En el intervalo de
pocos días han iluminado San Fernando dos rayos de luz, aunque muy
distantes en el tiempo, muy cercanos,
contemporáneos en la eternidad. Ambos descienden de la misma fuente de la luz,
y se han concretado en artes diferentes, singulares testimonios de la misma
verdad incuestionable, atraídos por la fuerza creadora del mismo Creador.
Dos artistas cuyas
obras se han constituido en oración visible y permanente, para todos los que
las contemplen.
Hace poco fue Gaudí,
presentado en una conferencia, testimonio de la admiración, casi devoción, del
discípulo hacia su maestro, del profesor - arquitecto José Manuel Almuzara. No
sólo pudimos apreciar la calidad profesional del conferenciante, sino que es
reflejo de la enseñanza de su maestro, del cual nos deja una imagen sublime,
plasmada en cada una de sus obras, cada una según su finalidad.
Expuso con todo lujo de
detalles el modo de obrar del maestro en la creación de cada obra, presente en
cada una de las fases de su desarrollo,
cuidando paternalmente de cuantos participan en la tarea, observando
cada paso para que se ajuste fielmente a lo proyectado en su mente inspirada…
Hoy fue El Greco,
presentado de manera magistral y singular por el profesor de arte D. José
Manuel Bravo Vila, en una conferencia dentro del programa de la Real Academia de San Romualdo, para conmemorar de 400 aniversario del nacimiento del pintor.
Manuel Bravo Vila, en una conferencia dentro del programa de la Real Academia de San Romualdo, para conmemorar de 400 aniversario del nacimiento del pintor.
Ya el presentador, su
amigo desde la juventud, nos advirtió que el conferenciante nos iba a
sorprender con sus aportaciones, que nos iban a permitir una mayor y mejor comprensión
del pintor, de su vida y formación. También nos dijo su presentador antes de
nada, que la conferencia era un rayo de
luz, que San Fernando se convertía en ese momento en un oasis en medio del
erial cultural y espiritual de nuestros días. (Esta imagen me ha dado pie a mí y el impuso
suficiente para que me decidiera a escribir para agradecer las dos conferencias,
a sus autores y a los que las han hecho posible, la Comisión de Canonización de
Gaudí, y la Real Academia de San Romualdo).
Aprendimos arte,
comprobamos detalle a detalle como los artistas influyen unos en otros, por qué
los pintores de la Escuela Veneciana
pintaban sobre lienzo, qué tipo de lienzo utilizaban, el lienzo de las velas
para los barcos de la flota veneciana. Aprendimos a valorar el manierismo, su
exclusividad, para apreciar el estilo personal de El Greco, maestro de pintores
a su vez. Supimos por qué fue un pintor
no muy aceptado en su tiempo y posteriormente; primero por su carácter y después
porque se impuso entre los pintores el canon que marca “la grupa del caballo de
la batalla de los mamelucos”, y que eliminan de la pintura los colores vivos,
como los que usa el Greco. Pintor de iconos, maestro en retratos…
El Greco, una personalidad
complicada. Es un artista español, quizá porque no tuvo más remedio, pero se
fue integrando en sociedad española, concretamente en la ciudad de Toledo,
al
lado de la corte. Aquí tuvo a su hijo, aquí murió, y a su casa vino a
refugiarse y morir un hermano pirata que tenía, tras ser apresado por asaltar
nada menos que una nave de la escuadra veneciana.
Un artista
trascendente, por eso su estilo es personal, pinta lo que ve en su mente, pinta
visiones, no la realidad (otra realidad). ¿Por qué no enciendes la luz?, le preguntó otro
artista al entrar en su habitación, porque entonces no veo lo que tengo en mi
cabeza, le contestó el artista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario