y Santo e incompatible con el pecado, pero es capaz de santificar y justificar al pecador, manifestando así su omnipotencia. En este punto se encuentra la fuente regeneradora que emana de la Cruz de JESÚS. No existe pecado que en la Cruz de JESÚS no haya quedado destruido y no hay situación que no pueda ser restablecida desde la omnipotencia encerrada en la máxima debilidad humana del CRUCIFICADO. Ninguna jerarquía eclesiástica o cristiano de a pie se debería apartar de este principio redentor para resolver, desde ahí, todas las situaciones humanas que estando tan desfiguradas ya no parecen humanas como reza el salmo veintiuno y el cuarto cántico del Siervo de YAHVEH (Slm 21,; Is 53,2).

SITUACIONES DIFÍCILES III


Pablo Garrido Sánchez

La gradualidad en la culpa y la gradualidad en la Gracia


El papa Francisco en repetidas ocasiones manifestó que la recepción de la Eucaristía no es un premio que recibimos por ser buenos. Esta gran verdad no la tenemos bien asumida los que participamos en la santa Misa y comulgamos con frecuencia. Está muy bien que se nos recomiende encarecidamente que debemos estar en gracia de DIOS para acercarnos a comulgar; y es en ese punto donde puede estar el nudo del problema. ¿Quién determina el que está en gracia de DIOS? ¿qué entendemos por estar en gracia de DIOS? ¿Es un estado de perfección ética el estar en gracia de DIOS? Podría alguien concluir: Está en gracia de DIOS el que no comente pecado. Y parecería que la proposición anterior es absolutamente correcta, pero todavía cabe alguna salvedad: primero, que aquel que en absoluto no comete pecado ya está en el cielo; segundo, que nadie en este mundo está privado del pecado más o menos grave. Esto último lo rezamos en el padrenuestro y nos lo recuerda san Juan en su primera carta (1Jn, 1,8-10). En el padrenuestro rezamos cada día pidiendo el pan y el perdón; y salvo que lo hagamos de manera superficial o hipócritamente, debemos ser conscientes de nuestro pecado diario, que DIOS ha de perdonar diariamente para mantenernos en su divina Presencia. Ante este panorama tenemos que seguir preguntando, ¿quién está en Gracia de DIOS? Pues, todo aquel que desea tener una relación con ÉL, ya que el mismo deseo establece la relación. O, más aún, el deseo de establecer la relación ya indica que DIOS mismo está en íntima relación con esa persona.
Dados los hechos anteriores en la fase sinodal, previa a este documento, algunos padres quisieron establecer dos modalidades: que los matrimonios divorciados y vueltos a casar al participar en la santa Misa realicen una comunión espiritual, pero no se acerquen a recibir el sacramento, a lo que otros respondieron que si mediante esa comunión espiritual se establecía un estado de gracia de DIOS, ¿qué impedía la recepción del mismo sacramento? Los que se pronunciaron de esta manera estaban considerando que el estado de gracia no es algo fácilmente determinable por nadie, y que la Eucaristía no es un premio, sino el alimento de los más débiles y necesitados. ¿Pasa algo cuando comulgamos? Claro que sí; lo que pasa es que JESÚS viene a establecer una relación profundamente restauradora en la persona a todos los niveles. El más necesitado va a ser consciente de la entrada sacramental de JESÚS en su vida. El papa Francisco advierte en este capítulo ocho: No hay pecado que pueda ser imputado toda la vida. Atendamos bien: alguien ha vulnerado el vínculo matrimonial una vez recibido válidamente, ¿puede ser perdonado de este pecado? Cuando se afirma: los divorciados y vueltos a casar no están excomulgados y hay que hacérselo saber; ¿podemos decirles al mismo tiempo que están en adulterio permanente, si mantienen las relaciones propias de un matrimonio que ha de permanecer en amor y fidelidad? En algún momento de las vidas de estas personas la Iglesia debe reconocer que las obligaciones para con el matrimonio anterior han concluido y que la responsabilidad moral de los afectados está resuelta.

Dos episodios del Nuevo Testamento


El primero de ellos nos lleva al encuentro de JESÚS con la Samaritana. Conviene leer el texto (Jn 4, ss), y extraer lo que al tema presente interesa. Se produce el encuentro entre JESÚS y la Samaritana y observamos que es directamente intencionado por parte de JESÚS, conocedor de las circunstancias actuantes en la vida de aquella mujer. No olvidemos que el evangelista san Juan muestra a JESÚS capaz de reconocer lo íntimo del corazón del hombre (Cf Jn 2,23). JESÚS puede entrar en el mundo personal de la Samaritana sin violentar su libertad, y dialoga con ella hasta que el corazón de esta mujer acepta el don del ESPÍRITU SANTO, mostrando su presencia y acción en el impulso evangelizador manifestado en ella(Cf Jn 4,28-29). ¿Juzgaríamos, en un principio, a la Samaritana capaz de recibir el don del ESPÍRITU SANTO cuando su estado en aquel momento era manifiestamente irregular? JESÚS se lo declara: has estado casada cinco veces, y el hombre con el que ahora convives no es tu marido (Cf Jn 4,17 )Por tanto en este encuentro aparece una situación que nosotros calificaríamos irregular, en la que JESÚS, EL SALVADOR, es capaz de actuar, rehabilitar y convertir.
El otro caso nos lleva al libro de los Hechos de los Apóstoles, cuando Pedro es mandado por el Ángel del SEÑOR a casa del centurión Cornelio (Hch 10,34-48). El texto describe un escenario familiar, en el que hay un deseo de recibir el bautismo como puerta de entrada a la comunidad cristiana. Pedro inicia su anuncio y comienza a hablar de JESÚS de Nazaret, ungido por DIOS con la fuerza del ESPÍRITU, que pasó haciendo el bien, curando y liberando a todos los oprimidos por el diablo. Ajusticiado y crucificado, DIOS lo resucitó de entre los muertos. La síntesis del libro de los Hechos sin duda corresponde a un discurso más amplio y detallado; pero lo importante es lo que sucede mientras Pedro está hablando a esta familia: el ESPÍRITU SANTO viene sobre los presentes y comienzan a profetizar y a alabar a DIOS en lenguas. Pedro, entonces, declara: ¿Podemos negar el bautismo a los que el ESPÍRITU ha ungido igual que a nosotros? Esta última afirmación es capital para el tema que nos ocupa.
Veamos, pues: La Samaritana manifiesta la presencia del ESPÍRITU SANTO en la prontitud con la que se dispone al anuncio de JESÚS entre sus vecinos (Cf Jn 4, 28-29); y Cornelio y su familia prorrumpen en un tipo de evangelización kerigmática acompañada de dones carismáticos, don de lenguas y profecía (Cf Hch 10,45-46) . Hagamos el paralelismo: ¿Se puede negar los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía a unos padres que desean evangelizar a sus hijos, aunque provengan de uniones canónicas anteriores? ¿Presentan los que así proceden, nos referimos a los padres, signos claros de la presencia de la Gracia en sus corazones? ¿Acepta el SEÑOR JESÚS a su mesa al que dentro de su imperfección desea sinceramente unirse a ÉL, ser sanado y rehabilitado? ¿Degradó JESÚS su Mensaje aceptando el encuentro y la comunión con los más alejados de la sociedad de su tiempo; o expresó, de esa forma, lo inagotable de su Misericordia?
Necesitamos en nuestra Iglesia personas dotadas de los dones de entendimiento, sabiduría y ciencia, para que realicen discernimientos prudentes que pongan en activo los recursos de la REDENCIÓN. Entendimiento o conocimiento para saber de DIOS algo en su Misterio; sabiduría para entender los entresijos de la Providencia divina en medio de las circunstancias humanas; y un poco de ciencia teológica asistida por la unción del ESPÍRITU que les permita dar razón de lo que la Iglesia puede hacer en el momento presente.
Al comienzo de estas líneas advertíamos que la admisión de los divorciados vueltos a casar y su participación en los sacramentos no era un asunto del todo nuevo, pues san Juan Pablo II, en la exhortación “Familiaris consortio”, habló de ello, y dejaba una puerta abierta con la condición de que ambos cónyuges renunciasen al mantenimiento de las relaciones íntimas. El comentario de esta condición y disposición da para otro artículo, con lo que dejaremos el asunto para mejor ocasión.

Para terminar


Este capítulo ocho de “La alegría del amor” recoge también la atención debida a esos otros escenarios familiares en los que puede haber causas para la nulidad matrimonial de los cónyuges unidos en nuevo matrimonio civil o unión de hecho. El itinerario es distinto con los que permanecen en unión de hecho y se les puede acompañar al descubrimiento de los beneficios espirituales del Sacramento del Matrimonio. Las situaciones problemáticas no impiden en lo más mínimo el avance y crecimiento en la vida cristiana. Todos debemos creer que DIOS puede mejorar y cambiar las vidas de las personas más necesitadas.



sábado, 9 de septiembre de 2017

SITUACIONES DIFÍCILES I


Pablo Garrido Sánchez

Primer aniversario  (La alegría del amor)


El diecinueve de marzo, fiesta de san José, del año pasado, apareció la exhortación apostólica La alegría del amor del papa Francisco, proponiendo la doctrina pontificia después de la celebración del Sínodo sobre la familia... con el objetivo de afrontar la compleja situación familiar en un mundo cada vez más diversificado en modelos de comportamiento, esquemas ideológicos y proyectos sociales. El modelo familiar cristiano tiene que compartir espacio social con otras formas de convivencia familiar, que tienen en común el carácter nuclear de las mismas, pero difieren sustancialmente... Se entiende por familia nuclear la que esta formada por el matrimonio y los hijos. ... hay que añadir el papel de los hijos traídos de las distintas uniones, que merecen una atención preferente, al constituir la parte más débil en todos estos procesos de reestructuración familiar sumamente complejo.



El documento La alegría del amor lleva un año de vigencia y es magisterio pontificio del más alto rango... El Papa no se ha salido ni un ápice del Evangelio ni de la Doctrina Oficial de la Iglesia; pero se ha paseado por las periferias, como a él le gusta decir. Había que proponer la belleza del amor humano e integrarlo en su dimensión cristiana y sacramental y lo ha conseguido; convenía destacar la estructura dialogal del amor conyugal, y lo lleva a cabo con gran sencillez; y, por otra parte, no deja de mostrar la convivencia familiar como el ámbito principal de valores fundamentales y fuente de la alegría personal. Pero el cuadro ideal y real del matrimonio y familia cristiana no está privado del riesgo de la quiebra o del fracaso, por lo que la Iglesia tiene que actuar o estar dispuesta como un hospital de campaña, como al Papa le gusta decir, para actuar de buena samaritana. Llegados a este punto es donde el documento se hace menos digerible para algunos, que con buena intención quieren velar por la vigencia de unas esencias que ellos consideran irrenunciables.

Una gran dificultad y una gran oportunidad


El capítulo octavo del documento La alegría del amor plantea la cuestión pastoral incómoda para algunos y desafiante para otros: ¿Se admite a los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía a los divorciados y vueltos a casar civilmente? Este asunto suscitó polémica y lo sigue haciendo. En el Instrumento de trabajo presentado a los cardenales, antes de la primera etapa sinodal, por el cardenal “Walter Kasper”, se recogía la necesidad de afrontar estos casos y darles una salida que agotase todos los recursos de la Misericordia divina; es decir, había que valorar si algunos casos de divorciados y vueltos a casar civilmente podían recibir los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía. La reacción no se hizo esperar, y un grupo de cardenales, con todo el derecho que otorga la libertad de pensamiento, expresó su rotunda negativa al planteamiento inicial del cardenal Kasper. Los debates sinodales siguieron ahondando en la misma línea del cardenal. El Papa elabora, en este capítulo ocho del documento, una síntesis doctrinal que no se aparta en absoluto de la Doctrina Oficial de la Iglesia. Entonces, ¿por qué los opositores se muestran tan preocupados por la puerta que se abre a partir de este documento?

Haciendo memoria

Cuando el cardenal Kasper presentó a los cardenales el Instrumento de trabajo para el Sínodo, al llegar al punto conflictivo de la admisión a los sacramentos de los divorciados vueltos a casar, apeló a la historia, trayendo a colación la práctica, en ese sentido, llevada a cabo en los primeros siglos por algunos obispos en sus comunidades. La iglesia Ortodoxa, que es en todo igual a la Iglesia Católica, excepto en la obediencia al Papa y en el “filioque”, mantiene la disciplina sacramental de los primeros siglos, sin negar en absoluto la indisolubilidad del vínculo matrimonial contraído en el primer matrimonio, si este fue válido. La excepcionalidad de la norma no está en la norma misma, sino en su cumplimiento, teniendo en cuenta la fragilidad humana.

Pero los monseñores y otros clérigos y laicos, que en la Iglesia Católica elevan sus gritos al cielo por las disposiciones de la exhortación apostólica La alegría del amor, no se acuerdan o desconocen, que fue el muy entrañable san Juan Pablo II, en la anterior exhortación apostólica, de mil novecientos ochenta y uno, quien admitió ya a los divorciados y vueltos a casar en segundas nupcias, a la recepción de los sacramentos de la Confesión y la Eucaristía, pero con una condición: habrían de vivir como hermanos comprometiéndose a no mantener relaciones íntimas: “ (Familiaris consortio, n. 84 ).Veamos lo que dice el texto oficial: La reconciliación en el Sacramento de la Penitencia – que les abriría el camino al Sacramento Eucarístico- puede darse únicamente a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y fidelidad a CRISTO, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no contradiga la indisolubilidad del matrimonio. Esto lleva consigo concretamente, que cuando el hombre y la mujer, por motivos serios –como, por ejemplo, la educación de los hijos- no pueden cumplir la obligación de la separación, asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea, de abstenerse de los actos propios de los esposos. Por tanto, la única diferencia en el actual magisterio pontificio del papa Francisco se establece sobre la autorización a los divorciados y vueltos a casar para que sigan manteniendo relaciones sexuales íntimas dentro de su convivencia conyugal, pues el documento no plantea prohibición alguna sobre ese aspecto.

En el último sínodo sobre la familia se debatió la conveniencia de las relaciones sexuales en los matrimonios divorciados y vueltos a casar, y se concluyó que estos matrimonios, prescindiendo de las relaciones sexuales pondrían en grave riesgo su unión y la propia convivencia con especial repercusión en los hijos. En la exhortación actual, La alegría del amor, el papa Francisco no alude ni por un solo momento a la cuestión de las relaciones íntimas como condición imprescindible para la admisión a los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía. Con respecto a las nuevas uniones civiles de divorciados, la exhortación propone tres objetivos: acompañar, discernir e integrar. Hay que leer despacio este capítulo octavo de la exhortación para extraer el mayor rendimiento posible. ... Hay que fortalecer a las comunidades parroquiales en la comprensión y vivencia de la misericordia de DIOS, de modo que pase de ser un concepto vacío a una experiencia con contenido concreto. De esta manera el discernimiento de los casos difíciles será llevado por el sacerdote, pero al mismo tiempo apoyado por una comunidad parroquial que crecerá espiritualmente al integrar de forma adecuada, a los que en ningún momento están excomulgados, a la plena comunión eucarística dentro de la comunidad. El papa Francisco ha puesto en manos de los pastores, curas y obispos, un instrumento de trabajo pastoral de máxima importancia. ..., ¿cuántas veces durante este año ha escuchado una o varias homilías expositivas o aclaratorias sobre esta exhortación del papa Francisco? Al mismo tiempo que normativa, esta exhortación hace una exposición práctica de la vida conyugal y familiar, que la hacen apta para ser leída por una gran mayoría. Un objetivo parroquial debería estar centrado en la lectura del documento por la mayoría de personas posible. ... Por otra parte, habrá necesidad de esclarecer algunos puntos y para eso deberían estar las homilías y determinado tipo de reuniones. La homilía es la única posibilidad de catequesis para una gran mayoría de personas católicas practicantes.

Repensar el problema


Algunos obispos y sacerdotes se ponen muy serios cuando tienen que hablar en público de este documento, y en concreto de este capítulo octavo y sentencian: “Es que el papa Francisco no ha dado licencia para que todos los divorciados y vueltos a casar participen de los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía”; … El cura que pretenda ser fiel, hoy, a la Iglesia, tiene que leer despacio esta exhortación y ponerse las pilas para hacerla vida pastoral, de lo contrario perderá credibilidad él y la Iglesia Católica. Nos seguirán acusando de que decimos y no hacemos... No hay que desanimarse, es preciso volver a las raíces en busca de verdad. La situación de dos personas divorciadas y vueltas a casar con hijos o sin ellos supone un asunto de la máxima importancia, trascendencia y responsabilidad, que una vez resuelta positivamente supondrá un fortalecimiento y crecimiento de las comunidades capaces de acompañar, discernir e integrar.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Todo movimiento no es un paso adelante


Opinión de José Luís Nunes Martins


Hay luces y tinieblas, pero, muchas veces, las sombras son señales de grandes luces detrás de los grandes obstáculos que es necesario vencer.

¡Andamos de un lado para otro, muchas veces al revés, sin llegar a ningún lado. Otras veces, la línea es recta pero el rumbo equivocado!
Otros van con un rumbo cierto, pero perdiéndose en mil desvíos, acaban por no llegar nunca allá.
¡Después hay a quien le gusta andar hacia atrás, siempre con la convicción de que los demás están de regreso!

Antes del primer paso, es necesario ser consciente de la voluntad que nos anima, lo que está a nuestro lado y escuchar bien lo que dicen los que nos respetan y merecen ser escuchados, aquellos que, en la mayor parte de los casos, se expresan con pocas y buenas palabras. Se preocupan por el bien y con nuestro bien, pero o nos proponen el camino sin que antes lo pidamos.

No toda presencia significa respeto, no todo silencio es bueno ni toda palabra busca el entendimiento.

Los caminos de la vida no se repiten. Nadie da dos veces el mismo paso exactamente. Cada momento es un escalón para el siguiente, donde no se puede descansar. Hay luces y tinieblas, pero, muchas veces, las sombras son señales de grandes luces por detrás de los obstáculos que es necesario vencer.

El camino que gira de espaldas a la luz es el de los que quieren ser felices pero no están dispuestos a ir por donde debe ser. Es un camino lleno de gente.

¡El buen camino es el de la luz. Entre las sombras. Ningún paso es en vano, aunque posiblemente no se consiga nada, mas que la dignidad de honrar nuestra vida y su sentido!
Imagen Carlos Ribero

http://rr.sapo.pt/artigo/92893/nem_todo_o_movimento_e_um_passo_em_frente

domingo, 3 de septiembre de 2017

El miedo y el valor

Tiene sentido, aquí y ahora temer a los asesinos que, en nombre de su religión, siembran el terror por toda Europa y no solo.

Mucho se ha hablado recientemente del miedo y del coraje. Barcelona, en una masiva reacción al atentado en el que murieron más de una docena de personas, entre las cuales dos eran portuguesas, tuvo a gala en decir al mundo entero que no tienen miedo. Entre nosotros, un miembro del gobierno asumió públicamente su homosexualidad y, como suele ocurrir en estos casos, luego surgieron voces enalteciendo su coraje.

Yo tengo miedo, gracias a Dios. No de que me caiga el cielo encima de la cabeza, como los irreductibles galeses, sino de ser matado o herido en un atentado terrorista o, peor aún, que eso le suceda a personas de mi familia, o a mis amigos. Tengo miedo por las personas de mi país y de todos los países, por los pobres y necesitados y por los ricos y poderosos, por los niños, por los jóvenes, por los adultos y por los ancianos.

Tengo miedo del terrorismo islámico, el único que verdaderamente amenaza ahora a Europa, por más que los ingenuos de costumbre nos quieran prevenir contra el peligro de la islamofobia. Tal vez, a principios del siglo pasado, se tuviese miedo a la camorra; o, en los años 70 y 80, de los revolucionarios de la Baader Meinhof, de los guerrilleros del IRA, de los separatistas de ETA, de los 'bombistas' de las FP-25 y de los comunistas de las Brigadas Rojas. En la actualidad, ninguno de esos grupos terroristas representan una amenaza real para nuestro país, o para el mundo. Pero tiene sentido, aquí y ahora, temer a los asesinos que, en nombre de su religión, siembran el terror por toda Europa y no solo. Si son, o no son, islámicos, es problema de ellos y de las respectivas autoridades religiosas, no mío.

El miedo es como el dolor: una señal vital de un peligro real. Las peores dolencias no son las que causan un gran sufrimiento, sino kas que no se sienten, porque nadie se tratará de una enfermedad que no sabe que tiene. El miedo es la reacción natural ante un peligro inminente: sólo los inconscientes no lo tienen. Es bueno tener miedo. Ser valiente no es sinónimo de no tener miedo, sino de saber actuar ante el peligro de manera razonable, sin ser cobarde ni temerario.

Desgraciadamente, el presidente de la Cámara de Barcelona no tuvo miedo y, por eso, no se previno contra la posibilidad de un atentado terrorista como el que ya había ocurrido en el sur de Francia. Si hubiese tenido miedo, tal vez hubiese impedido la matanza de más de una docena de seres humanos. Su falta de miedo fue muy útil para los terroristas, que así se beneficiaron de su negligencia, resultando susceptible responsabilidad criminal.

Si en España, por lo visto, falta miedo, en Portugal tenemos exceso de coraje. Por eso, una valerosa secretaria de Estado, como una Joana d’Arc de las causas rupturistas, confesó su homosexualidad. Luego numerosas voces saludaron el gesto valiente, tanto más meritorio como inédito entre nuestros políticos, muy amigos de estas causas, pero muy reservados en cuanto a sus preferencias personales. Hay quien cree una hipocresía que un diputado, o ministro, no revele públicamente su tendencia sexual, pero yo soy de los que defienden que tal descripción revela una loable pudor, alguna decencia e.q.b. sentido de Estado.

Salvada la libertad de expresión de todas las personas, no todo se puede hacer, o decir, por quien tiene responsabilidad de gobierno. Era obvio que un ministro que, en plena sesión parlamentaria, hizo un gesto grosero a un diputado, no está en condici0nes de continuar en el desempeño de sus funciones. Los secretarios de Estado que aceptaron favores que comprometen su imparcialidad, actúan igualmente de forma éticamente inadecuada a su responsabilidad de gobierno. Tampoco se supone que un miembro del gobierno haga confidencias públicas sobre su orientación sexual, sea quien fuere, Es razonable exigir a los miembros del gobierno el decoro y la dignidad propias de las funciones que desempeñan, también cuando hablan de su vida privada, porque la transparencia y escrutinio a que está obligado un gobernante, en un régimen democrático, no incluye secretos de alcoba.

Sin poner en entredicho la honorabilidad de la persona en cuestión, la verdad es que es ridículo alabar el 'coraje' de tal declaración. ¡¿Valentía por qué!? ¿Es que, quien la hace, pone en riesgo su propia carrera!? ¡Es obvio que no! ¿Podrá, por ese motivo, perder el cargo? ¡De ningún modo! ¿Por haber dicho lo que dijo, va a ir a prisión? Tal ves en Tchetchénia, o en Arabia Saudita, pero en este país de costumbres blandas, donde la comunicación social alaba a quien recurre a estos medios para conseguir alguna exclusiva. ¿¡Dónde está el 'coraje' de ser miembro del gobierno, con todos los privilegios correspondientes, y vivir con una amiga y presumir de ello!?

Valientes son las mujeres que, presionadas para abortar, no lo hacen. Valientes son las que tienen la generosidad de crear y educar una familia numerosa, a costa de todo tipo de privaciones e incomprensiones. Valientes son las que acogen como propios a los niños que los padres rechazan. Valientes son las que aceptan y cuidan de un hijo deficiente. Valientes son las que, abandonadas sin culpa por el cónyuge, o viceversa, permanecen fieles a su compromiso matrimonial. Valientes son las que no abandonan a los hijos toxicómanos.
Valientes son las que, en una sociedad pagana y hedonista, no viven según sus apetencias egoístas, más o menos extravagantes, sino de acuerdo con las exigencias altruistas de la moral cristiana. Valientes son las que no abandonan a los padres ancianos en una residencia de la tercera edad, y cuidan de ellos hasta el final. Valientes son las que no tienen miedo a la muerte, ni la cobardía de la eutanasia. Valientes son las que, como Santa Teresa de Calcuta y tantas otras santas mujeres cristianas, solteras o casadas, consagradas o legas, olvidándose de sí mismas, aman y generosamente se entregan al servicio de otros. A pesar de todo.

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