23 de janeiro de 2016 https://www.facebook.com/jlmartins?fref=nf
Ilustração de Carlos Ribeiro
¿Qué hay después de la vida? Nada. La vida no tiene
después.
La muerte es temporal. Hay un abandono del tiempo y del
espacio… el amor permanece, pero tal vez más profundo que en cualquier otro
momento. No tiene sentido que algo pueda separar el encuentro de dos almas.
Sólo el egoísmo puede matar de forma irreversible. Quien cree encontrar en sí mismo el por qué y el para qué de su vida, tomando a los otros como meros instrumentos de su satisfacción, se abandona a sí mismo, rompiendo toda posibilidad de que su corazón cumpla aquello para lo que fue creado: amar. Quien no ama se pierde, para siempre. Se consume en un ansia tan devoradora que sólo encuentra fin en el vacío.
¿Qué sentido puede tener esta vida sin una verdad que sobrepase los límites del tiempo?¿Cómo puedo yo justificar mi existencia? ¿Soy una casualidad?¿Dónde estaría la consciencia que lee estas líneas si esa casualidad no hubiese acontecido?¿En la Nada? ¿Cómo puede alguien creer que toda la belleza y armonía del mundo son resultado sólo de una explosión caótica?
¿Hasta que la muerte nos separe? No. Hasta que la muerte nos lleve… hacia donde la plenitud del amor se cumple. Mientras en este mundo alguien ama a alguien no faltará sentido a la vida… ni a la muerte.
La sombra que la muerte lanza sobre la vida es señal de
una luz perfecta que nos ilumina el camino, nos alienta y nos promete que no
hay nada después del amor… porque el amor no tiene fin.
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