viernes, 31 de marzo de 2017

El amor une lo finito a lo infinito


OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

Para que seamos felices, el amor hace casi todo y nosotros casi nada. Pero el amor solo da su casi todo después que nosotros demos nuestro casi nada.

El amor es la simiente viva de nuestra sangre. Aquello que hace que nosotros entreguemos lo que somos y tenemos. Todo. La vida es el tiempo, sin atrasos ni grandes dudas.

El amor es un reconocimiento de mí en el otro y del otro en mí. Contemplar las profundidades escondidas en el corazón es admirar el cielo que existe en lo más íntimo de lo íntimo de todas las personas. Es ahí donde se esconde y se revela lo divino en cada uno de nosotros.

El amor nos exige todo. Nuestro todo, que es poco, hace que el todo  sea nuestro, si fuéramos capaces de amar. Esperando contra toda esperanza y soñando a pesar de todas las angustias.

Cuando alguien ama se vuelve libre. Vuela, por fin, aliviado del peso de las cosas insignificantes a las que tantos llaman esenciales.

La felicidad no es lo que sucede después de haberse alcanzado todo lo que se desea. Pasa, sí, por la capacidad de ser agradecidos por aquello que ya tenemos y por la paciencia de esperar aquello que soñamos. Al final, el día de hoy será algo que muchos han de llorar siendo menospreciado.

Nadie es feliz lejos del amor.

¿Qué es importante hacer antes que esta vida acabe? Ve y haz. Hoy. Lánzate como un viento y esfuérzate por llegar donde puedas encontrar amor. No esperes que él te encuentre. Cree. El amor ya te encontró y está esperándote.

Ve.

(ilustração de Carlos Ribeiro)

El adulador




“Que o vosso serviço seja sem a maquilhagem da adulação e da lisonja, pois tal como o frio na Primavera ou calor no Outono, favor recebido em troca de bajulação é o mais fugaz dos estados.”

“Que vuestro servicio sea sin el maquillaje de la adulación y de la lisonja, pues así como el frío en la primavera o el calor en el otoño, el favor recibido se cambia en adulación es el más fugaz de los estados”.

Querer agradar a los otros es una tendencia innata en toda persona sana. Y demos gracias a Dios que en su inmensa sabiduría nos hizo así, pues esta tendencia natural ameniza la vida social y engrasa la convivencia personal. Mientras tanto, como diría Aristóteles, hay desviaciones por defecto y desviaciones por exceso a esta tendencia saludable.

Por un lado están los arrogantes e irascibles que no piensan dos veces antes de insultar y amenazar a otra persona por quítame allá esas pajas. También están los orgullosos y distantes que no son capaces de sonreír ni de decir una palabra amable en ninguna situación.

Por otro lado están los que nunca son capaces de decir que no ni siquiera en asuntos críticos, por flaqueza, o simplemente por miedo a ofender. A estos se juntan los que no sólo nunca ofrecen una opinión diferente, por inteligencia mezclada con flaqueza y únicamente para no dañar su progreso personal o profesional, sino también, para potenciar este progreso, están siempre prontos a aprobar y elogiar lo que cualquiera que esté por encima de ellos haga o diga.

La existencia de personas con esta última patología en todo tipo de organizaciones está bien documentada. Para confirmarlo basta leer en Linkedin artículos como “los siete tipos de trabajadores”, o “Los ocho tipos de colegas”, o “los nueve tipos de jefe”, donde se incluyen siempre la categoría de adulador. Mientras tanto esta literatura es siempre descriptiva y nunca presenta una prescripción para la corrección de esta deformidad  del comportamiento.

Viene así a propósito transcribir una crónica sobre Sorori Shinzaemon 曽呂利新左衛門, que floreció en la segunda mitad del siglo dieciséis, y que además de bufón y tonto de la corte fue también consejero y confidente de Toyotomi Hideyoshi 豊臣秀吉 (1536—1598), el generalísimo que dominó la vida política en el Japón de esa época. Este documento antiguo reza así:

 “Cuando Hideyoshi reinaba sobre este nuestro Japón, tenía siempre consigo este contador de historias, por nombre Sorori Shinzaemon, que era su compañero inseparable, amigo íntimo y confidente de suprema confianza. Este Shinzaemon era envidiado por alguno de los secretarios y consejeros y otros cortesanos del generalísimo, que no eran más que aduladores, musculados en la lengua pero sin vigor cerebral. Un día en que Taiko [título honorífico adoptado por Hideyoshi y que es frecuentemente traducido como “regente”] le mostraba especial aprobación y reconocimiento a través de la oferta de un regalo de especial valor, uno de estos se aproximó y dice al confidente:

-Tienes, en verdad, la oreja de Taiko en tu manga, y lo que quiere que hagas o digas parece que lo satisface sin igual ni comparación ni semejanza. Por el contrario, su ira es reservada para nosotros y distribuida libremente y sin restricciones. Te pido que me digas: ¿Cuál es tu receta?

Respondió Shinzaemon:
– Coméis arroz  cada vuelta del Sol?

Respondió el adulador profesional:
– Ciertamente.

– ¿Cuál es- preguntó Shinzaemon- el sabor del arroz?

Replicó: o outro:
– No tiene sabor especial. Simplemente es bueno para llenar la barrigay quitar el hambre.
Preguntó entonces Shinzaemon:

– ¿Os gustan los bollos azucarados y los pasteles picantes?

La respuesta fue:
– Sí, ¿Y a quien no le gustan?

– Entonces por qué no coméis bollos y pasteles, siempre y todos los días, en vez de arroz que decís que no tiene gusto especial?

El interlocutor se quedó quieto y mudo hasta que se le ocurrió decir:
– A pesar de que los dulces y las especias tienen un sabor más agradable en el momento en que son saboreados, rápidamente empalagan, mientras que el arroz no cansa por más que lo comamos. 

Cuando Shinzaemon oyó esta respuesta se rió y exclamó:

– Habéis respondido vuestra propia pregunta. Como dice el proverbio, son dos las cosas que nunca se marchitan,  la noche de luna y el arroz bien cocido. Vosotros ofrecéis diariamente a nuestro señor bollos y pasteles de sabor refinado, pero pronto se vuelven desagradables a su paladar. Yo le ofrezco solamente el humilde arroz que, a pesar de no tener sabor especial, no le causa tedio. Si queréis saber mi receta es la siguiente:   que vuestro servicio sea revestido de sinceridad y sin maquillaje de adulación y lisonja, pues así como  el frío en la primavera o el calor en el otoño, favor recibido a cambio de adulación es el más fugaz de los estados”.

En Portugal el soberano es el pueblo. ¿Podrá el consejo de Shinzaemom  servir a algún magistrado, consejero o secretario al servicio de nuestro soberano?

http://observador.pt/opiniao/o-adulador/

miércoles, 29 de marzo de 2017

Miedo al abismo

Santiago Trancón





He tenido un fin de semana muy social, con contactos variados, amigos, conocidos y desconocidos. Sin proponerlo, de modo espontáneo, en todas las conversaciones ha surgido el tema de la situación nacional, qué está pasando en nuestro país, hacia dónde vamos. La mayoría no lo ha dudado: vamos hacia el abismo. Me sorprendió esta opinión común de gente políticamente diversa. Esta estadística doméstica no tiene validez científica, claro, no es más que una pequeña muestra del estado de ánimo de personas preocupadas por lo que está (y nos está) pasando.

Es difícil encontrar argumentos objetivos para contrarrestar o atenuar este pesimismo radical, que acaba apelando a una especie de déficit genético, de atavismo recurrente o maldición cíclica. ¿Somos incapaces de persistir en el buen camino, de mantener cierta estabilidad, de dotarnos de estructuras sólidas que aseguren nuestra paz y convivencia? Desde las guerras carlistas parece una ley histórica que avanzamos a tumbos y que, cada cierto tiempo, es inevitable una crisis total que pone todo cabeza abajo. ¿Fatalismo?

Confieso que me asaltan las mismas dudas, que no acierto a encontrar una explicación convincente para explicar el devenir de los hechos y el ‘malvenir’ (del francés) de las personas. Es difícil discernir entre las causas objetivas y la irracionalidad subjetiva, entre lo incontrolable de los acontecimientos y la ceguera de las conductas. De entre todas las posibles salidas, yo soy de los que no soportan la inmovilidad, la indefensión asumida, la resignación o la aceptación de la derrota anticipada. Hoy muchos españoles están cayendo en esta tentación, que se manifiesta de diversas maneras, desde el que despotrica contra la política y los políticos y se refugia en la antipolítica, como si con eso se librara de la política, a los que sólo confían en el sálvese quien pueda, pensando que ellos sí se van a salvar, protegidos por su cuenta bancaria, sus negocios, su pensión, el supermercado de al lado o la cervecita de las tardes con los amigos.

Freud explicó bien los mecanismos que nos llevan a la negación de la realidad, la evasión, la perversión o la sublimación. En gran parte, lo que parece claro en la conducta individual puede aplicarse al comportamiento colectivo. Hoy muchos se niegan a aceptar el principio de realidad (entiéndase, nuestra realidad económica, social y política) y prefieren, o creer en mitos evasivos y futuros idealizados (el independentismo), en revoluciones pendientes (el podemismo vive de ello), o en teorías tranquilizadoras que encubren el miedo y la cobardía, como las que profesa gran parte de los políticos que tratan de alarmistas a quienes venimos advirtiendo desde hace mucho que el abismo existe, que nadie está libre de caer en él, y menos un pueblo que lo ha conocido y que, de modo perverso y compulsivo, siente cierta atracción por él.

No hablamos de fatalidad genética, sino de ceguera compartida, de irresponsabilidad e incapacidad para detectar los síntomas de una catástrofe ya visible y profusamente anunciada. El Estado democrático, por ejemplo, ya ha desaparecido de Cataluña, mientras avanza de modo imparable el establecimiento de un régimen totalitario, cuyo elemento de cohesión y justificación es el odio y el rechazo a España y a todo lo que se identifique como español. La mayoría de los políticos (y los jueces, y los empresarios, entre otros), sin embargo, se niegan a aceptarlo, banalizando el mal, insistiendo en que ‘eso’ (lo reprimido, lo temido, la ruptura, el desmoronamiento del Estado) no es posible. El mayor propagador de este discurso evasivo y claudicante es el gobierno de Rajoy, responsable de adormecer a los españoles y hacerles creer que lo de Catañluña no les afecta y que, mientras él sea presidente, no pasará nada. ¿Se cree eterno? Llamémosle cobardía delirante.

Pues sí pasará y sí nos afectará, en todo y a todos. Porque es imposible separar los problemas de Cataluña de los problemas del País Vasco, de Galicia y del resto de España. Y quien crea que esta ruptura del orden constitucional ya iniciada, y todas las consecuencias económicas, políticas y sociales que se derivarán (que se han derivado y se están derivando); que todo esto no le afecta, que podrá seguir viviendo como vive, disponiendo y disfrutando de todo lo que ahora dispone (ese consumo anestesiante), verá pronto que los alarmistas no éramos más que observadores imparciales de lo que nos rodea. Que lo que ahora es una minoría que ya siente el rumor del abismo no es más que la reacción de esos animales que presienten la llegada del tsunami. Estamos fabricando un ola propia, con nuestros errores y desvaríos, a la que puede unirse una ola mayor, la de una Europa confusa dentro de un mundo inestable, sacudido por movimientos tectónicos imprevisibles.

Se repiten los síntomas de los años 30 y nadie puede asegurar que no se repita lo que vino después. El ciclo se adelanta un poco, porque la historia se acelera. Malos tiempos para la lírica de los irenistas.


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Al encontrar este artículo, que aporta con tanta claridad lo que tanto me cuesta hacer entender a mi alrededor, salvo honrosas excepciones, me permito reproducirlo en este humilde blog, para que cada uno saque sus propias conclusiones, y sobre todo le sea útil para conducirse en esta sociedad tan compleja, disparatada, y a veces tan mal educada... No es que me alegre, ¡por Dios!, pero creo que ‘el que avisa no es traidor’. Además, está tan bien escrito, que es un placer leerlo, y es perfectamente recomendable su lectura, para que nadie se llame a engaño después. Se engaña el que quiere, que ya somos mayorcitos.

lunes, 27 de marzo de 2017

El cuento de nunca acabar...


A principios de febrero comenzó el nuevo plazo para poder solicitar el salario social, tras una larga espera de seis meses. Iba tan contento mi amigo, porque de nuevo podría disponer de algún dinero para su mantenimiento, pero sobre todo para entregar una parte de lo que cobra a quien le ayuda ahora a mantenerse, como prueba de agradecimiento.

Pero, le faltaba un documento, un certificado de que no recibía ninguna prestación económica. Intentó que se lo facilitaran en el SEPE una vez, y le dijeron que no podían facilitárselo, y le aconsejaron  que  pidiera una clave universal, en la oficina del DNI,  con la que podría solicitar cualquier documento que necesitara en el futuro. Ese mismo día fue a solicitar la clave, pero no funcionaban las conexiones o la máquina. Acudió a la trabajadora para informarle del percance, y esta le dijo que cuando tuviera dicho certificado lo entregara al portero.

Pidió cita de nuevo a la oficina del SEPE, y tampoco obtiene respuesta alguna pero en este caso es porque ni siquiera figuraba en la lista de citas del día... aunque había solicitado debidamente dicha cita en la oficina de cáritas para personas sin hogar... De nuevo pide la cita en la misma oficina de cáritas, con la ayuda del trabajador social.

Yo mismo lo acompañé esta vez a la oficina, y llevábamos una copia, en papel, de la cita con el dia y la hora, por si a caso. Esta vez nos atendió una funcionaria más amable, informándonos de  cómo podíamos obtener la clave, y además nos facilitó un teléfono para pedir dicho certificado de manera urgente, y que se lo enviaran a casa.

Esperó unos días y recibió el certificado. Fue a entregarlo al portero del Centro Hermana Cristina,  que está en el otro extremo de la ciudad donde él vive, como había quedado con la trabajadora. Pero... ¡llegó tarde!, ahora habían caducado otros documentos. El portero no se hace cargo del certificado, sino que  le devuelve todos los documentos para que volviera con ellos cuando consiguiera ponerlos al día...

Ya podéis imaginaros, pacientes lectores, si habéis sido capaces de llegar aquí, y no habéis saltado de vuestros asientos, levantado los puños, o golpeado la mesa con ellos, cómo le pudo sentar a mi amigo tanto ajetreo para volver al punto de partida, sin un duro en el bolsillo, sin poder coger el autobús, sin nadie que le echara una mano para evitar tener que volver.

Antes de abandonar el edificio le pidió al funcionario, que tiene un ordenador bien conectado, que le hiciera el favor de entrar en la página donde solicitar de nuevo el documento que le faltaba, para así no tener que volver a repetir tan ingrato y largo paseo al día siguiente,  pero le respondió: ¡sácatelo tu mismo! Pero, mientras regresaba, dando vueltas al tema y pensando en la forma de evitar tener que volver, se le ocurre entrar en una copistería y pedirle que le saque en su ordenador una copia del certificado, pagándosela, claro está. Obtuvo la misma respuesta que eso no podía hacerlo allí, que solo tenía acceso a algunas páginas, a esa no...

Así que llegó otra vez a la oficina de cáritas, para personas sin hogar, donde colabora de voluntario también, y el trabajador le sacó el certificado del lío, para que mañana pueda volver a empezar.
Y aquí el cuento debe acabar... pero eso, ¡ya se verá!


Moraleja: Quizá algún día lleguemos a disponer de la ‘ventanilla única’, con funcionarios eficientes al cien por cien a su cargo, con capacidad y ganas de acceder a todos nuestros datos, que celosamente guarda el Estado; de ese modo ya no seremos los ciudadanos los que tengamos que ‘currarnos’ cada documento que el mismo Estado nos concede y aprueba, cuando queramos ‘disfrutar’ alguna ayuda o servicio del mismo Estado, que previamente nos ha clasificado según nuestra contribución, nuestro estado civil, nuestra situación económica... ¿¡Para qué tanto trajín!?, ¿¡o es que quieren en verdad probarnos, o  volvernos locos!? No acierto a ver, ni sospecho siquiera, cuál puede ser esa perversa intención, que sin duda se desprende de semejantes ‘torturas’ o tácticas. OM

domingo, 26 de marzo de 2017

¿Buenos ateos o malos católicos?



Habrá quien diga que “Francisco prefiere buenos ateos a malos católicos”, dando a entender que los católicos son malos por ser católicos y que, por tanto, si dejan de serlo, serían buenos, o sea ateos...

¡Hay mucha gente buena a la que le gusta Francisco...a pesar de ser Papa! Tan amigos son del Papa Francisco que hasta le hacen el favor de hacerle decir lo que él nunca dice, ni puede decir, pero que ellos, “buenos ateos” o “malos católicos”, les gustaría mucho que dijese. O sea, para justificar su particular devoción por Francisco, no obstante la solemne antipatía que tienen a la Iglesia Católica, convierten a Francisco en un antipapa, cosa que, obviamente, Francisco nunca fue ni, con la ayuda de Dios, será. Si no, veamos.

En un texto de Bárbara Reis sobre “ocho razones a favor del Papa” (Público, 10-3-2017), se dice que francisco “abrió la posibilidad de que los católicos divorciados y recasados pudieran recibir la comunión”. En realidad no la abrió, porque esa posibilidad siempre existió y ya había sido reconocida explícitamente por los Papas Benedicto XVI y San Juan Pablo II. Francisco sólo añadió una invitación a la misericordia y al discernimiento pastoral ante situaciones que no corresponden a lo que el Señor nos propone” (Amoris laetitia, 2). Nada nuevo, por tanto y, por eso, en esa su segunda Exhortación Apostólica, el Papa Francisco criticó a los que tienen “el deseo desenfrenado de cambiar todo” (AL, 2).

Teniendo en cuenta que la indisolubilidad matrimonial es una enseñanza explícita de Cristo, como que también lo es la imposibilidad de la comunión eucarística para quien no reúna las condiciones necesarias al efecto, ningún papa puede permitir que ningún fiel pueda comulgar en situación de pecado mortal, sea este el de adulterio o cualquier otro. Por eso, no todo lo que parece, es: “no es posible decir que todos los que están en una situación llamada ‘irregular’ viven en estado de pecado mortal, privados de la gracia santificante” (AL, 301). Muy excepcionalmente, “es posible que una persona, en medio de una situación objetiva de pecado –pero de la que subjetivamente no es culpable, o no lo es plenamente- pueda vivir en gracia de Dios” (AL, 305).

Hay quien no entendía esto y, por eso, concluía: “es caso para decir: viva la confusión”. Pero no hay lugar a ninguna confusión porque, ya que “no se debía esperar del sínodo, o de esta exhortación, una nueva normativa general de tipo canónico, aplicable a todos los casos” (AL, 300), Amoris Laetitia debe ser interpretada en el sentido del anterior magisterio eclesial y de la tradición, como además hizo el Cardenal Patriarca de Lisboa, presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa.

Es verdad que “Francisco defiende a los refugiados musulmanes todos los días”, como también sus antecesores en la Cátedra de Pedro fueron defensores de la paz y de la libertad religiosa en todo el mundo. Pero el Papa Francisco no ignora el carácter ofensivo de un sector radical del islamismo y ha apelado, repetidas veces, a todos los responsables religiosos – ¡cristianos incluidos! – para que no permitan que el nombre de Dios sea invocado como fundamento de la guerra o del terrorismo.

A pesar de haber sido el Papa Francisco el primer vicario de Cristo que publicó una encíclica sobre temática ecológica, la verdad es que la cuestión había sido ya repetidas veces referida por sus antecesores, principalmente San Juan Pablo II, que era un declarado amante de la naturaleza. La pasión por la ecología del cristianismo no es reciente: ya San Francisco de Asís –de quien el actual pontífice tomado ha tomado el nombre – había cultivado ese amor religioso por el mundo y por todas sus criaturas.

Cuando el Papa Francisco afirmó “¿Si una persona busca a Dios de buena voluntad y es gay, quién soy yo para juzgar?” causó un tremendo revuelo, como si la frase, tenida por gay filia, revocase toda la doctrina moral sobre la materia. Es obvio que este Papa siente gay filia, como los antecesores y son todos los obispos y fieles dignos de ese nombre, porque a tanto obliga el mandamiento nuevo de la caridad. Pero esa exigencia no contradice el principio de la moral católica que exige reprobar el acto pecaminoso, pero sin condenar al sujetop, que solo Dios puede juzgar. Por eso, el Papa Francisco no se contradice cuando, no obstante lo que afirmó sobre las personas con tendencia homosexual, realzó que las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio (AL, 52).

La verdad es que Francisco tiene un estilo muy particular y muy diferente de la precisión teológica de Benedicto XVI. El Papa actual es, sobre todo, un pastor y, por eso, su lenguaje es más ‘del siglo’, o del mundo, sin ser mundano. El Papa francisco privilegia un abordaje más informal, que no es menos ortodoxo, aunque escandalice a los fundamentalistas y los que, de tan pegados a la letra de la ley, no comprenden su espíritu.

Es de un gran simplismo afirmar que “Francisco no cree en muros y es el político más radical anti Trump”. Las fronteras, que no son otra cosa sino muros más o menos intransitables, son necesarias para definir el ámbito de la soberanía de los Estados: el Vaticano también los tiene, separadas por una seña. Sugerir que el Papa Francisco está contra el presidente electo de una de las mayores democracias del mundo podría llevar a creer que no es demócrata, o que es ‘político’ y, como tal, pretende intervenir en la política interna de un Estado, ignorando la separación evangélica entre lo que es de Dios y lo que es del César.

Habrá quien diga que “Francisco prefiere buenos ateos a malos católicos”, dando a entender que los católicos son malos, por ser católicos, y que por tanto, si dejaran de serlo, se convertirían en buenos, o sea en ateos... El Papa Francisco reconoce que hay ateos que, por excepción, son buenos, así como tampoco ignora que hay católicos que, por excepción, son malos; pero también sabe que son meras excepciones. La regla es que los católicos sean buenos, no por mérito propio, sino por la gracia de su condición; quien no puede tener bondad alguna, pero no tanta cuanta tendría si la tuviese. Caso contrario, ¿para qué serviría ser cristiano?!

De hecho, los malos católicos son mejores que muchos buenos ateos, no porque humanamente sean más perfectos, sino porque, por su fe, no solo alcanzan la gracia que los perdona y libra de sus pecados, sino también  por la alegría del amor de Dios.




sábado, 25 de marzo de 2017

Las buenas decisiones nos dejan solos


OPINIÃO DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


Cuando escogemos bien y escogemos lo bueno, acabamos, la mayor parte de las veces, más solos. Tal vez por eso haya tantas personas que siguen haciendo elecciones erradas, pues así continúan estando cómodamente cerca de más personas como ellas.

Es aparente, las elecciones ciertas nos aproximan a la perfección y a otros que se niegan a ser solo uno más. En verdad, son pocos, pero comulgan de una misma forma, que es la voluntad de alcanzar el cielo. Al final, solo las buenas decisiones son las que nos hacen buenos.

Mas, la compañía que se hacen los malos unos a otros es solo un efecto no deseado de quien ya ha desistido de ser más y mejor. Es una soledad profunda. Por aquí, en verdad,  nadie se gusta siquiera a sí mismo.

Quien escoge el mal busca satisfacer un hambre que solo el bien puede saciar.

El que decide bien, por más grande que sea el sufrimiento que ello implique, se hace ejemplo para otros que han de seguir sus pasos... no en vista de cualquier beneficio, sino sabiendo que están en camino del cielo... aunque haya caído en el más hondo de los abismos.

Las incertidumbres necesitan una luz y las indecisiones carecen de una llama que las anime. Es solos como debemos encontrar las luces que nos muestren el camino y las llamas que nos calienten el corazón... el bien no se conquista después de mil guerras, es un fuego que purifica, quemando lo que es malo, poco a poco.

La mayor de las bienaventuranzas es la paz de quien sabe que será feliz, aunque eso insista en demorarse, mucho...


(ilustração de Carlos Ribeiro)


viernes, 24 de marzo de 2017

¿Qué futuro nos espera, instalados como estamos en la crisis?

Por Daniel Medina Sierra


Desde el inicio de la crisis económica allá en el 2005 hasta nuestros días, el mundo que conocíamos hasta entonces se fue desvaneciendo como si todo hubiera sido un espejismo. Esos años de prosperidad, de esperanzas, de proyectos e ilusiones se ha convertido en un amasijo de sueños rotos y un gran sentimiento de fracaso personal. No queda más que pobreza, indefensión, oscuridad y cualquier perspectiva de futuro alentador.    

¿Qué futuro nos queda? el bueno es el malo y el malo es el bueno, esta es la filosofía de esta era oscura. En esta película los buenos no ganan, no presagia final feliz en la vida de un excluido social, no importa lo que hagas, lo que hiciste o lo que harás; quedas marcado para siempre. La pobreza se trata como un negocio muy lucrativo, se destina mucho dinero en pequeños gestos de solidaridad, bono social, reparto de alimentos, ayudas económicas puntuales.. pero se consigue mucho más.     

Consiguen  una sociedad sumisa, con preocupaciones básicas como comer todos los días, buscar un lugar donde cobijarse... la pura supervivencia. Mientras que un país se desmorona otros ( los malos ahora buenos) campan a sus anchas, nos divide, nos roban, nos confunden con distintos verdugos al quien echar las culpas de nuestra difícil situación. Si salimos a la calle y preguntamos al azar a las personas que nos encontramos de quienes o de quien es la culpa de esta crisis, cada uno de ellos/ llas te señalará a un culpable distinto.     

Puede ser PP, PSOE, PODEMOS, CUP...bancos, multinacionales, la Unión Europea, Merkel...Vuelvo a lo de antes, mucho dinero destinado necesidades básicas que apenas las cobre. ¿Por qué no se destina dinero para la formación, subvencionada con una pequeña ayuda económica, trabajos sociales, oportunidades de formarte profesionalmente? Trabajo señores, trabajo.    

Cuando asistí al curso para ser voluntario recordé una pequeña frase hoy ya muy usada: No le des peces, enséñale a pescar. No hay manera más eficaz de reinsertar a una persona que pueda ser mejor que sentirse útil de nuevo, ¿tan difícil es entenderlo? No queremos ayudas, no queremos compasión. Queremos lo que todos quieren, vivir en paz, sin miedo,, intentar ser felices, vivir de nuestro trabajo, pagar nuestras facturas... no es tan complicado entenderlo.


martes, 21 de marzo de 2017

Atención deficiente y desafiante...



Es un clamor popular ‘lo mal que se está atendiendo a los usuarios o demandantes en cualquier oficina pública’. En la ‘ventanilla’, mesa o mostrador, ya ante el funcionario o profesional que esté al frente, te puede decir, para empezar, que tú no estás en la lista, y si estuvieras, sigue diciendo: que te falta un requisito, un certificado, que lo mejor es que lo solicites por internet, que mejor que pidas una clave que te permitirá acceder a todos los certificados que necesites...

Te puede decir todo esto, y aún más, pero lo que no va a hacer, él o ella, que tiene un buen ordenador delante, y dispone de todos los datos necesarios,  es gestionarte el documento y facilitártelo, para evitar que tú te equivoques en algún punto del formulario, y así no te arriesgues a perder el derecho a cualquier solicitud que necesites. Lo más seguro es que tendrás que pedir a un amigo que tenga ordenador que te haga ese favor, o vas a una oficina pública, si tienes un euro para pagar el turno de uso de ordenador. En fin, que a pesar de los numerosos impuestos que cobra el Estado, es el ciudadano el que tiene que arreglárselas para conseguir los certificados y documentos que le permitan obtener algún tipo de ayuda, y que en caso de estar en paro, supone un agravante, no siempre fácil de solucionar. O vas a cáritas, si eres un excluido social, para que el trabajador social te eche una mano.

Cada vez somos más los que coincidimos en pensar que lo que pretenden es ‘volvernos locos’, además de que estas prácticas suponen un  retraso en la concesión de ayudas, cuando no la pérdida de las misma por cualquier descuido, aunque sea involuntario o por ignorancia informática; a la vez que controlan el número de personas presentes en la oficina, evitando posibles altercados...

 ‘Quieren volvernos locos’, repetíamos esta frase poco antes de abandonar la oficina, al tiempo que llegaba un sintecho, para tomarse un café y recobrar fuerzas para llegar a comer al comedor social, al escuchar esas palabras, manifiesta estar totalmente de acuerdo, y entablamos una precipitada conversación, mientras tomaba el café. Duró poco porque se echaba encima la hora ineludible de ir al comedor social... Era un  hombre joven, fuerte, cargado con su enorme y pesada mochila, que manejaba con soltura. Luego supimos que era masajista de profesión, allá en Crimea. Y por lo que decía, estaba bastante informado en temas de ciencia y tecnología, de la invención de nuevos materiales, y de la rivalidad entre Rusia y EEUU.


Y nosotros aquí hablando de estos ‘problemillas’, de pobres hombres, con el ritmo que ha cogido el Progreso, tan acelerado y veloz, que va perdiendo humanidad a chorros...

domingo, 19 de marzo de 2017

El milagro de los pastorcitos de Fátima



P. GONÇALO PORTOCARRERO DE ALMADA

Consta un nuevo milagro atribuido a la intercesión de los beatos Francisco y Jacinta Marto. La noticia no ha sido confirmada aún oficialmente pero, si lo fuere, quedará abierto el camino para la canonización de los más jóvenes pastorcitos de Fátima. Teniendo en cuenta que su beatificación ocurrió en Fátima, el 13 de Mayo de 2000, cuando San Juan Pablo II peregrinó por última vez al santuario de Cova de iria, no sería imposible, aunque muy probable, que el Papa Francisco canonizase a ambos el próximo día 13 de Mayo, con ocasión de la peregrinación a Fátima, en el centenario de la primera aparición mariana.

El milagro alegado sólo podrá ser reconocido como tal después del análisis por tres comisiones. A la científica toca probar que el hecho extraordinario no es susceptible de explicación natural. La comisión teológica tiene que reconocer que el eventual milagro se debe a la intersección de los bienaventurados Francisco y Jacinta. Por último, el Pleno  de la Congregación para la causa de los Santos deberá aprobar la canonización que, en última instancia, es decidida por el Papa. En estas cuestiones, la Iglesia es particularmente cautelosa y, por eso, no es de extrañar que sea largo el proceso a realizar desde el rumor de un posible milagro hasta la beatificación, o canonización, del siervo de Dios en causa.

Pero, aunque, por razón de la necesaria complejidad y demora de este proceso, ya no sea posible que el Papa Francisco los canonice con ocasión de la visita a Fátima, la verdad es que, de confirmarse el posible milagro atribuido a los dos pastorcitos más jóvenes, está ahora más próxima su tan deseada canonización.

Por más que se haya dicho en el sentido de dar a conocer la vida santa de Francisco y Jacinta Marto, es una pena que, precisamente entre los cristianos, no todos conozcan suficientemente estos ejemplos tan impresionantes de santidad. De hecho, al leer las Memorias de la Hermana Lucía –cuyo proceso de beatificación, concluida la fase diocesana, progresa ahora en Roma- se queda muy impresionado con la heroica virtud a que, en poco tiempo, llegaron aquellos dos hermanos.

Su mudanza y conversión es tanto más significativa por cuanto es cierto que tales niños eran, antes de las apariciones, muy normales, también en sus defectos infantiles. Jacinta tenía los caprichos propios de las niñas de su edad y Francisco hacía las travesuras comunes a los rapaces de su aldea: en una ocasión, por ejemplo, tiró piedras a los niños de una población vecina, con otros muchachos de Aljustrel. Otra vez, al ver en casa a otro hermano mayor que, al lado, dormitaba, solo no le metió en la boca un bicharraco porque el padre, in extremis, le  impidió consumar la fechoría... Tampoco eran niños particularmente piadosos: a pesar de tener todo el día por su cuenta y aunque los padres les recomendaran el rezo diario del rosario, no hacían eso, para tener más tiempo para sus juegos infantiles, mientras pastoreaban los rebaños familiares.

Si es verdad que, al inicio, de ‘santitos’ no tenían nada, cuando murieron eran ya de una probada virtud: impresiona ver su rigurosa piedad, su mortificación heroica, su extraordinaria devoción eucarística, sobre todo de Francisco, siempre deseosos de hacer compañía a ‘Jesús escondido’ en el sagrario; su tierno amor por la Señora más brillante que el sol que se les aparecía; sus ansias de reparación  por los pecados de todos los hombres; su filial oración por la Iglesia y por el Santo Padre; su empeño en sufragar las almas del purgatorio; su generosidad en la oración y expiación por la conversión de los pecadores, aterrorizados como quedaron con la visión del infierno.

Aunque Fátima no estuviese asociada a ningún fenómeno extraordinario, la santidad de los pastorcitos sería ‘milagro’ más que suficiente para atestiguar su autenticidad sobrenatural. Pero es también una hazaña y, casi, una provocación: ¿si ellos, en tan poco tiempo, progresaron tanto espiritualmente, por qué no aprendemos nosotros la lección1?¿¡Por qué esta demora nuestra en seguirlos por los caminos de la santidad, que ellos tan heroicamente recorren en tan poco tiempo!?

En buena hora la Conferencia Episcopal quiso resaltar el centenario de las apariciones marianas de la Cueva de Iria con una carta pastoral, “Fátima, señal de esperanza para nuestro tiempo”, para leer y meditar. ¡Para los más jóvenes, que bueno sería darles a conocer las vidas heroicas de los bienaventurados  Jacinta y Francisco Marto! ¿Si Nuestra Señora confió tanto en aquellos tres niños, que escogió para sus interlocuciones y mensajes, por qué no hacer otro tanto con los jóvenes de nuestras familias, catequesis y escuelas?

http://www.vozdaverdade.org/site/index.php?id=6189&cont_=ver3



sábado, 18 de marzo de 2017

A propósito do 11 de Março…




En estos tiempos, en que es común insultar a cuantos no militan en el mismo partido, o no profesan la misma fe, es urgente recordar ejemplos de respeto en la diversidad de las convicciones políticas y religiosas.

Hace ya días de ello. O, mejor dicho, hace días y días. Algunos parecen condenados a datos prosaicos que no hacen más que acontecer, con la inflexible cadencia del calendario y que, todos los años, irremediablemente, se repiten. Otros días, por el contrario, parecen señalados para grandes designios históricos, tal es la coincidencia de hechos memorables en esas fechas. Así aconteció el día 13, que las apariciones marianas de Cova de Iria rescataron del mal augurio la que, hasta entonces, estaban condenada por la supersticiosa ignorancia de algunos. Otro tanto puede decirse del día 11 de Marzo, fecha relevante en la historia reciente de Portugal, no solo por los acontecimientos sucedidos en tal fecha del año 1975, sino también por lo que, en ese día de 1959, ocurrió en nuestro país.

En el Portugal amordazado, Mario Soares refiere el golpe del 11 de Marzo de 1959 como “la eclosión de un movimiento militar y civil” que, “debido a las dudas de última hora(...) iría a fracasar”. No obstante, tuvo una importancia relativa en la historia nacional, principalmente por las consecuencias habidas en el ámbito judicial. Por eso, dado el fracaso de la operación militar, fueron “apresados varios militares y civiles, que serían juzgados, un año más tarde, en el Tribunal Militar de Santa Clara”.

En esa malograda intentona destacó sobre todo el capitán Carlos Vilhena, Que Mario Soares recuerda como elemento muy activo de la candidatura del general Humberto Delgado y que, a pesar de la edad avanzada sobresalía “por su contagioso idealismo y por la indefectible firmeza del combatiente de la democracia”. Los restantes conspiradores eran, en la autorizada opinión del autor de Portugal amenazado, “gente nueva, en su mayoría nacida para la política con la candidatura  Delgado, mucha de ella de procedencia católica”. Según el mismo autor, el fallido golpe del 11 de marzo de 1959 fue, de hecho, “un movimiento de clara inspiración católica, aunque con la participación importante de elementos no católicos, demócratas de diferentes corrientes de oposición”.

 “Como dije, uno de los aspectos que sobresalió en la conspiración del ’11 de marzo’ –escribe Mario Soares- fue la participación importante de ciertos católicos. La concentración de los ‘conspiradores’ civikes, antes de la salida del movimiento se hizo en la Sede Patriarcal de Lisboa, de la que era párroco el padre [Joao Augusto] Perestrelo de Vasconcelos [que después obtuvo la dispensa de sus votos y abandonó el ministerio sacerdotal]. Alguna de las insignias exteriores, ciertas cintas distintivas usadas y las propias palabras de contraseña –‘Manuel’, ‘María’, ‘Inàcio’- serían ciertamente de inspiración católica...”

de respeito pelo presidente do Tribunal – o coronel Rui da Cunha, que se houve no difícil lugar com uma nobreza de atitudes e um desassombro dignos de todos os elogios”. “O coronel Rui da Cunha era um oficial à antiga, enérgico, monárquico de feição conservadora, mas com um sentido raríssimo da dignidade”. Sendo católico, para além de monárquico e conservador, Rui Pereira da Cunha era, por assim dizer, a antítese de Mário Soares, que sempre se identificou como laico, republicano e socialista. Neste sentido, a sua homenagem à integridade do coronel Pereira da Cunha é tanto mais significativa quanto ambos divergiam no que respeita às suas crenças religiosas e opções políticas e ideológicas.

La depuración de responsabilidades criminales de los implicados sería hecha en un “enjuiciamiento que quedaría, sin exagerar, en la historia de los procesos políticos en Portugal”. Una de las razones de la particular relevancia de este proceso se desprende de la personalidad llamada a presidir el plenario, el coronel Rui Pereira da Cunha, que mereció de Mario Soares palabras de gran consideración: “no debo terminar este punto sin dejar consignada una palabra de respeto al presidente del Tribunal –el coronel Rui da Cunha, que se vio en el difícil lugar con una nobleza de actitudes y una audacia dignas de todos los elogios”. “El coronel Rui da Cunha era un oficial a la antigua, enérgico, monárquico de orientación conservadora, pero con un sentido rarísimo de la dignidad”. Siendo católico, además de monárquico y conservador, Rui Pereira da Cunha era, por así decirlo, la antítesis de Mario Soares, que siempre se identificó como laico, republicano y socialista. En este sentido, en homenaje a la integridad del coronel Pereira da Cunha es tanto más significativa por cuanto ambos divergían en lo que respecta a sus creencias religiosas y opciones políticas e ideológicas.

Rui Pereira da Cunha era coronel de artillería, con el curso del Estado mayor, y había sido poco antes, entre 1954 y 1956, comandante militar de Macau. Fue, en su juventud, un fervoroso adepto de Sidònio Pais, el ‘Presidente Rey’, de quien también fue ayudante de campo y secretario particular. Monárquico por convicción y tradición familiar, Rui Pereira da Cunha fue aún diputado a la Asamblea Nacional, subdirector y consultor de la Compañía de Mozambique y director de la Radio Clube Portugués. Era también comendador de la orden de Aviz, medalla de oro de comportamiento ejemplar y medalla de plata de servicios distintos. Nacido en Lisboa el 8 de mayo de 1896, vendría fallecer súbitamente, al volante su coche, en el día de Navidad de 1962.

En estos tiempos de crispación política y social, en que es práctica común insultar en la prensa y en las redes sociales a cuantos no militan en el mismo partido, o no profesan la misma fe o ideología, es urgente recordar estos raros ejemplos de dignidad y respeto en la diversidad de las convicciones políticas y religiosas. No obstante su conservadurismo político, su fe católica y su condición monárquica, el coronel Rui Pereira da Cunha supo merecer el inmenso respeto de los acusados presentes nen el Tribunal militar que presidió, así como la admiración de sus abogados. A su vez, el Dr. Mario Soares, a pesar de ser agnóstico, republicano y socialista, tuvo a bien homenajear a quien no se identifica con sus opciones.

 “Habituados a la tacañería temerosa de los jueces togados del Plenario (...), ¡la experiencia de compañerismo cortés, impregnado de un profundo sentido de humanidad, venido de un juez provisional, de formación militar, como Rui da Cunha, no puede dejar de ser profundamente reconfortante! Como en la historia célebre, podríamos haber gritado, después de la sentencia del Tribunal de Santa Clara: ‘¡Aún hay jueces en Portugal!’ Aunque sea bien cierto que una golondrina no hace, por sí sola primavera...”


http://observador.pt/opiniao/a-proposito-do-11-de-marco/

viernes, 17 de marzo de 2017

La libertad no decide el bien y el mal


OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

La vida se hace mediante elecciones que nos definen. La libertad humana es tan radical que, partiendo de nuestra naturaleza, deja todo lo demás en abierto.

Que seamos simpáticos o antipáticos es una decisión nuestra, que se va construyendo en función de sucesivas elecciones que hacemos en ese sentido. Es porque decido sonreír en la mayor parte de las situaciones por lo que me vuelvo sonriente, lo que hace de mí alguien simpático.

Con todo, sólo es libre el que fuera capaz de responder de la razón que determina sus elecciones. Un no sé nunca es una respuesta seria. La independencia es una condición necesaria de la libertad, pero no es condición suficiente. Hay mucha gente que es independiente, pero no libre, porque le falta un compromiso interior que defina su rumbo, haciendo frente a todas las fuerzas que los empujan, de forma más o menos sutil, hacia otros destinos.

Ser libre no es ser rebelde, es, antes bien, establecer y cumplir las reglas para sí mismo.

La obediencia puede ser una señal clara de una libertad mayor. Decidir es ejercer la libertad. ¡Decidir obedecer, si fuera intencionadamente (uniendo consciencia y voluntad), es llevar la libertad al límite del infinito!

La libertad es una lucidez. No vive de ilusiones. Crea las condiciones concretas para el éxito de su vida.

Nadie puede decidir lo que está bien o mal, ni donde queda la frontera que los separa. El bien es bien, incluso aunque algunos crean que no lo es. La bondad y la maldad son independientes de lo que podamos creer al respecto.

Día a día, paso a paso, momento a momento... debemos cultivar la sabiduría que coloca el amor como finalidad de la existencia.


 

(ilustração de Carlos Ribeiro)


miércoles, 15 de marzo de 2017

“¡Mire que no, señor Dr., mire que no!”



Una conclusión inquietante: en pleno Estado Nuevo, el Dr. Álvaro Cunhal fue mejor tratado por la universidad de Lisboa que, en democracia, el Dr. Jaime Nogueira Pinto por la Universidad Nueva.

Anda por ahí un gran revuelo, porque la Universidad Nueva prohibió al Dr. Jaime Nogueira Pinto participar en una conferencia debate, promovida por un grupo de estudiantes de esa prestigiosa institución universitaria.

En buena hora, algunos alumnos de aquella escuela superior, con aquel paternalismo que es tan querido en cierta izquierda que piensa tan bien que hasta piensa por los que no piensan como ella, impidió una peligrosa iniciativa: nada menos que -¡imagínense!- ¡pensar y debatir sobre cuestiones de actualidad política! La celosa corporación universitaria, a través de la dirección de dicha facultad, con el coraje que caracteriza a algunos de nuestros más ilustres intelectuales, cedió a la prepotencia de las dos docenas de estudiantes bolcheviques y canceló el debate, con el gastado  argumento del orden público y seguridad, de  tan recurrente  uso por los tiranos.

No son muy de extrañar estos tics totalitarios de los estudiantes izquierdistas que pululan por nuestras universidades. Benedicto XVI también fue víctima de la misma intolerancia por parte de otros tantos energúmenos universitarios de Roma.

Hace tiempo, una asociación de estudiantes de una facultad de derecho de la capital promovió un debate sobre matrimonio entre personas del mismo sexo, para el cual se invitó a oradores favorables a esa propuesta, muy de acuerdo, por tanto, con la teoría y práctica del pensamiento único. De ahí que, un grupo de estudiantes menos alienado con esa ortodoxia política, se atrevió a proponer una sesión en sentido contrario, con dos profesores de la casa, un reputado sicólogo clínico y un sacerdote católico que, sobre ese tema, había publicado un ensayo en colaboración con un juez de desembargos. Excusado será decir que las dificultades fueron muchas, aunque el debate vino a realizarse, con una numerosa y participativa presencia de alumnos de todos partidos políticos e ideologías.
  
Es muy saludable que se reconozca a los alumnos de enseñanza superior el derecho de asociación, pero es preocupante que una decisión adoptada por solo 24 alumnos –según Joao Miguel Tavares, en Público el 9 de marzo – pueda contradecir principios fundamentales de nuestra Constitución, que son la esencia del Estado de derecho democrático, como es la libertad de pensamiento y de expresión. Es incluso paradójico que los pretendidos defensores de la libertad sean los que se oponen, en la práctica, al más elemental ejercicio de esa libertad, según una muy conocida y practicada contradicción entre teoría y praxis comunista. Por este andar, mañana un estudiante creyente o conservador no podrá frecuentar la enseñanza universitaria estatal, reservada, en régimen de exclusividad, a los camaradas de los omnipotentes dirigentes asociados.

Es lamentable que la dirección de la facultad en cuestión se deje intimidar, hasta el punto de no permitir que tenga lugar un debate que algunos alumnos, con no menos legitimidad que cualquier otra asociación estudiantil, se propusieran realizar, contando para el caso con la presencia de una personalidad de reconocido prestigio intelectual, como es, indiscutiblemente, el Dr. Jaime Nogueira Pinto. No solo no se comprende que los órganos académicos hayan dimitido de su deber de garantizar esa iniciativa cultural, sino que también es inexplicable que la misma autoridad universitaria, así como el ministro competente, no hayan puesto orden en la barraca.

No es menos preocupante que estos acontecimientos hayan ocurrido donde menos era de esperar: en una universidad. Por su propia definición e historia, la universidad, que es una institución de creación eclesiástica, es un centro de investigación y estudio, pero también de debate y de libertad. Así era, por ejemplo, la primitiva universidad, donde eran admitidas todas las cuestiones, también las que contradecían el dogma católico, en las célebres “questiones disputae”. Lo propio de una universidad es, precisamente, la universalidad, o sea, la apertura al estudio y debate de todas las corrientes de pensamiento social, desde el fascismo de Musolini y el nacionalsocialismo de Hitler, hasta las doctrinas de Marx, Engels, Lenin y Estalin. Una escuela donde no hay pluralismo  es un centro de propaganda ideológica, pero no es, en la verdadera acepción del término, una universidad.

En el referido debate universitario sobre el derecho al matrimonio, el sacerdote católico inició su intervención alabando  aquel establecimiento de enseñanza superior, por haber sido donde, en pleno Estado Nuevo, se licenció Álvaro Cunhal, entonces detenido por razones de orden político. A pesar de ser comunista, presentar una disertación en que haría la apología del sistema soviético y defender lo que, según la legislación penal entonces vigente, se consideraba un crimen, su disertación fue generosamente aprobada, con muy buena nota (16 valores), por un jurado del que también formaba parte el último jefe de gobierno del anterior régimen, el profesor Marcelo Caetano, que había sido comisario nacional de la Mocidade Portuguesa.

La conclusión es clara e inquietante: el Dr. Álvaro Cunhal fue mejor tratado por la universidad de Lisboa, en pleno Estado Nuevo, de lo que, en democracia, el Dr. Jaime Nogueira Pinto, por la Universidade Nova. Tal vez no haya sido por casualidad que la Asociación 25 de Abril intervino, en defensa de la libertad de pensamiento y expresión, tan amenazada por grupos de extrema izquierda que no esconden su mentalidad y prácticas totalitarias.

Si, donde estuviera el espíritu del líder histórico de los comunistas portugueses, no hubiera noticias de lo que pasa por aquí, el Dr. Cunhal tal vez piense que, ahora, hay más libertad en los medios universitarios portugueses que en su tiempo. Pues... “mire que no, señor doctor, mire que bo!”



sábado, 11 de marzo de 2017

Los sueños vencen los dolores


OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

Hay quien, despierto, presiente el nacimiento del sol mientras todos los demás duermen. Hay quien duerme solo para que su cuerpo y espíritu puedan descansar de la guerra que es su vida. El alma se libra de las prisiones a que, muchas veces, la injusticias la condenan.

El mundo es duro. Muchos son los que desisten y nos dejan solos buscando lo siguiente de la existencia, ellos prefieren contentarse con el momento... nosotros queremos la vida. Al final, quien se contenta con lo mínimo, no merece más.

Los sueños son pedazos de eternidad. Viajes entre los futuros posibles. Mañanas  los cuales la voluntad ansía. Lo peor de los sueños es que todos los tenemos... la diferencia entre la alegría y la tristeza no está en el hecho de si se ha o no soñado... sino en lo que se hizo en concreto para cambiar la vida para mejor.

Decisiones difíciles y arriesgadas. Esperar a pesar de la desesperanza, mantener la fe contra las evidencias, luchar incluso cuando vencer parece imposible.

¿Cómo se vence el sufrimiento? Con las obras que nos elevan.

Los sueños nos indican el destino, pero son nuestras manos las que deben construir los caminos que nos llevan al cielo, eso mismo, que algunos ni sueñan que existe siquiera. Y la felicidad es el viaje, no el destino...

Es de los suelos más podridos, donde la vida y la muerte se mezclan, de donde nacen las flores más bellas.

Son los sueños los que vencen los dolores... por la fuerza que dan a los soñadores.

No basta despertar y salir del sueño, importa despertar... tener conciencia de lo que se es y de lo que se quiere ser, a fin de  perfeccionarnos con acciones concretas,  renunciar a lo peor y aferrarse a lo mejor, con decisiones que chocan con nuestro orgullo.

El amor no se deja soñar, es una fuerza en marcha... un sueño de alguien –que es siempre otro-  y un sueño es siempre una verdad que solo se comprende en el día en que se realiza.


(ilustração de Carlos Ribeiro)

http://rr.sapo.pt/artigo/78107/os_sonhos_vencem_as_dores

sábado, 4 de marzo de 2017

La Iglesia y la pena de muerte




El observador permanente de la Santa Sede en Ginebra afirmó que solo con la abolición de la pena de muerte “será posible construir una sociedad más justa, centrada en el respeto total por la dignidad humana”

El arzobispo esloveno D. Ivan Jurkovic, observador permanente de la Santa Sede junto a las Naciones Unidas y de otras organizaciones internacionales con sede en Ginebra, en la sesión del Consejo de los Derechos Humanos del pasado día 1 de marzo, declaró que el Vaticano está contra la pena de muerte porque, como recordó, “la vida es sagrada desde su concepción  hasta la muerte natural” y, por eso, también “un criminal tiene el derecho inviolable a la vida”.

Esta posición oficial de la Santa Sede, asumida por su representante diplomático junto a los organismos de Naciones Unidas en Ginebra, no es absolutamente inédita, porque en el magisterio reciente de los últimos papas, principalmente san Juan Pablo II y Benedicto XVI, fueron frecuentes las apelaciones en este sentido. Con todo, no es habitual que la Iglesia Católica afirme, de manera tan solemne y formal, contra la pena capital, divergiendo mucho de lo que, a este propósito, se lee en las ediciones de 1993 y 1997 del Catecismo de la Iglesia Católica (CIC).

Por eso, en su primera versión, el CIC afirmaba: “se reconoce a los detentadores de la autoridad pública el derecho y la obligación de castigar con penas proporcionadas a la gravedad del delito, incluida la pena de muerte en casos de extrema gravedad, si otros procesos no bastaran” (CIC, 1993, nº 2266). Se añadía sin embargo que “En la medida en que otros procesos, que no la pena de muerte y las operaciones militares, bastaren para la defensa de las vidas humanas contra el agresor y para proteger la paz pública, deben se preferidos tales procesos no sangrientos” (CIC, 1993, nº 2267).

No obstante en esta primera edición se dice, expresamente, que la pena de muerte solo podrá ser legítima “en casos de extrema gravedad” y solo “si otros procesos no bastaren”, muchos obispos consideraron inadecuados estos términos por lo que, en la edición siguiente, la pena de muerte solo es permitida en casos tan excepcionales que, en realidad, es prácticamente abolida: “la doctrina tradicional de la Iglesia, mientras no haya duda ninguna a cerca de la identidad y de la responsabilidad del culpable, no excluye el recurso a la pena de muerte, si fuere esta la única solución posible para defender eficazmente vidas humanas de un injusto agresor. [...] En verdad, en nuestros días, debido a las posibilidades de que disponen los Estados para reprimir eficazmente el crimen, volviendo inofensivo a quien lo comete, si con eso le quita definitivamente la posibilidad de redimirse, los casos en que se vuelve absolutamente necesario suprimir al reo ‘son ya muy raros, si no prácticamente inexistentes’” (CIC, 1997, nº 2267).

Según el representante pontificio en las Naciones Unidas, en Ginebra, la pena de muerte es éticamente reprobable por el hecho de que “toda justicia humana es falible” y, por eso, “en la aplicación de la pena capital hay siempre la posibilidad de quitar la vida a una persona inocente”. D. Ivan Jurkovic añadió que no consta que la pena de muerte sea particularmente eficaz en la prevención de la criminalidad.

Para el portavoz de la Santa Sede, que evocó, para el caso, varias intervenciones del Papa Francisco en este sentido, el Estado, a través de la ley y la justicia, debe “dar a los condenados la posibilidad de arrepentirse y de rectificar, en la medida en que aún sea posible, las consecuencias de sus actos.

A su vez, el Papa Francisco, en una carta reciente enviaba al presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte, defendía que, “Para un Estado constitucional, la pena de muerte representa un fracaso, porque lleva al Estado a matar en nombre de la justicia”. “Y la justicia –según el papa Francisco- nunca se alcanza por la muerte de un ser humano”.

D. Ivan Jurkovic afirmó aún que solo con la abolición de la pena de muerte “será posible construir una sociedad más justa, centrada en el respeto total por la dignidad humana”. El observador permanente de la Santa Sede en Ginebra aprovechó todavía para hacer una apelación: “Esta debe ser también una ocasión para estimular a los Estados a mejorar las condiciones en los establecimientos penitenciarios, de modo que el respeto por la dignidad humana sea garantizado para todos, independientemente del crimen cometido”.

Para Portugal, que muy justamente se enorgullece de haber sido pionero en la abolición de la pena de muerte, son excelentes estas noticias venidas de Ginebra, como lo son también para todos los que, en el mundo entero, siendo o no católicos,  comparten los mismos sentimientos humanitarios. Quiera Dios que en breve sea posible la definitiva erradicación de la pena capital, principalmente en China, en Corea del Norte, en Afganistán, en los Estados Unidos de América y en todos los otros países donde, lamentablemente, aún está en vigor.

http://observador.pt/opiniao/a-igreja-e-a-pena-de-morte/


El amor es tan importante como el agua


OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

Aquel día, María salió temprano de su casa. Más temprano de lo que era habitual, porque su amiga que vivía sola moraba lejos y necesitaba de su ayuda, a pesar de no haber tenido el coraje de pedirla.

Los años le pesaban a María, más de 80... pero su voluntad y determinación eran grandes. Había aprendido, desde niña, que las necesidades más básicas son las más importantes. Las nuestras y las de los que están más próximos. Sólo después es como, si sobran las fuerzas y tiempo, nos podemos y debemos preocupar de los problemas de menor importancia.

María caminó durante más de una hora. Pudo pensar en todo, pero sus dudas y dolores no le trababan las piernas. Sabía bien donde necesitaban de ella. Iba... donde otros no iban. Iba... porque no era como los otros.

La amiga moraba en una casa rodeada de otras en ruinas, muertas de forma lenta y cruel por el tiempo. Se respiraba miseria y hambre. La única esperanza era la de que aquel infierno acabase. Con todo, la certeza de que otros también sufren y pueden necesitar más de lo que nosotros y nuestras fuerzas y talentos son capaces en este escenario, es una verdad tan cruda como bella. Los pobres se ayudan. Conocen mejor que nadie el valor de lo esencial y la riqueza de dar.

Encontró a la amiga postrada en aquella casa oscura y fría, sin agua ni amor.

La amiga de María no vivía... moría. Respiraba solo para sobrevivir. Todo lo que le quedaba era morir.

María fue a buscar agua. Le dio de beber, le lavó la cara y las heridas más profundas... puso cuidado en escuchar todos los ayes. Cuando la amiga le preguntó el porqué de tanto esfuerzo y cuidado, María le respondió luego con un silencio profundo, en el cual se hizo la luz.

María preparó un plato de sopa mientras iba canturreando muy bajito una melodía celestial, que expulsaba, uno a uno, todos los males que habían tomado aquella casa como suya...

La amiga lloraba y sonreía porque se sabía en la presencia de Dios. Se sentía amada y ese amor había despertado el suyo. Se abrazaron.

María le dice:

- En este abrazo encuentro las alas que me llevan al cielo. No vine para recibir... vine sólo para ser útil. Vine para poder continuar siendo yo, ayudando a que también tú puedas ser quien eres. Voy en paz porque te dejo en paz. Llevo más de lo que traje. Llevo el corazón lleno de bondad, belleza y verdad... llevo el corazón lleno de ti. Agradecida.

(ilustração de Carlos Ribeiro)


http://rr.sapo.pt/artigo/77526/o_amor_e_tao_importante_como_a_agua