martes, 20 de agosto de 2013

No es normal



“Cuando tus derechos arruinan tu vida…es que algo mal hay en la ley del aborto”.Hoy leía este titular de una noticia en la que se veía a un padre sólo, sentado, con la cabeza baja, en una sala de espera, mientras su mujer abortaba; él quería a sus hijos.

Y es que hoy, en nuestra oficina de personas sin hogar se repitió el comentario, cuántos hombres solos acuden a esta oficina en busca de trabajo, de albergue, porque lo han perdido todo, y lo más importante, la familia, la mujer, los hijos. Es cierto, en muchos casos son los culpables, y lo suelen reconocer, pero, son tantos los casos, entre los que me incluyo, que no siempre son los culpables.

¿No será también que tenemos un exceso de legislación, y que tan justas quieren ser algunas leyes, por ejemplo la de igualdad de género, que pretender satisfacer los deseos de todos y cada uno, y no lo que es justo como ser humano; y al mismo tiempo culpabiliza de manera desproporcionada, sin tener en cuenta los derechos de otras personas? Indudablemente quien tiene preferencia es el más inocente, el niño, y este derecho no se respeta, en absoluto en el la ley del aborto, y deficientemente  en numerosos casos de divorcio… cuántos atropellos en los tiempos y maneras llevar a cabo la custodia de los niños…

Por mucho que tratemos de justificar y disimular, los derechos del niño son muchas veces una pantalla para imponer criterios interesados. Si fuéramos sinceros, creo yo, aceptaríamos que nos hemos equivocado como sociedad, no es una sociedad feliz en su mayoría, por eso multiplicamos los mensajes que nos animan a sonreír, a ser felices…¿pero, cómo?...a pesar de tus problemas,… a pesar de que no lo entiendas…tú se feliz…has de sonreír…el hombre más feliz del mundo, leía ayer en otra noticia...y ¿para qué o cómo puede ser él tan feliz en medio de tanta infelicidad…?  Que nos de la receta…

¿Qué nos falta, como sociedad, quiero decir? ¿o qué nos sobra? A lo mejor simplifico demasiado, pero nos falta humanidad y nos sobra casi todo, ¿para qué queremos un móvil todos y cada uno…para qué queremos una tele de plasma?…yo que sé cuántas cosas más nos sobran…

Dios es la mejor garantía de la humanidad…pero a muchos les sobra en su vida, sin darse cuenta de que por nosotros mismos no seremos capaces de dar sentido pleno a la vida, y con ello poder alcanzar la verdadera felicidad; y no es tarea fácil, desde luego, no nos vamos a engañar, requiere esfuerzo, entrega y mucha constancia.


Lo dice muy bien nuestro Papa Francisco, dice muy bien lo que nos falta cuando nos llama a no consentir que la sociedad excluya de sus inmensos beneficios y sus cuidados a los mayores y a los jóvenes…eso supone agradecimiento, reconocimiento y respeto a quienes nos han precedido, y por otro lado entrega, dedicación, generosidad y hasta renuncia ante quienes van a heredar un mundo mejor, y así sabrán conservarlo y mejorarlo en sucesivas generaciones…Sólo así recuperaremos la felicidad de manera colectiva, porque entonces nos podremos sentir satisfechos haber construido una sociedad generosa y justa.

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