domingo, 8 de abril de 2012

Homilía del Papa en la celebración de la Vigilia Pascual del Sábado Santo Sábado Santo, Basílica de San Pedro, 7 de abril de 2012



Considero, como otros muchos lo hacen, a nuestro Santo Padre el  Papa un verdadero Padre de la Iglesia, él destaca por una sabiduría luminosa y clarificadora; es la luz que más alumbra en el mundo actualmente, y es providencial su palabra cuando parece que se hayan desatado todas las furias infernales para acabar con la luz proveniente de Dios. No nos prometió en vano que no nos dejaría solos hasta el final de los tiempos. 
Por eso me atrevo a ofreceros un resumen personal de la  Homilía del Papa en la Vigilia Pascual.

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Homilía del Papa en la celebración de la Vigilia Pascual del Sábado Santo Sábado Santo. Basílica de San Pedro, 7 de abril de 2012
Queridos hermanos y hermanas:

Pascua,
   -Es la fiesta de la nueva creación. Jesús ha resucitado y no morirá de nuevo.  Ha asumido al hombre en Dios mismo. La creación se ha hecho más grande y más espaciosa.
  -En la Vigilia de Pascua, se lee el relato de la creación del mundo, presenta a la creación como una totalidad, de la cual forma parte la dimensión del tiempo. Los siete días son una imagen de un conjunto que se desarrolla en el tiempo. Están ordenados con vistas al séptimo día, el día de la libertad de todas las criaturas para con Dios y de las unas para con las otras.
Por tanto, la creación existe para que haya un espacio de respuesta a la gran gloria de Dios, un encuentro de amor y libertad.
  -La primera frase de la historia de la creación: «Dijo Dios: "Que exista la luz"» (Gn 1,3). Como una señal, el relato de la creación inicia con la creación de la luz. El sol y la luna son creados sólo en el cuarto día. La narración de la creación los llama fuentes de luz, con ello, los priva premeditadamente del carácter divino, están precedidos por la luz, por la cual la gloria de Dios se refleja en la naturaleza de las criaturas.

¿Qué quiere decir con esto el relato de la creación?

  - La luz hace posible la vida. Hace posible el encuentro. Hace posible la comunicación. Hace posible el conocimiento, el acceso a la realidad, a la verdad. Y, haciendo posible el conocimiento, hace posible la libertad y el progreso. El mal se esconde.
  -  El que Dios haya creado la luz significa: Dios creó el mundo como un espacio de conocimiento y de verdad, espacio para el encuentro y la libertad, espacio del bien y del amor. La materia prima del mundo es buena, el ser es bueno en sí mismo. Y el mal no proviene del ser, que es creado por Dios, sino que existe en virtud de la negación. Es el «no».
-  En Pascua, en la mañana del primer día de la semana, Dios vuelve a decir: «Que exista la luz».
Pero ahora vuelve a ser el primer día, comienza la creación totalmente nueva:
-         Jesús resucita del sepulcro.
-         La vida es más fuerte que la muerte.
-         El bien es más fuerte que el mal.
-         El amor es más fuerte que el odio.
-         La verdad es más fuerte que la mentira.
-         La oscuridad de los días pasados se disipa cuando Jesús resurge de la tumba y se hace él mismo luz pura de Dios.
-         Con la resurrección de Jesús, la luz misma vuelve a ser creada. Él nos lleva a todos tras él a la vida nueva de la resurrección, y vence toda forma de oscuridad.
Pero,¿Cómo puede llegar todo esto a nosotros?

 - Por el sacramento del bautismo y la profesión de la fe, el Señor ha construido un puente para nosotros, a través del cual el nuevo día viene a nosotros. A partir de ahora él te apoyará y así entrarás en la luz, en la vida verdadera. Por eso, la Iglesia antigua ha llamado al bautismo photismos, iluminación.

¿Por qué?
-         La oscuridad amenaza verdaderamente al hombre porque, sí, éste puede ver y examinar las cosas tangibles, materiales, pero no a dónde va el mundo y de dónde procede.
-         La oscuridad acerca de Dios y sus valores son la verdadera amenaza para nuestra existencia y para el mundo en general. Si Dios y los valores, la diferencia entre el bien y el mal, permanecen en la oscuridad, entonces todas las otras iluminaciones que nos dan un poder tan increíble, no son sólo progreso, sino que son al mismo tiempo también amenazas que nos ponen en peligro, a nosotros y al mundo.

En la Vigilia Pascual, la Iglesia presenta el misterio de la luz con un símbolo, el cirio pascual:
  -   es una luz que vive en virtud del sacrificio. La luz de la vela ilumina consumiéndose a sí misma.
  -   la luz de la vela es fuego, y el fuego da calor. Así Cristo, la luz, es fuego, es llama que destruye el mal, transformando así al mundo y a nosotros mismos.
  -  El cirio, se debe principalmente a la labor de las abejas. La cooperación de la comunidad viva de los fieles en la Iglesia es algo parecido al trabajo de las abejas. Construye la comunidad de la luz.
- Roguemos al Señor en esta hora que nos haga experimentar la alegría de su luz, y pidámosle que nosotros mismos seamos portadores de su luz, con el fin de que, a través de la Iglesia, el esplendor del rostro de Cristo entre en el mundo (cf. Lumen gentium, 1). Amén.


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