lunes, 16 de julio de 2012

LXIX ASAMBLEA GENERAL de Cáritas Española El Escorial, 22-24 de junio de 2012




DECLARACIÓN FINAL

Los representantes de las 68 Cáritas Diocesanas de todo el país, reunidos en la 69ª Asamblea General de la Confederación Cáritas Española celebrada en El Escorial del 22 al 24 de junio, queremos compartir con toda la comunidad cristiana y el conjunto de la sociedad nuestra reflexión sobre los signos de los tiempos y nuestra escucha del clamor que nos lanzan, en esta encrucijada de nuestra historia, los pobres, de manera especial los más vulnerables:

  • Hemos podido ver los graves problemas de nuestro tiempo (…) comunes a una humanidad que se pregunta sobre su futuro, sobre el significado y orientación de los cambios en curso” (Octogésima Adveniens 2).
  • Asistimos al aumento de los índices de pobreza –hasta más de un millón de personas en 2011—, a la cronificación de muchas situaciones de precariedad, al retroceso de los sistemas de protección social y al desgaste de los mecanismos de protección familiar.
  • La actual coyuntura está consolidando estructuras de injusticia y de sufrimiento, donde los ciudadanos con mayor desventaja social  soportan las consecuencias de la crisis, que está disparando la desigualdad y expulsando a muchas personas a los márgenes de la sociedad.
  • Desde Cáritas queremos optar por acciones auténticamente significativas, que activen la solidaridad entre personas, comunidades y pueblos, y que sirvan para denunciar las situaciones de opresión y de sufrimiento a las que nos acercamos cada día.
  • Frente a un modelo social tiranizado por lo económico,  renovamos nuestra apuesta por un modelo de desarrollo globalizado, basado en la promoción, el acompañamiento y la denuncia profética, cuyo centro sea la persona, que garantice el ejercicio de los DDHH, la participación, la creatividad social, la justa distribución de la riqueza y el desarrollo armonioso con el medio ambiente.
  • Tal y como muestran la Comisión Europea y las Naciones Unidas, se está produciendo un claro retroceso en materia de derechos sociales y una merma de recursos públicos, lo cual supone la quiebra de muchos procesos de acompañamiento a personas excluidas, así como la desaparición de organizaciones sociales, precisamente cuando son más necesarios los procesos de acogida y de integración.
  • Reiteramos que es el Estado quien tiene el mandato de garantizar el acceso de todos a los derechos constitucionales básicos: alimentación, empleo, vivienda, sanidad y educación. Para ello, volvemos a reclamar con urgencia la puesta en marcha de un sistema de garantía de ingresos mínimos.
  • Asistimos, también, a una escandalosa política de cooperación que se aleja cada vez más de los compromisos del Pacto de Estado contra la Pobreza y del Pacto Mundial por los Objetivos de Desarrollo del Milenio, lo que contribuye a ensanchar la brecha entre los países y los pueblos.
  • Por estas razones, cuando somos testigos de múltiples rupturas --personales, familiares, sociales y globales--, apostamos por una presencia de Cáritas en la vida pública, para transmitir unos valores diferentes a los imperantes, que nos impulsen como servicio organizado de la caridad en el seno de la Iglesia. Debemos estar con y para quienes más sufren, y denunciar también las estructuras de pecado que generan este sufrimiento.
  • Concluimos nuestra Asamblea con una llamada a la acción y a la esperanza, y con una invitación a “vivir sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir”. Y agradecemos la corriente de gratuidad, silenciosa y admirable, de tantas personas voluntarias y donantes de Cáritas.

El Escorial, 24 de junio de 2012.


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