(No puedo resistir no publicar este texto tan bello)
Miguel Torga, in "Diário (1941)"
La vida… y la gente se
pone a pensar en cuantas maravillosas teorías los filósofos han construido en
la severidad de las bibliotecas, en cuantos bellos poemas los poetas han rimado
en la pobreza de las buhardillas, o en cuantos cerrados dogmas no han entendido
los teólogos en la soledad de las celdas. En eso, o si no en la cuenta del
zapatero, en la degradación moral del siglo, o en la triste pequeñez de todo,
que comienza para nosotros. Pero la vida es una cosa inmensa, que no cabe en
una teoría, en un poema, en un dogma, ni siquiera en la desesperación interior
de u hombre.
La vida es lo que me
queda por ver: una mañana majestuosa y desnuda sobre estos montes cubiertos de
nieve y de sol, una manta de acebo donde una oveja acaba de parir un cordero, y
dos niños –un niño y una niña- silenciosos,
pasmados, al mirar el milagro aún humeante.
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