viernes, 29 de junio de 2012

Sobresalto




Puede decirse  sin temor a caer en la exageración que la vida hoy es un sobresalto; tener conciencia, un mínimo sentido de la fidelidad al pasado histórico y familiar, un poco de cultura y formación clásica, aquella que exalta el honor y la nobleza, la renuncia, el respeto sagrado a la vida, lleva a estar de continuo volviendo la cabeza sorprendido al escuchar ciertas conversaciones, o a abrir los ojos como platos, o a bajarlos, si quien habla es un conocido tuyo o un personaje con influencia en la sociedad, en los niños, en los ancianos, en los necesitados.

Digo esto porque esta mañana tras la sorpresa agradable de volver a ver a R. después de cerca de dos años, al que recordaba como un trotamundos con clase, en pocos minutos la conversación me produjo una sorpresa inquietante, y no quiero decir con ello que ya no me agradara la visita, al contrario. Lo primero que hablamos después de los tópicos de costumbre fue de la crisis, una crisis que vive toda Europa, y que está haciendo la vida más difícil a los sin techo, pero de manera más acusada en los países del centro y norte, por eso él ha venido a España.

En pocos minutos ya nos habíamos metido en la crisis moral y religiosa y provocó un ataque generalizado a la Iglesia y al Papa. Mi buen amigo me habló de Erich Von Dänicken, de los iluminados, de los templarios, del calendario Maya, vamos, para echarse a temblar. Se terminó la conversación de repente porque tuve que irme, pero a mi me produjo una gran inquietud, porque me asaltó el fantasma de una gran revolución alentada por masones, revolucionarios neomarxistas, movimientos esotéricos e iglesias diversas, unidos contra la Iglesia, a la que culpan de todos los males que afectan a esta sociedad en crisis, decadente y sin rumbo.

En este mundo de locos la globalización ha llevado a algunos a intentar la resurrección de viejas utopías de gobiernos universales, rebuscan en la historia proyectos fracasados y justifican su fracaso por la represión de los reyes, los papas, es un auténtico dislate que muchas mentes fantasiosas y vacías de cultura y criterio razonable se dejan seducir, lo mismo les da gritar a la vez contra los banqueros, el gobierno (si es de derechas ya para qué...) el Papa, la iglesia, contra Franco, como si estuviera vivo, etc.

Los enemigos del hombre, de Dios y de la Iglesia están a toda máquina, contra la Iglesia católica, (las iglesias reformadas están tan desprestigiadas que no ofrecen peligro), y en pro de una falsa tolerancia, de una unión o alianza de civilizaciones, o de cualquier opinión que pueda engrosar el simplón concepto de progre o moderno.

Por más que me esfuerzo no logro detener esta avalancha de pensamientos negativos, podría callármelos, pero me causan mayor deasosiego, por eso prefiero escribirlos.

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