sábado, 18 de febrero de 2017

La vida no se remienda, se enmienda


OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

Las apariencias y mentiras con que, a veces, somos tentados para esconder las heridas abiertas de nuestras flaquezas son remiendos.

Cuando algo nos hiere, desgarra o daña, lo importante es trabajar en eso, con todo lo que queda, respetando siempre nuestra integridad anterior y reponiéndola en la medida de lo posible. Sin ilusiones y aceptando que todos somos frágiles y que, por eso, tenemos muchas cicatrices... resultado de golpes que no conseguimos evitar o de escaladas de violencia que tomaron proporciones mayores de lo que creíamos.

Es esencial que cada uno de nosotros comprenda que la voluntad de olvidar, disfrazar o tapar sus flaquezas con pedazos de vida que no es la nuestra es un error, enorme.

Ninguna herida se cura solo por ser cubierta, a veces eso es solo una forma de agravarla. Enmendar no es ocultar el hecho, es curarlo. Doy, siempre y mucho, pero vale la pena. Corregirse y superarse a fin de sobrepasar el error, asumiéndolo y haciendo lo necesario para repararlo en nosotros y en aquellos a quien perjudicamos.

Remendar es mezclar pedazos extraños unos a otros.

La vida es preciosa, íntegra y auténtica, a pesar de todas las cicatrices que son parte de nosotros, de nuestra historia y de nuestra felicidad. Somos nosotros.

Aquellos que no asumen los errores propios como suyos y como parte de su proceso de perfeccionamiento, de tantos remiendos como colocan, llegan a un punto en el que ya ni ellos mismos saben quienes son. No tienen enmienda... son meros remiendos encima de remiendos, ya se acabaron... son solo trapos sin historia.



                                                              (ilustração de Carlos Ribeiro)


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