Por Roque
Unos
a los sesenta, otros a los cuarenta, o a los cincuenta, lo mismo si
es hombre como si es mujer; no puedo hablar como mujer ( aunque
esté de moda ser compañeros y compañeras) pero, sin machismos,
igual que un hombre es o puede ser un señor, una mujer es una dama o
una señora. “Vive la différence”. Sí, somos distintos y lo
demás son pamplinas.
Bueno
éste sería otro tema, no divaguemos por ahí. Como decía, cada
hombre tiene su momento en su vida en el que llega a la verdadera
madurez, condición indispensable para alcanzar la etapa que yo llamo
“etapa del sabio”, en la que empezamos a rebobinar, a hacer clic
en las carpetas del archivo.
Por
allí, por aquí, por acullá, en casi cualquier sitio, incluso en
medio de una conversación, en mi caso sobre todo cuando estoy
conduciendo, no sé si esto puede ser causa de multa y pérdida de
puntos, pero es que conducir me relaja amigo, que quiere que le haga.
Céntrate
filofosillo de salón; existe un rebobinado y a veces con él, una
cascada de ideas, recuerdos y sentimientos, que se pisan unos a
otras, unas a otros y que salen a borbotones, como la sangre por una
profunda herida, pero sangre infectada, mezclado el pus con la
sangre. Éste proceso de resanado, nos adentra en la etapa de sabio,
casi limpios y casi, casi inocentes de nuevo, de pensamiento y obra,(
aunque quizás algunos arquitectos, lo pueden tener difícil con sus
obras.
Primero
solemos recordar nuestros buenos momentos, y nos sentimos
estúpidamente orgullosos de nosotros mismos, incluso nos regodeamos
en los detalles. Pero amigo, poco a poco se van intercalando, como un
pegajoso aceite, imágenes que quizás quisiste borrar y vuelven a
ti; poco a poco van tomando protagonismo en tu cine particular y ya
no hay otra sesión de visionado más que ellas: errores, miserias,
pérdidas, renuncias, mentiras, fallos, venganzas, traiciones, odios,
envidias, desamores, amores prohibidos, enemistad, lágrimas,
soledades, olvidos, caminos elegidos y no elegidos, egoísmos,
maldades, críticas, maledicencias, maldiciones, ilusiones rotas,
decepciones, injusticia, insultos, orgullos, mal entendidos,………….
la lluvia, el viento, la tormenta.
Vamos
gestionando como podemos todo ello, unas veces lo justificamos,
otras nos arrepentimos, y en otras nos invade la rabia, en casi todas
el dolor y el desasosiego.
Vamos
en nuestra ensoñación en nuestro día a día, y por supuesto que la
primera va influyendo el los segundos. Que paradoja, nuestro estado
de ánimo se ve afectado por los recuerdos del pasado e influye en lo
que hacemos hoy, y el futuro será también un recuerdo; ¿recuerdos
contaminados?, ¿verdaderos? Qué lío, o que estupidez, en fin, no
sé, divagaciones de presabio o resabio, que no es lo mismo, no.
La
llamé etapa de sabio, porque considero que todo hombre y aquí sí,
toda mujer, cada cual en su condición, su calidad o su inteligencia,
todos a su manera, son transportados por la edad como en una máquina
del tiempo por una vida a la velocidad de luz, de repente reduce
drásticamente la velocidad, frena, y nos convierte en sabios.
Quién
no sepa valorar, respetar, cuidar, pero sobre todo escuchar y si es
posible seguir el consejo de éstos sabios, es un necio y
posiblemente no será demasiado sabio en un futuro.
Pero
volvamos a la etapa de chapa y pintura, de resanado mental, de alma y
de conciencia. Podemos caer en estados de depresión, pero la
depresión puede proporcionarnos una situación de presabio, de
fortaleza, de relativización de las cosas y sentirnos de nuevo
humanos, como cuando éramos jóvenes y sobre todo perdonarnos a
nosotros mismos, valorar la posición donde estamos, a donde hemos
llegado y lo que hemos creado.
Ahora
podemos reparar lo que aún pueda ser reparado, valorar lo bueno e
importante que hicimos como personas y mirar siempre adelante. Cada
nuevo día es un primer día de un nuevo futuro, el día de un nuevo
pasado que recordaremos.
Pienso
que cada vez que abrimos los ojos en la cama, mientras permanecemos
en un duermevela, vamos tomando conciencia de donde estamos, con
quien estamos o incluso que día es, es casi como un mini parto
diario. Para mí es muy fácil mirar por la ventana y decirme: hoy
es un nuevo comienzo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario