JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS
Hay personas que tienen un corazón muy sensible, que desborda sentimientos, bajo una fría y dura capa superficial.
Este escudo protector se debe a la necesidad de preservar lo que otrora fue violentado. Las heridas de los golpes pasados pueden curar, pero quedan a la vista, marcan el cuerpo... estas, sin embargo, son solo señales de otras mayores –escondidas en lo íntimo.
La paz que buscamos no está aquí ni allí, en un tiempo o en un lugar determinados. Resulta de un encuentro que cada uno de nosotros debe hacer con el otro –dentro de sí mismo. La paz que buscamos en el caos del mundo está en nosotros.
Esta paz sublime nace del amor, que es el camino para una vida verdadera.
La belleza exterior no es una señal fiel de lo que pasa en el interior. ¡Cuánta bondad se esconde tras feas apariencias! Por eso mismo, tal vez haya siempre algo tan extraño cuan íntimo en los rostros más tristes, cerrados, fríos y distantes de las personas en quien nuestra mirada se posa.
La paz que buscamos no está aquí ni allí, en un tiempo o en un lugar determinados. Resulta de un encuentro que cada uno de nosotros debe hacer con el otro –dentro de sí mismo. La paz que buscamos en el caos del mundo está en nosotros.
Esta paz sublime nace del amor, que es el camino para una vida verdadera.
La belleza exterior no es una señal fiel de lo que pasa en el interior. ¡Cuánta bondad se esconde tras feas apariencias! Por eso mismo, tal vez haya siempre algo tan extraño cuan íntimo en los rostros más tristes, cerrados, fríos y distantes de las personas en quien nuestra mirada se posa.
Las personas más emotivas se esconden, muchas veces, bajo capa de insensibilidad. Lo que nos hace sufrir nos marca. Pero es el dolor lo que nos engrandece el corazón. No por eso, sino porque nos hace luchar con más vigor por el bien.
No somos el dolor que sentimos, somos el sentido que le damos.
(ilustração de Carlos Ribeiro)
http://rr.sapo.pt/artigo/68899/belos_coracoes_com_feias_aparencias
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