OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS
NUNES MARTINS
Entre el mundo material y aquel que no se puede tocar, ni
ver, hay una diferencia enorme. Los hechos objetivos son solo una parte de la
realidad.
La verdad incluye esos dos mundos y, por eso, va mucho más
allá de lo que es material.
El mundo está lleno de cosas a las que se da un valor que
poco tienen que ver con sus cualidades intrínsecas. Hay quien ve las cosas como
condiciones esenciales, escalones o trampolines para la felicidad y hay quien
ve en ellas la finalidad y plenitud de su existencia...
Tal vez esta confusión se dé porque muchos no comprenden que
el amor, tal como el viento, sólo se
puede conocer por sus obras.
Hay quien piensa que el amor es una flaqueza, inutilidad e
incluso una ilusión. Esto porque, cuando se ama, todo se relativiza al máximo
hasta tal punto que parece casi perder su sentido anterior, una vez que pierde
el valor que le dan los que no aman.
Ninguno de nosotros es el centro de su misión.
Pero hay quien busca lo divino solo en busca de milagros.
La mayor parte de nosotros prefiere soñar y llorar por un
milagro cualquiera en el mundo material, en vez de creer y sufrir por el amor
verdadero. No, no se puede tener todo, ni tendría sentido alguno. Sólo el amor
basta. Todo lo demás es prescindible.
¡El amor no es un milagro. Es algo mucho mejor!
(ilustração de Carlos Ribeiro)
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