domingo, 16 de mayo de 2021

La Ascensión

 De la homilía del P. Luis Palomino


El P. Luis comenzó su homilía ofreciéndonos una breve catequesis sobre el Cirio pascual: representa a Cristo, luz del mundo, se enciende durante la vigilia pascual, y después en todas las misas hasta el domingo de la Ascensión, en que se apaga; pero no permanece apagado durante todo el año litúrgico, también se enciende para la despedida de los difuntos, y en los bautizos, para expresar que Cristo sigue acompañándonos durante todo el año y durante toda nuestra vida, porque Él es nuestra esperanza.

Resaltó el hecho del dolor que conlleva cualquier separación entre personas para ilustrar el echo de la Ascensión del Señor al cielo. La despedida del Señor de sus apóstoles los dejó tristes y desorientados. Pero no era una despedida definitiva. Igual que entre los humanos al despedirnos nos hacemos regalos, nos damos abrazos, y esperamos volver a encontrarnos algún día, Jesús les promete el Espíritu Santo, Él se va, pero para dar paso al Espíritu Santo, Quien les enseñará todo lo que deben saber sobre Jesús, y les dará la fortaleza necesaria para vivir y actuar como lo hizo su Maestro.

De este modo les hace también un regalo extraordinario, para ellos y para todos los que reciban su mensaje: la esperanza, una esperanza que colma de sentido la vida, que ofrece una luz imprescindible actuar en la vida de los hombres hacia la salvación, el reencuentro con el Origen.

Por tanto, todos estamos llamados a proclamar el mensaje de Jesús, a vivir según sus mandamientos. Y no es necesario que nos empeñemos en hacer  grandes cosas, porque Dios nos ha dotado de dones diferentes a cada uno según nuestras capacidades, basta con que las pongamos al servicio de los demás donde quiera que sea, y sepamos agradecer el bien que hagamos y recibamos.  





 

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