José Luís Nunes Martins
No hay nada que pueda herir a un corazón. Su sensibilidad deriva
de una capacidad de decisión única y extraordinaria de no dejarse endurecer a
pesar de lo que sufre.
Muchas personas se apartan de su propio corazón. Intentan
ser otras y no ellas, pero el resultado es que acaban creando algo peor…
Nuestra identidad depende mucho de la forma más o menos
irracional como lidiamos con el mundo, más que, como pensamos, de nuestra
claridad de ideas y de la lógica.
El corazón es simple: o se alegra y sonríe o, entristecido,
sufre. Algunas veces queda en paz, pero nunca por mucho tiempo, porque no le
gusta estar vacío y quiere experimentar cada cosa, sea real, posible o
imposible. Más aún, estas distinciones no tienen sentido desde su punto de
vista.
En el corazón cabe el infinito y la eternidad, dimensiones inaccesibles
a la razón humana. Es capaz del cielo y del infierno, como si fuese una escala
que va desde lo hondo del pozo hasta lo más alto del cielo.
Amar es un acto de valor supremo, porque implica abrir los
brazos para abrazar y ser abrazado, pero cuando alguien se da así, se abre a
ser traspasado por un puñal que alguien traiga escondido.
El milagro que es también un misterio es que no se puede
matar un corazón. Puede sufrir, pero morir no. Tal vez porque no hay mal que
sea mayor que el bien. Tal vez porque, en cierta manera, sufrir trae algún bien
que no tenga sentido para la razón…
Si ya sientes todos los días iguales y existe en ti una gran
indiferencia frente a todo lo que te rodea, entonces es el momento de que te retires
y cuides de tu corazón damnificado. Muchas veces él se apaga cuando insistimos
en no escucharlo o en hacer lo que le hace sufrir.
No debo ser esclavo de mi corazón, pero tampoco de nada me
vale intentar dominarlo. La felicidad nace de la paz. Solo seré feliz si logro
estar en paz con mi corazón.
Que nunca tu corazón deje de ser un castillo donde hay
espacio para todo, donde la puerta abierta, tanto para acoger todo lo bueno
como para expulsar todo lo malo.
https://agencia.ecclesia.pt/.../o-coracao-e-uma-ferida.../
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