Hoy hemos recibido al último en
incorporarse, somos en la actualidad tres hombres, o cuatro, contando
con que J. se quede, y una mujer, nuestra voluntaria de verano, que
este año nos ha regalado con su presencia todas las vacaciones. Han
pasado por este servicio desde la muerte de aquella enorme voluntaria, Mari Cruz, va a hacer dos
años, otros dos voluntarios y medio (una chica que no sabíamos bien
a lo que venía o lo que quería, y desapareció sin más), no
duraron mucho, y eran los más jóvenes, los cuatro primeros hemos
pasado los sesenta y hasta los setenta alguno.
La presentación como veis no es muy
considerada, sólo quiero llamar la atención sobre el tema del
voluntariado, del que tanto se habla; y tanto se habla y encomia,
que parece que hay muchos y jóvenes, la realidad es que en San
Fernando, y en Cáritas concretamente la media de edad del
voluntariado es elevada y su número muy bajo. No pretendo criticar,
sólo constatar, hace tiempo que me sumo a los que piensan que los que están son los
que valen, y con ellos hay que ver la de cosas que se hacen,¡Cuántas
veces constatamos en las cáritas parroquiales la multiplicación de
los panes y los peces en momentos de apuro,u otros pequeños
milagros!
Pero yo pretendía hablar un poco de
los voluntarios de persona sin hogar. A todos nos cuesta comenzar,
los primeros meses nos pasamos el día diciendo “si yo aquí no
hago nada ni hay mucho quehacer”. Los veteranos son los que te
dicen: ¡aguanta, muchacho!, tengas la edad que tengas, verás como
encuentras tú mismo no una sino muchas más razones para continuar.
Y así sucede, en la mayoría de los casos.
Cuando ya superas las dudas entonces
acudes confiado en que algo vas a tener que hacer, y si no, allí
estás tú por si a acaso, y puede ser que de repente aparezca una
necesidad, o dos y varias complicaciones más. La constancia tiene una
gran importancia, que todo el mundo sepa que hay alguien ahí y que
está disponible, esa es la esencia del voluntariado; como los diez
mandamientos se encierran en dos, así las cualidades del voluntario:
“amar y servir”; si estás es porque quieres, y si permaneces es
porque sabes lo que haces y por tanto eres consecuente.
Pero en nuestro tiempo la abundancia
de organizaciones ha provocado la competencia entre algunas de ellas,
y ha llevado a algunos voluntarios a servirse de ellas para su
provecho personal o simplemente destacar; les puede la ideología de
la impaciencia, quieren ser salvadores del mundo entero, no son
conscientes que ya vino el Hijo de Dios a salvarnos y no se
impacienta con los humanos, a pesar de nuestro lento aprendizaje.
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