domingo, 15 de septiembre de 2013

La verdad es tranquila





 
 La verdad es tranquila. El árbol crece sosegadamente, al ritmo de su paz…

“La paz es algo que ningún hombre puede dar a otro. Uno de los fines más importantes para quien se arriesga ser quien es, será el de construir su propia paz. Esta resulta de un trabajo duro, del equilibrio de las voluntades, de una armonización ardua de las diferentes dimensiones interiores, como el pensar y el sentir, es un a estado ágil y dinámico, que, al final, permite traspasar y vencer cualquier adversidad.

La paz no es el estado de quien vive una ausencia de conflictos, es el resultado de la conciliación corajuda de las diferentes fuerzas que, dentro y fuera de cada hombre, tratan de prevalecer sobre las demás, menospreciándose mutuamente.
Muchos creen haber encontrado la paz cuando se libran del sueño del amor. Están engañados, el camino hasta la felicidad es aún largo para quien, cansado, se contenta de este modo, descansando de una lucha que ni llegó a comenzar. La paz es un punto del camino de quien aspira a la plenitud de la vida. La paz es n punto de partida para el amor, que a su vez  lanza al hombre hacia la felicidad.

La paz es el punto de llegada de los que sufren los dolores más profundos. La verdad es tranquila. El árbol crece sosegadamente, al ritmo de su paz, dependiendo muy poco de lo que acontece a su lado. Sin paz puede haber pasión, pero no hay amor. El amor brota y se alimenta del suelo firme y rico donde vive la paz, por encima del mundo a su espalda, sin incomodarse con el juicio de nadie, incluso el de aquellos que allí ven sólo un sosiego de muerte. Silencio. Así es la verdad de quien consigue ser quien es. En paz, así ama quien vive de forma auténtica.”











1 comentario:

  1. leyéndolo es como si estuviera uno anticipando un momento de esa paz tranquila...la lectura del texto reproduce el sonido armónico de la paz verdadera, e invita a decir aquello de "qué bien se está aquí..." Es una onomatopeya extraordinaria

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