lunes, 14 de mayo de 2012

La Ley. Las leyes




Hoy repasaba algunos textos bíblicos que voy seleccionando para tener una referencia a la hora de analizar y juzgar la sociedad en que vivimos, y ver cómo se puede humanizar la sociedad y las leyes. Me llama la atención la sencillez y claridad de estas leyes, pero sobre todo la apelación directa a cada persona, de manera que juzgan sin necesidad de juicio la conducta de cada uno, son una invitación a la piedad  y a la búsqueda del bien del prójimo necesitado como la mejor garantía del bienestar propio y el de todos.
Son estos:


“Cuando le reclames a tu prójimo algo que te debe, no entrarás en su casa para reclamar la prenda, sino que permanecerás a la puerta y él te sacará lo que tuviere. Ahora bien: si es pobre, la prenda no pasará la noche en tu casa, sino que se la devolverás inmediatamente antes de la puesta del sol para que duerma sobre su ropa y te bendiga y así halles justicia ante el Señor tu Dios.

No negarás su paga al indigente y al pobre ya se trate de tu hermano, ya sea un extranjero que mora contigo en tu tierra y en tu ciudad; antes bien, le pagarás cada día su salario antes de la puesta del sol, porque es pobre" y así es como sustenta a su vida, no vaya a ser que clame contra ti ante el Señor y se te impute como pecado. Que los padres no sufran la pena capital en lugar de los hijos, ni los hijos en lugar de sus padres, sino que cada uno muera por su propio delito". Dt 24, 10-16.

"Cuando siegues la mies en tu campo y te dejes olvidada alguna gavilla, no retornes a recogerla, sino deja que se la lleve algún extranjero, algún huérfano o alguna viuda, para que el Señor, tu Dios, te bendiga en todas las empresas que pongas en práctica.
Cuando recolectes el fruto de tus olivos y se quede algo en las ramas, no retornes a recogerlo, sino déjalo para el extranjero, el huérfano y la viuda.

Cuando vendimies tu viña, no rebusques los racimos olvidados, sino que queden para el extranjero, para el huérfano y la viuda.

Acuérdate de que también tú fuiste esclavo en Egipto. Por eso te mando que obres así". Dt 24, 19-22.

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