Como un pequeño homenaje, a
cuantas personas con algún problema de salud mental, han pasado por nuestros servicios, en el Programa de Personas sin Hogar de Cáritas, recojo
algunos párrafos de los post que les dedicamos en su día.
“A.
es encantadora, te cuenta unas historias con tal realismo que te engancha, y
hasta puedes llegar a creértelas, si te dejas llevar por el aplomo y la
seguridad con que describe las situaciones y las personas. Con su porte cuidado
y hasta elegante A. nos despista totalmente. Ha sido una verdadera pesquisa a
lo Sherlock Holmes lo que la trabajadora social ha llevado a cabo para dar con
la verdadera identidad de A., pero ahora A. no se reconoce en su verdadera
identidad. Tuvimos que echar imaginación y paciencia para convencerla de que
aceptara su nueva identidad, al fin y al cabo en su accidentada vida como espía
ha tenido que esconderse y utilizar distintos nombres, pues ahora, con tal de
que la atienda el doctor, qué más le da el nombre y los apellidos que le
pongan.”
…
“Es
una madre abandonada por el marido, español y cristiano, o mejor, expulsada de
la casa, y suplantada por una amante, después de veinte años de convivencia y
haber tenido un hijo con su marido. Pero, es que el hijo es uno de esos niños
que nace con una enfermedad rara, que requiere toda la atención y mucho cariño,
y al padre eso no le agradaba, empezando a mostrar su distanciamiento hasta
expulsarlos de la casa al cabo de veinte años.”
…
“Por dónde empezar, qué decir a cerca de J., si anda por la vida en
círculos; o como los ojos del Guadiana aparece y desaparece, mostrando la
imagen buena unas veces, la mala otras. No es que él lo quiera así, es que una
sádica fuerza lo maneja y él, como es así, se deja llevar.”
…
“Conserva unos
destellos de inteligencia y buen gusto que asombra, su rostro es como el de un
niño, su mirada franca, sus gestos graciosos, su sonrisa permanente, lo que da
prueba de un espíritu sencillo, bondadoso, que la mueven espontáneamente a
sufrir por un cuento destrozado y enseguida se ofrece a repararlo; y lo mismo
se conmueve ante el sufrimiento ajeno y al instante se ofrece para aliviarlo…
Esta mujer es muy
inteligente, sus desgracias, ocultas o más bien desvanecidas totalmente en la
imagen que hemos visto, no han dejado la menor huella, ella es ahora otro ser,
absolutamente generoso pues da lo que ha recibido: sostén, alivio, amor; de lo
que fue le queda la inteligencia, la gracia, el buen gusto; está muy protegida
contra el mal, como bien claro nos lo dejó otro día; nadie mejor que un niño
sabe de quién puede fiarse, nadie mejor que ellos leen la expresión de los
adultos, el tono de voz, y conocen sus intenciones, y adivinan los peligros.”
…
“no había encontrado ni
el momento ni el modo de comentar cómo son las visitas de T. No sé bien si será
porque ella habla tanto y tan deprisa que no me permite asimilar cuanto dice,
porque es en verdad un torbellino de sentimientos e imaginación, y como lo dice
con tanta gracia, te distrae ella misma y no le das la importancia que tiene a
lo que dice. Quizá ella misma no es consciente de la trascendencia de todo lo
que dice. También protesta mucho de
todo, y esto lleva a ser prevenido para
no seguirle el juego, no sea que vaya a pensar que siempre tiene razón…”
…
“Es el chico el primero que habla, la madre no puede, está agotada, pero
deja habar a su hijo. Es un joven de diecisiete años, que está matriculado en
cuarto curso de la ESO , y quiere estudiar una carrera universitaria, ciencias
políticas exactamente; pero, ahora no tienen casa, ni recursos económicos, ni
trabajo. El chico piensa por la madre y
va a una velocidad propia de su edad, pero él no se da cuenta de que para
llegar allí todavía depende de su madre, y si su madre no le puede dar
alojamiento y comida, entonces el debiera ceder un poco en sus aspiraciones, no
ir tan deprisa y ayudar a la madre, que está agotada y sola. La madre a penas
dice alguna palabra o hace algún gesto de impotencia ante las palabras
impetuosas de su hijo.
Dicho así parecería que estamos ante un
chico caprichoso y egoísta. En absoluto, es un joven que sufre la enfermedad de
asperger, tiene una inteligencia muy despierta, y esto en unas condiciones de vida atroces…”
…
“F., no es alguien que pase desapercibido,
entró en la oficina casi como un vendaval, él anda muy deprisa siempre. Acepta
el café que se le ofrece con modales muy distinguidos y seguidamente se sienta
en el sofá, se pone a ojear unas revistas y de pronto se pone a hablar en voz
alta, mirando a cualquier parte;
comienza una retahíla de amenazas e improperios que no tienen un
destinatario visible, gracias a Dios;
sus enemigos imaginarios son los que le alejan de ese talismán : “la
monegasca”,( …“la monegasca”, con la
cual, una vez la consiga, se le abrirán
las puertas a su mundo perdido: con ella
tendrá acceso a su cuenta corriente, y se acabarán su penuria y su mala vida;
además tendrá acceso a sus propiedades, con ella recuperará su verdadera
identidad y le permitirá heredar…). Gracias a Dios no somos los presentes sus
enemigos, si no quién resistiría una acometida semejante con tanto brío como
pone en sus amenazas.”
…
“comenzamos
a charlar, y era como volar por un mundo de fantasía: magos, ángeles, seres
extraordinarios y puros; y a mucha distancia el malo, el diablo. Un refugio
perfecto. Al decirle yo que creía que el diablo me estaba persiguiendo, que
incluso había soñado con él hacia unos pocos días, me dijo que no le tuviera
miedo, que no podía hacerme nada. Y siguió comentando sus aficiones literarias,
y más concretamente de libros de magia; además me dijo que escribe cuentos, y
para demostrarlo me invitó a escuchar uno. Yo estaba esperando que sacara una
libreta o unos papeles, pero él estaba concentrado en su “supermóvil-eboock-planisferio-brújula”, y
me sentí un poco "paleto". Comenzó a leer en voz alta y clara unas
descripciones minuciosas y plásticas de
cada personaje (él también pinta; es cuenta cuentos, mimador); utiliza un vocabulario culto y preciso, y la narración te llevaba
dócilmente, sin prisas por conocer el desenlace, disfrutando de la lectura y
del paisaje.
Tú no pareces de esta
época, le digo; ya ha mostrado su gusto por la pronunciación completa de las
palabras y sin acentos, y él me responde
muy convencido y satisfecho de que le haga esta observación que por supuesto,
porque esta época es fea y muy mala para vivir.”
…
“es como un payaso al natural, sin maquillajes ni costosos ensayos, el
siempre provoca una sonrisa, no hace gran cosa, mas bien suele estar callado,
observando el entorno con unos ojos muy vivos y alegres, siguiendo las
conversaciones con sus gestos y sus sonrisas. Pero esa actitud suya invita a
cualquiera a que le diga alguna palabra o le haga cualquier pregunta…
¿Qué número calzas? Le pregunta alguien, y
el contesta con toda naturalidad, sin molestarse lo más mínimo mirando sus
enormes botas, el cuarenta y dos; nadie se ríe por ello, y él sigue dando más
explicaciones, son unas botas de un trabajador de telefónica; entonces cada uno
expresa su admiración y hemos disfrutado
de una conversación agradable, inofensiva, y S. se ha convertido en el centro
sin aspavientos ni exigencias.”
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