OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS
La vida se hace mediante elecciones que nos definen. La
libertad humana es tan radical que, partiendo de nuestra naturaleza, deja todo
lo demás en abierto.
Que seamos simpáticos o antipáticos es una decisión nuestra,
que se va construyendo en función de sucesivas elecciones que hacemos en ese
sentido. Es porque decido sonreír en la mayor parte de las situaciones por lo
que me vuelvo sonriente, lo que hace de mí alguien simpático.
Con todo, sólo es libre el que fuera capaz de responder de
la razón que determina sus elecciones. Un no sé nunca es una respuesta seria.
La independencia es una condición necesaria de la libertad, pero no es condición
suficiente. Hay mucha gente que es independiente, pero no libre, porque le
falta un compromiso interior que defina su rumbo, haciendo frente a todas las fuerzas
que los empujan, de forma más o menos sutil, hacia otros destinos.
Ser libre no es ser rebelde, es, antes bien, establecer y
cumplir las reglas para sí mismo.
La obediencia puede ser una señal clara de una libertad
mayor. Decidir es ejercer la libertad. ¡Decidir obedecer, si fuera
intencionadamente (uniendo consciencia y voluntad), es llevar la libertad al
límite del infinito!
La libertad es una lucidez. No vive de ilusiones. Crea las
condiciones concretas para el éxito de su vida.
Nadie puede decidir lo que está bien o mal, ni donde queda
la frontera que los separa. El bien es bien, incluso aunque algunos crean que
no lo es. La bondad y la maldad son independientes de lo que podamos creer al
respecto.
Día a día, paso a paso, momento a momento... debemos
cultivar la sabiduría que coloca el amor como finalidad de la existencia.
(ilustração de Carlos Ribeiro)
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