Hoy no es el día en que voy a desistir. Ayer no desistí y
hoy tampoco voy a desertar.
Hay momentos en la vida en que es esencial dejar todo lo
que no importa del pasado y fijarnos solo en lo que tiene valor.
El camino de cada uno de nosotros debe ser soñado y
construido en lo oscuro... rumbo a la luz que no se ve, pero que se tiene la
certeza de que existe, pues no hay sombra sin luz.
Todos tenemos muchas montañas para subir y estrellas donde
agarrarnos, pero es siempre bueno tener presente todos los caminos que ya
recorrimos, los adversarios contra los cuales luchamos en todas las
adversidades que, a pesar de haber dado más fuerza a nuestros miedos, aún no
consiguieron derrotarnos.
Somos libres, pero responsables para asumir las
consecuencias de nuestras elecciones. Una elección cobarde nos vuelve cobardes.
Una elección valiente nos hace a nosotros
valientes y nos da más fuerza.
A veces es preciso arriesgar, dar un paso adelante por
donde no hay suelo firme... Si el camino es por ahí, entonces será solo por ahí
por donde debemos ir. Mirar adelante y no hacia abajo. Lo mismo si caemos, porque
nosotros no somos del abismo, sino del cielo.
Ser amigo es cuidar de quien está atravesando un mal
momento. Amar a quien está necesitando cuidado, no a quien nos puede devolver
el doble... eso es inversión, negocio, pero no es amor.
Mantener un corazón sensible en un mundo cruel es algo
heroico. No es una flaqueza, sino más bien una señal de la más bella y fuerte
de las fuerzas nos anima.
Puede incluso suceder que alguien desista de mí, pero no
yo.
Sé, con certeza, que voy a estar bien... ¡aunque no sea
precisamente hoy!
(ilustração de Carlos Ribeiro)
http://rr.sapo.pt/artigo/67707/hoje_nao_vou_desistir
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