domingo, 6 de noviembre de 2016

San Nuño de Portugal, un santo original




San Nuno Álvares Pereira es un santo muy original, precisamente porque, como fue tan normal, fue muy diferente de la mayoría de los otros santos y, por eso mismo, muy parecido a todos nosotros.

Este próximo domingo, por feliz coincidencia fiesta litúrgica de san Nuno de Santa María, la capital portuguesa le ofrece un merecido homenaje, con la inauguración, en la parte alta de la Avenida de la torre de Belém, en el Restelo, de una estatua al Santo Condestable. La laudable iniciativa de la autarquía lisboeta no habrá sido posible sin la entusiasta participación de los muchos munícipes que votaron esta propuesta, que había sido sometida, entre otras, a su consideración y que, muy justamente, vino a ser vencedora.

Por paradójico que pueda parecer, San Nuno Álvares Pereira es un santo muy original, precisamente por haber sido tan poco diferente de los fieles normales. O sea, como fue tan normal, fue muy diferente de la mayoría de los otros santos y, por eso mismo, poco diferente del común de los mortales.

Quien recurriera al santoral católico, no puede dejar de concluir que la mayoría de los bien aventurados que, como tales fueron reconocidos por la suprema autoridad eclesial, no coincide con el perfil del cristiano corriente y normal. Por ejemplo, casi todos los fieles católicos son casados, pero entre los santos canonizados abundan, por el contrario, los célibes, sacerdotes o religiosos. Son raros los santos que se casaron y tuvieron hijos, como insólitos son también los que desempeñaron alguna profesión civil. Lo mismo entre los que ejercieron algún oficio, son pocos los que se dedicaron a la vida militar, aparentemente irreconciliable con el mandato nuevo de la caridad. Santidad y pobreza son conceptos que se implican mutuamente, según el programático sermón de las bienaventuranzas y, por eso, hasta la fecha, no consta ningún santo multimillonario, ni constan santos adinerados, o grandes propietarios. 

Desde tiempos antiguos, el poder es visto por algunos como irreconciliable con la santidad cristiana: ¡no en vano Jesucristo rechazó absolutamente la oferta diabólica de todos los reinos de este mundo y de sus riquezas! Aunque haya algunos santos que lo fueron en el ejercicio de funciones políticas, como Santo Tomás Moro y San Luis de Francia, escasean con todo los que fueron militares.

 Ahora bien San Nuno de Santa María, antes de ser fraile carmelita, fue todo esto. Se casó y tuvo varios hijos, entre los cuales la que, por su casamiento, vendría a ser la primera duquesa de Bragança y tronco de esa estirpe que, en 1640, pasó a ser Casa Real. Nuno Álvarez Pereira fue militar de profesión, llegando a ser Condestable del reino, cuando la independencia nacional estaba comprometida, por el casamiento de la heredera del trono de Portugal con el entonces rey de Castilla. El Santo Condestable no sólo fue, en tanto que generalísimo del ejército del Mestre de Avis, un bravo guerrero, sino también uno de los hombres más ricos de Portugal, gracias a las abultadas donaciones que le fueron hechas por el rey, en justa recompensa por sus inestimables servicios. Mientras la mayor parte de los santos desdeña las honras y títulos humanos, San Nuno Álvares Pereira no sólo aceptó la elevada condición de Generalísimo, sino también los privilegios inherentes a la grandeza del reino, que le competían por razón de los títulos condales –de Arraiols, Barcelos y Ourem- que le fueron concedidos por el Rey D. Juan I y que, desde entonces, son patrimonio de la Casa de Bragança.

Tal vez alguien pueda objetar que estas características de su vida son ajenas a su santidad, a la que Nun`Álvares había accedido solo cuando renunció a todos esos cargos, títulos y bienes materiales, para humildemente profesar como religioso carmelita. Es verdad que la canonización de Frei Nuno de Santa María mucho debe a esa última etapa de su vida terrena. Pero sería errado pensar que fue sólo entonces cuando su vida cristiana alcanzó los umbrales de la perfección evangélica. Mucho antes, ya D. Nuno Álvarez Pereira había dado sobradas pruebas de la calidad de su fe, de la autenticidad de su esperanza y de la pureza de su caridad; como marido santo que fue de su mujer, como santo progenitor de sus hijos y nietos, como santo general del ejército, como santo consejero del rey, como santo hidalgo de la corte, ¡y hasta  -¡asómbrese! - como santo latifundista! No fue santo a pesar de estas sus circunstancias, sino precisamente a través de ellas, en la medida en que son también santificables, como todas las situaciones familiares y profesionales honestas.

El mundo tiene mucha necesidad de ejemplos de santidad en la vida religiosa, como Frei Nuno de Santa María. Pero son tal vez más urgentes los modelos de excelencia cristiana en la vida matrimonial, familiar, profesional, económica y política, como San Nuno Álvares Pereira.

¡Que el Santo Condestable, del alto del Restelo, donde mañana va a ser inaugurada su estatua, bendiga el reino que defendió con su espada! Porque también ahora, como dice el poeta, falta “¡cumprir Portugal”!

P.S. Ainda a tempo:
1) O Observador publicou um extenso artigo sobre o Opus Dei, prelatura da Igreja católica, fundada por São Josemaria Escrivá, a quem sucedeu o Beato Álvaro del Portillo e de que agora é prelado o bispo D. Javier Echevarria. Esta reportagem resume um livro da autoria do mesmo jornalista, que repete um texto publicado no Diário de Notícias, a que então respondi, a título pessoal (cfr. 
Querido Diário de Notícias, no i de 2-2-2013).
2) Faz hoje uma semana, 31 jovens profissionais do Opus Dei, de 16 nacionalidades, receberam, em Roma, a ordenação diaconal, entre os quais, dois portugueses: o economista António Alves Mendes e o advogado Diogo da Cunha e Lorena de Brito. Deo gratias!
http://observador.pt/opiniao/sao-nuno-de-portugal-um-santo-original/


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