Son dos hermanos, que no se hablaban, por cuestión de una
herencia, o mejor dicho, por la forma tan “fantástica” o novelesca de perder
uno la casa que todos le dejaron al morir la madre, el otro se quedó en la
calle. Han hecho las paces después de años, “ya no tiene remedio”, están de
acuerdo los dos. Uno vive ahora de su trabajo, mariscando de furtivo, días tras
día, el otro anda de aquí para allá, ahogando sus penas y el recuerdo de su
madre cuando puede.
Hoy me encuentro al mariscador con una mano vendada, la
derecha, me dice “ya ves”, “lo intenté con la mano izquierda, pero así no se
puede trabajar, y con el lodo hasta las rodillas”…Le pregunto qué le ha
ocurrido y me dice que por ayudar a una mujer que se cayó, entre los cubos de
basura creo recordar; ¿te duele?, Me he
roto el escafoides… vamos, el hueso de la muñeca más difícil de decir y de soldar
(lo sé por experiencia). Menos mal que pasará en el albergue una temporada.
Al otro lo encuentro después de una recaída, algo maltrecho
pero sobre todo triste. Se ha portado tan bien en el albergue que las monjas le
han pasado aviso de que puede volver. Estaba tan decidido a rehacer su vida…
¡¿Cómo entender al ser humano?! Es difícil la vida, muy
difícil, y tan variada como personas hay en el mundo…un misterio insondable, un
enigma irresoluble. Por unos nos sentimos atraídos, a otros los rechazamos, y a
otros los ignoramos; sin embargo todos nos necesitamos unos a otros, aunque no
sepamos qué darnos muchas veces…
Hace falta un asidero seguro y mucha energía para tirar de
uno hacia delante, y sólo conozco una idea, y más que idea, un sentimiento, una
convicción capaz de aportar algo de luz y de constituir el elemento común que
nos permita vivir con esperanza, con confianza en nosotros mismos y en los demás:
“todos los hombres somos hijos de Dios, y por tanto hermanos”. En esta familia,
por encima de las discordias está el
perdón, y las diferencias son los dones que sirven para completarla, enriquecerla
y fortalecerla en la unidad. Por eso nadie sobra, y está abierta permanentemente
a todos los que quieran, de verdad y de corazón, entrar a formar parte de ella.
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