Hay personas que siempre llegan a
tiempo para echar una mano, sin que nadie las haya llamado, y sin que
nadie les pida nada. Ese es nuestro amigo F., que desaparece cuando a
él le conviene, el tiempo que necesita y vuelve. Vuelve generalmente
renovado, de buen humor y con la sonrisa en la cara, saluda como si
no hubiera pasado nada, y se sirve un café. Muchas veces llega
cuando yo me encuentro hecho un lío y él en seguida se da cuenta y
me ayuda a resolver el problema, una puerta que no cierra, un cable
que no aparecía y de repente aparece, hay que buscar azúcar, etc.
F., además me has dado varios
ejemplos, claros e impagables, con los cuales he afrontado yo con
mayor tranquilidad ciertas dificultades.
Recuerda
Pongo
este título porque me recuerda la película de Alfred Hitshcot, por
si alguien la ha visto, aunque con otro tema y sin tantos peligros, o
sea, “Recuerda” pero algo bueno en este caso, digamos que la
versión amable de la primera.
Nuestro amigo R. no habla a penas y
sólo si se le pregunta algo, en cambio sonríe permanentemente, y es
su modo de seguir la conversación, porque eso sí, atento está a
todo y a todos. Estoy seguro de que sabe mejor que nadie todo lo que
pasa a nuestro alrededor, que nos conoce a todos perfectamente, pero
él calla y a nadie le niega su palabra, nos iguala a todos con su
silencio y su trato afable e indiscriminado.
De pronto debe acordarse de alguien y
comienza a escribir y a firmar cartas que irán sabe Dios donde. Él
conserva un recuerdo más feliz y debe haber sucedido en un lugar
lejano, por eso nos mira como a seres desconocidos, oye nuestras
conversaciones y le suenan a cosas conocidas, pero no se decide a
participar, como si no se fiara de que era real lo que ve y oye, o
temiera perder sus recuerdos.
A pesar de todo, me atrevo a asegurar
que sus menajes, que firma con tanta convicción, tienen un destino
y tendrán una respuesta algún día, y será buena para R, un
premio a su constancia y paciencia.
Me uno a tu deseo de esperanza para F., por cierto que gordito se le ve, je, je. Quién habló ¿no?
ResponderEliminarUn abrazo a ambos.
Roque.