jueves, 19 de abril de 2012

Evaluación




Hoy me paro a reflexionar un poco sobe la actividad diaria en esta oficina del servicio de atención a personas sin hogar, porque la verdad es que he pasado una temporada de mayor actividad, sin tiempo para una charla relajada.

Los hay que se enganchan a la tertulia, al café, a esos mínimos cuidados o atenciones que un voluntario u otro les dispensa. Fundamentalmente vienen para solicitar alguna ayuda de la trabajadora social, pero la espera se hace larga ya que una sola trabajadora para atender a todos los que acuden no es suficiente muchos días.

Vienen a la oficina cada día más personas, y algunos días no cabemos , y no nos entendemos porque hay a la vez tres o cuatro conversaciones. Sin embargo van, y van a gusto, a charlar, a ser escuchados, a tomar una café. Muchos ya son tan habituales que ellos mismos preparan su café o se lo sirven a otros, con una naturalidad digna de destacar.

Y digo esto porque en el albergue no tienen espacio para el ocio, no hacen vida en común, no tienen nada en qué ocupar tantas horas del día, día tras día; en la ciudad no es fácil encontrar sitios donde pasar algunas horas en buena compañía, con lo importante que es desahogar de vez en cuando el cerebro, sometido a tantas preocupaciones, dudas , o quizá perdido en un vacío interior lleno de sombras, a merced de cualquier impulso que lo haga reaccionar.

Pero no impera el pesimismo, como pudiera desprenderse de lo que acabo de decir, entre las personas sin hogar, por lo general tienen esperanza, y precisamente cuanto más dificultades tienen que soportar, hasta una minusvalía, es cuando su cerebro imagina las soluciones más maravillosas y más generosas que se pudieran llegar a pensar. Esto no quiere decir que no existan malos momentos ocultos bajo alguna máscara, bien una sonrisa o bien una rebeldía con causa o sin causa. Hace escasos días me confesaba un amigo mío que había tenido preparada una cuerda más de una vez y que le costaba mucho seguir confiando en que encontraría una solución a sus problemas, o que le ofrecieran algún trabajo que él pudiera hacer.

Frente a estos pensamientos están aquellos que buscan soluciones maravillosas, basadas en la generosidad más absoluta, de no tener nada pasan a ser millonarios, pero no para sí sino para remediar tanto mal como padecen muchas personas sin hogar (los cuentos no son literatura pasada de moda, siguen siendo pura realidad, porque sigue habiendo pobres y explotados y personas que se ocupan de aliviar sus males)¿Por qué no va a poderse realizar alguno de estos sueños cualquier día?  Yo creo que ya existen muchos proyectos en funcionamiento, sólo que la realidad los desborda y hace que cada día sean más escasos, y su funcionamiento exija compromisos que muchos no están dispuestos a cumplir.

Por eso habrá siempre personas en la calle, que nos ponen a prueba a los demás, por eso quizá tengamos que prepararnos para estar a la altura de las circunstancias y demostrar que somos capaces de atenderlos, tal y como se nos presentan y en las circunstancias que los rodean. Dijo Jesús: “Pobres los tendréis siempre”, ¿se nos olvida? ¿nos creemos mejores que el mismo Dios cuando culpamos de la pobreza a diestra y siniestra; o cuando apoyamos ideas que defienden la igualdad a cualquier precio? Tan urgente es el problema que dura ya la vida entera y tenemos por delante una dura tarea, quizá tengamos que revisar métodos y actitudes para ser más eficaces, pero sobre todo más humildes, yo creo que esta sería la mejor actitud, ser menos críticos con los demás y más humildes. Es un tema tan complicado, lo cierto es que la humanidad ha avanzado tremendamente, y tampoco nos satisface, cada vez hay más pobres, si bien hay que distinguir entre los pobres de los países desarrollados y los pobres del tercer mundo, del cuarto y del submundo.

Para muchas personas el misterio de la vida sigue estando oscuro, el querer resolverlo por medios meramente humanos me parece una tarea imposible; sólo cuando apareció el cristianismo tras el último gran imperio de la antigüedad y comenzó a aplicar los mandamientos y la Ley de Dios para resolver los problemas humanos, la dignidad de todos los hombres empezó a ser valorada y respetada, desaparece la esclavitud y la libertad es una aspiración que ayuda a organizar y mejorar la sociedad hasta llegar al presente. Hemos alcanzado niveles de desarrollo material que no controlamos ni disfrutamos por igual todos los humanos, y la insatisfacción es más profunda. Quizá por eso muchas personas hoy buscan de nuevo una clarificación al misterio de la vida en la Iglesia y las diversas religiones, ellas son fuentes de sabiduría desde tiempos antiguos, y han sobrevivido a los cambios y convulsiones motivados por la prisa de los hombres o su egoísmo.   

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