“Cuando tus derechos arruinan tu vida…es que algo mal hay en
la ley del aborto”.Hoy leía este titular de una noticia en la que se veía a un
padre sólo, sentado, con la cabeza baja, en una sala de espera, mientras su
mujer abortaba; él quería a sus hijos.
Y es que hoy, en nuestra oficina de personas sin hogar se
repitió el comentario, cuántos hombres solos acuden a esta oficina en busca de
trabajo, de albergue, porque lo han perdido todo, y lo más importante, la
familia, la mujer, los hijos. Es cierto, en muchos casos son los culpables, y
lo suelen reconocer, pero, son tantos los casos, entre los que me incluyo, que
no siempre son los culpables.
¿No será también que tenemos un exceso de legislación, y que
tan justas quieren ser algunas leyes, por ejemplo la de igualdad de género, que
pretender satisfacer los deseos de todos y cada uno, y no lo que es justo como
ser humano; y al mismo tiempo culpabiliza de manera desproporcionada, sin tener
en cuenta los derechos de otras personas? Indudablemente quien tiene preferencia
es el más inocente, el niño, y este derecho no se respeta, en absoluto en el la
ley del aborto, y deficientemente en numerosos
casos de divorcio… cuántos atropellos en los tiempos y maneras llevar a cabo la
custodia de los niños…
Por mucho que tratemos de justificar y disimular, los
derechos del niño son muchas veces una pantalla para imponer criterios
interesados. Si fuéramos sinceros, creo yo, aceptaríamos que nos hemos
equivocado como sociedad, no es una sociedad feliz en su mayoría, por eso
multiplicamos los mensajes que nos animan a sonreír, a ser felices…¿pero, cómo?...a
pesar de tus problemas,… a pesar de que no lo entiendas…tú se feliz…has de sonreír…el
hombre más feliz del mundo, leía ayer en otra noticia...y ¿para qué o cómo puede
ser él tan feliz en medio de tanta infelicidad…? Que nos de la receta…
¿Qué nos falta, como sociedad, quiero decir? ¿o qué nos
sobra? A lo mejor simplifico demasiado, pero nos falta humanidad y nos sobra
casi todo, ¿para qué queremos un móvil todos y cada uno…para qué queremos una
tele de plasma?…yo que sé cuántas cosas más nos sobran…
Dios es la mejor garantía de la humanidad…pero a muchos les
sobra en su vida, sin darse cuenta de que por nosotros mismos no seremos
capaces de dar sentido pleno a la vida, y con ello poder alcanzar la verdadera
felicidad; y no es tarea fácil, desde luego, no nos vamos a engañar, requiere
esfuerzo, entrega y mucha constancia.
Lo dice muy bien nuestro Papa Francisco, dice muy bien lo
que nos falta cuando nos llama a no consentir que la sociedad excluya de sus
inmensos beneficios y sus cuidados a los mayores y a los jóvenes…eso supone
agradecimiento, reconocimiento y respeto a quienes nos han precedido, y por
otro lado entrega, dedicación, generosidad y hasta renuncia ante quienes van a heredar
un mundo mejor, y así sabrán conservarlo y mejorarlo en sucesivas generaciones…Sólo
así recuperaremos la felicidad de manera colectiva, porque entonces nos
podremos sentir satisfechos haber construido una sociedad generosa y justa.
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