lunes, 29 de julio de 2013

Expulsada de casa, por estar embarazada



Expulsada de su casa, por sus padres, porque estaba embarazada. La verdad es que oyes estas cosas y aún parece que eso sólo ocurre  lejos, que tú no vas a tener que escucharlo de primera mano.

Como no tenían donde ir durmieron en “la guardería” (una “colonia okupa”). Hace pocos días reclamaba un centro-refugio donde pudieran acudir las personas que se ven de pronto en la calle; este suceso lo hace más necesario, al menos para pasar la primera noche.

Menos mal que estaban ahí esos ángeles de la noche, acostumbrados ya a la oscuridad y los peligros, para proteger a un ser inocente y librarlo de cualquier otra desgracia mayor que la de ser expulsada de su casa por sus propios padres.

Dos cosas extraordinarias sin embargo protegen a esta chica de dieciocho años: que quiere tener a su hijo, y que va acompañada del padre del niño, al que su extrema juventud, o su timidez e inexperiencia, no le han permitido decir una sola palabra. Son valientes, merecen nuestro respeto y nuestra ayuda para culminar ese embarazo y la continuidad de la pareja.

En seguida los orientaron a esta oficina, a tomarse siquiera un desayuno, y de aquí irán a la asociación de Red Madre, donde la recibirán con los brazos abiertos.

Hoy ha sido por tanto una mañana diferente y hasta cierto punto feliz, porque una joven madre está dispuesta a sacrificarse por su hijo aún no nacido, y su compañero está a su lado.

Han dado a sus padres, y a todos nosotros, una lección de vida: los niños primero; a nosotros nos toca seguir…y después las mujeres y los ancianos, como nos recomienda el Papa con tanta insistencia.  


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