“No sé lo que me pasa…pero cuando creo que ya he conseguido
recuperarme y tengo todo lo que se necesita para una vida normalizada, vuelvo a
caer”; así se expresa J., y mientras le escucho llego a la conclusión de que es
como si estuviera bajo la tiranía de un instinto irrefrenable…o como si fuera un
Sísifo moderno condenado a escalar la montaña con la bola del mundo a cuestas
una y otra vez, y vuelta a empezar…o como un rebelde romántico contra su propia
felicidad… Le digo un poco en broma esto mismo “tú eres un rebelde sin causa”,
y le hizo gracia pero a la vez lo aceptó como una explicación satisfactoria,
quizá nadie se lo había dicho en cambio le habían dado miles de razones científicas,
médicas o sicológicas.
En realidad está algo angustiado, sonríe porque es una
persona agradable, cortés, elegante incluso, pero se le ve cierta resignación
ante esa vida circular de caídas y superaciones…O quizá así recibe los cuidados
que requiere para sentirse persona mientras lucha por ser eso, una persona… Pero,
no ve la necesidad, o no ve cómo puede dar el paso para ser él una persona
autónoma, alguien capaz de comprender a cualquier persona, y de darse
plenamente a otros, conscientemente, para ser feliz de verdad.
¿Ha encontrado en la dependencia y en las terapias para
librarse de ella un modo de vida? …Hoy menos que nunca me arrepiento de haber
dado a este blog el título que tiene, porque nuestro amigo, de momento, espero
y deseo, sólo de momento, se encuentra en la caverna, creyendo que la realidad más
apetecible a la que puede aspirar son las sombras que ve reflejadas en la
pared. La luz del sol, la luz de la verdad exige un compromiso para el que no
se siente preparado, o al que le teme por algún motivo o trauma.
Ojalá que llegue a ver la luz, y seguro que la encontrará
porque la está buscando, lo importante es que no retroceda, que no mire atrás,
que siga adelante, que rompa el círculo por alguna parte, y que “desconfíe” de
su exceso de confianza…
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