lunes, 4 de noviembre de 2013

“El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”

De la homilía del P. Ignacio. Domingo XXXI. (Lc.19, 1-10)

He creído oportuno publicar aquí esta homilía por la aportación que hace a cómo debe ser la labor de cáritas en general.

“El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”, con esta frase del evangelio, en el que San Lucas  nos narra el encuentro de Jesús con Zaqueo, comenzó su homilía el P. Ignacio.

Todos nos acordamos de Zaqueo, un caso en verdad muy curioso. Cuando Jesús llega a Jericó se está arriesgando, a su llegada todo va bien, es aclamado por una multitud, las autoridades religiosas incluso lo escuchan, curiosos, pero ya lo tienen en el punto de mira, es observado con inquietud.

En medio de este recibimiento festivo se produce el encuentro con Zaqueo. Zaqueo no es un hombre cualquiera, es rico, amigo de los dominadores romanos, un recaudador de impuestos, por tanto un explotador y un pecador para los judíos. Y es este personaje el que siente curiosidad por ver al maestro del que tanto se habla y cuyas palabras causan admiración en todos los que lo escuchan.

Como Zaqueo es de baja estatura no puede ver a Jesús en medio del gentío, entonces es cuando se produce el “milagro”: Zaqueo se ha adelantado, se ha subido a un árbol por donde va a pasar Jesús, y es Jesús mismo el que al pasar junto a él le dice: “Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”. Allí están el jefe de la sinagoga, los sacerdotes… y Jesús se va a hospedar en la casa de un pecador, le importa muy poco lo que puedan pensar de él, ha venido a salvar lo que estaba perdido, es a donde quiere llegar, a descubrir lo que es el hombre.

Zaqueo se convierte, y dice al Señor: “Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres, y si de alguno me he aprovechado le restituiré cuatro veces más”. Es una conversión a lo que es importante para el Maestro, y Jesús lo acoge, “hoy ha llegado la salvación a esta casa. También este es hijo de Abraham…”

Estos hechos tienen una gran importancia para nosotros hoy, cuántas veces ponemos la etiqueta a los demás y no les permitimos que cambien su conducta o sus opiniones. Hizo luego hincapié el P. Ignacio en que era el domingo de cáritas, y quiso llamarnos la atención sobre una actitud muy frecuente entre nosotros, semejante a la de los que criticaban a Jesús, muchos critican a las personas que acuden a cáritas, dicen que sólo acuden para que les ayuden pero  luego no lo agradecen, o no tienen en cuenta la parroquia para nada más.

Sin embargo, siguió el P. Ignacio, no tenemos en cuenta cuántas veces estas personas, al sentirse acogidas como Zaqueo, cambian, y se ofrecen como voluntarios para ayudar a otros o hacer cualquier tarea. Esto tiene que hacernos pensar, estas personas que acuden a cáritas no tienen riqueza como Zaqueo, pero son capaces en su pobreza de ayudar a otros.

Dios ayuda por medio de nosotros, con ese poquito que aportamos, cuánto bien podemos hacer, podemos hacer que esas personas sientan que Dios llega hasta ellas.


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