domingo, 30 de abril de 2017

Fátima (1): ¿Apariciones o visiones?




En Cova da Iria los pastorcitos tuvieran visiones y no apariciones, pero el valor no es menor porque, como señaló Benedicto XVI, las visiones tienen una fuerza de presencia tal que equivalen a la manifestación externa sensible.

Todavía no ha sido el centenario de la primera aparición de Nuestra Señora en Fátima y ya abundan las alegaciones ‘desmitificadoras’ del fenómeno ocurrido en Cova da Iria, ahora reducido a una mera narrativa, que cada cual interpreta según su parecer. Los hechos ocurrieron del 13 de mayo al 13 de octubre de 1917, teniendo por protagonistas a tres niños: los hermanos Francisco y Jacinta Marto, que el papa Francisco va muy felizmente a canonizar el próximo día 13, y la prima de ellos, Lucía dos Santos, que fue la relatora de las apariciones.

Para algunos, todo aquello no pasó de un mero embuste político religioso, para el que fueran engañadas unas criaturas analfabetas que, a cambio de a saber qué cosa, se prestaron a ser videntes de absurdas apariciones celestiales. Para otros, es evidente que la maniobra tuvo mano clerical e intención marcadamente antirrepublicana, en tiempos en que la Iglesia Católica era ferozmente perseguida por los Alfonsos Costas de este país. También los hay que, aún afirmando ser fieles, miran con desdén este tipo de fenómenos, que reprueban en nombre de su impoluta racionalidad, más libre pensadora que verdaderamente católica. Es motivo para preguntar: ¿al final, en qué quedamos?

Quien lea las memorias de la Hermana Lucía, la vidente que sobrevive y relató los acontecimientos extraordinarios ocurridos en Cova da Iria en 1917, percibe de inmediato que, si alguna presión sufrieron aquellas tres criaturas, sea por parte del párroco, sea aún por parte de las familias – ¡que, al efecto, hasta recurrieron a vías de hecho!- fue precisamente en el sentido de obligarlas a desmentir las apariciones. También las celosas autoridades públicas hicieron de todo para obligar a los videntes a desdecirse o, por lo menos, revelaron el secreto que les había sido dicho por su celestial interlocutora.

La propia Iglesia portuguesa, desde el principio, no reaccionó positivamente a las apariciones. Sólo el 13 de mayo de 1922 se inició la investigación canónica relativa a los acontecimientos de Fátima, que concluyó ocho años y medio después, el 13 de octubre de 1930, con la aprobación del culto y de las apariciones, que no constituyen, con todo, materia de fe.

En este sentido, el Padre Anselmo Borges, en entrevista al Expreso, el 16-4-2017, afirmó: “Puedo ser un buen católico y no creer en Fátima, porque no es un dogma”. Es verdad que Fátima no es, y nunca podrá ser, un dogma, pero es poco probable que pueda ser un “buen católico” quien no acepte el veredicto de la jerarquía eclesial en relación a las apariciones, incluso porque la totalidad del mensaje atribuido a la ‘Señora más brillante que el sol’ es de una total e irreprensible coherencia evangélica. Además, ninguna revelación particular, como es el caso, puede ser reconocida por la Iglesia si no fuera absolutamente coincidente con la fe católica.

El P. Anselmo Borges igualmente declaró: “Es preciso también distinguir apariciones de visiones. Es evidente que Nuestra Señora no se apareció en Fátima. Una aparición es algo objetivo. Una experiencia religiosa interior es otra realidad, es una visión, lo que no significa necesariamente un delirio, pero es subjetivo”.

La distinción entre apariciones y visiones no es ninguna novedad pues, como recordó Benedicto XVI, cuando era Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, “la antropología teológica distingue, en este ámbito, tres formas de percepción o “visión”: la visión por los sentidos, o sea, la percepción externa corpórea; la percepción interior; y la visión espiritual (visio sensibilis, imaginativa, intellectualis). Es claro que, en las visiones de Lourdes, Fátima, etc, no se trata de percepción externa normal de los sentidos: las imágenes y las figuras vistas no se encuentran fuera en el espacio circundante, como está ahí, por ejemplo, un árbol o una casa. Esto es bien evidente, por ejemplo, en el caso de la visión del infierno (descrita en la primera parte del “secreto”, pero se puede fácilmente comprobar también otras visiones, sobre todo porque no eran captadas por todos los presentes, sino solo por los “videntes”. De igual modo, es claro que no se trata de una “visión” intelectual sin imágenes, como acontece en los altos grados de la mística. Se trata, por tanto, de la categoría intermedia, la percepción interior que, para lo evidente, tiene una fuerza de presencia tal que equivale a la manifestación externa sensible” (Cardenal Joseph Tatziner, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, comentario teológico, en el Mensaje de Fátima, 26-6-2000
Siendo así, no ofrece duda que, de hecho, Nuestra Señora no apareció, en sentido técnico, en Cova de Iria. Que se haya tratado de una visión y no de una aparición no permite, con todo, afirmar que fue, como dice el P. Anselmo Borges, solo una “experiencia religiosa interior” de los videntes, ni que, no siendo “necesariamente un delirio”, habría sido algo meramente “subjetivo”.

Benedicto XVI, en su ya citado comentario teológico al mensaje de Fátima, aclara: “Este ver interiormente no significa que se trate de fantasía, que sería solo una expresión de la imaginación subjetiva. Significa, antes bien, que el alma recibe el toque suave de algo real pero que está más allá de lo sensible, volviéndose capaz de ver lo no sensible, lo no visible a los sentidos; una visión a través de los “sentidos internos”. Se trata de verdaderos “objetos” que tocan el alma, aunque no pertenezcan al mundo sensible que nos es habitual”. Aténgase a los términos usados por el Cardenal Ratzinger para describir las ‘arici0ones’ de Fátima: no “se trata de fantasía”, ni de “una expresión de la imaginación subjetiva”, sino de “algo real”, de “verdaderos ’objetos’”!

Prosigue Benedicto XVI, en su Comentario Teológico: “Como dijimos, la “visión interior” no es fantasía –al contrario que el término ‘visión imaginativa’, usado por D. Carlos Azevedo, en su entrevista a Público, el pasado día 21, podría llevar a creer –“sino una verdadera y propia manera de verificación. Lo hace, sin embargo, con las limitaciones que le son propias. Si, en la visión exterior, ya interfiere el elemento subjetivo, esto es, no vemos el objeto puro sino este nos llega a través del filtro de nuestros sentidos que tienen que operar un proceso de traducción; en la visión exterior, eso es aún más claro, sobre todo cuando se trata de realidades que por sí mismas sobrepasan nuestro horizonte.

Nada tiene de sorprendente este esclarecimiento si se tuviera en cuenta que, también en el Evangelio, se recurre con frecuencia a metáforas que facilitan la comprensión de los misterios de la fe: es obvio que el infierno no puede ser fuego, ni el cielo un banquete y, cuando Jesús dice que él es “la vid verdadera” (Jn 15,1), no se atribuye a sí mismo una naturaleza vegetal, sino que solo sugiere que, de la misma forma que los sarmientos están unidos al tronco y de él reciben la vida, así también los cristianos en gracia están injertados en Cristo, de quien les viene la energía que alimenta su vida sobrenatural.

 “Esto” –prosigue el Cardenal Ratzinger- “es patente en todas las grandes visiones de los santos; naturalmente vale también para las visiones de los pastorcitos de Fátima. Las imágenes delineadas por ellos no son en modo alguno mera expresión de su fantasía, sino fruto de una percepción real de origen superior e íntima”. Por tanto,  si se trata, como explica Benedicto XVI, de una “percepción real de origen superior e íntima” y “no solo expresión de alguna mera expresión de su  (de ellos, los pastorcitos) fantasía”, se impone una conclusión: su valor no es menor que si se hubiese tratado, en sentido técnico, de auténticas apariciones, pues “tiene fuerza de presencia tal que equivale a la manifestación externa sensible”. Razón que explica también que la Conferencia Episcopal Portuguesa, en su nota pastoral sobre el centenario de Fátima (Fátima, Señal de Esperanza para nuestro tiempo, Carta Pastoral en el centenario de las Apariciones de Nuestra Señora en Fátima, 2016) mantenga el uso del término “apariciones”, no siendo incluso técnicamente el más preciso. También el inquilino se refiere a la casa como siendo suya, aunque jurídicamente no sea su propietario.

Como sintetizó el entonces Cardenal Secretario de Estado, Ángelo Sodano, en la celebración eucarística de la beatificación de Jacinta y Francisco Marto, en Cova da Iria, el 13-5-2000, presidida por San Juan Pablo II, “la visión de Fátima se refiere sobre todo a lucha de los sistemas ateos contra la Iglesia y los cristianos y describe el sufrimiento enorme de los testimonios de fe del último siglo del segundo milenio. Es un víacrucis sin fin, guiada por los Papas del siglo XX.


 http://observador.pt/opiniao/fatima-1-aparicoes-ou-visoes/

sábado, 29 de abril de 2017

​¡Levántate y lucha por aquello que quieres!


OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

No esperes por aquello por lo cual puedes luchar.

A veces, la esperanza degenera en simple pereza, dejando de esforzarnos por lograr por lo que deseamos, soportando las adversidades, tomándolas como pruebas a nuestra identidad –que también nosotros queremos conocer- haciendo de esas contrariedades escalones que nos permiten subir más alto.

El universo no se va a arrodillar y servir a tu voluntad, por más firme que ella sea, nunca... pero puede colaborar con tus sueños, en virtud de las obras de que fueres capaz. ¡Y por supuesto que es así!

No esperes por los otros Cada uno tiene sus luchas, sus armas y sus guerras, sus virtudes y sus desgracias. Mientras puedas luchar, no pidas o esperes que los otros lo hagan por ti. Cuando no... pide ayuda.

No desesperes. Casi siempre la llave que abre la puerta es una de las últimas...

A única altura en que no se puede fallar es cuando se intenta por la última vez. Pero nadie sabrá, con certeza, cual es. Algunos creen que ya acabaron, pero aún no han llegado ni la mitad. Otros creen que aún tendrán muchas más oportunidades, pero la última ya fue... sin que se den cuenta siquiera de eso, y, cuando se dan, ya es demasiado tarde.

Basta que ganemos una batalla para que todo tenga sentido. Pero, para garantizar que hemos conseguido vencer en una, debemos luchar en muchas, muchas. Un éxito vale los 1000 fracasos que puede costar... y es solo en el momento del éxito cuando se percibe que os fracasos, al final, no fueron fracasos.

Todos tenemos fuerzas que ignoramos. Solo  conseguimos  apreciarlas después de haberlas usado, ya cerca del límite, las fuerzas que sabemos que tenemos... y, así, surge un nuevo horizonte, cuando llegamos al punto que antes marcaba la frontera entre el cielo y la tierra. Siempre.

Cuando caigas, no permitas quedarte en el suelo mucho tiempo. Recuerda que sin fracasos no llegas allá.

(ilustração de Carlos Ribeiro)


martes, 25 de abril de 2017

La sustitución del hombre por la máquina y la carrera hacia el abismo

Enrique Dans

Un artículo con predicciones de Stephen Hawking compartido en el World Economic Forum con sus perspectivas sobre la sustitución del hombre por la progresiva automatización y el uso de inteligencia artificial me lleva a reflexionar un poco sobre las circunstancias en las que se desenvuelven ese tipo de procesos.

El artículo considera las profesiones relacionadas con la conducción, como taxista o chófer, como una de las más susceptibles de sufrir el impacto de la automatización, con una probabilidad del 89%. La promesa de Mercedes Benz de poner en el mercado taxis completamente autónomos en un plazo de tan solo tres años, unida a las inyecciones económicas de algunos gobiernos en ese tipo de proyectos y a la entrada progresiva de nuevos competidores significativos como Apple o Cadillac parecen estar configurando una hoja de ruta en conducción autónoma cada vez más clara y decidida.

En este contexto, los modelos económicos que rodean el fenómeno parecen ir definiendo de una manera cada vez más clara un escenario de carrera hacia el abismo, en el que la dinámica competitiva en un escenario desregulado lleva a una caída cada vez más fuerte de los ingresos que termina por asfixiar a los competidores tradicionales, dejando espacio únicamente para los entrantes que son capaces de aprovechar mejor las ventajas tecnológicas.

Una startup californiana creada en torno al concepto de taxis autónomos, Voyage, anuncia sus intenciones de ofrecer en el futuro transporte completamente gratuito, posiblemente financiado mediante publicidad. La idea resulta profundamente provocativa, y enlaza con algunas de las interesantes reuniones que mantuve en las oficinas de Daimler en Stuttgart hace algún tiempo, en las que algunos de sus directivos de innovación afirmaban estar trabajando de cara al futuro con modelos en los que el transporte dentro de las ciudades evolucionaba hacia esquemas completamente gratuitos para el usuario, y planteados siempre en modo servicio en lugar de en términos de posesión de un activo utilizado de manera subóptima. La idea de sistemas de transporte completamente gratuitos en función de una exposición a publicidad o mediante modelos de esponsorización no resulta extraña cuando hablamos de ciudades como Londres, en las que por tan solo dos euros, una persona tiene acceso al uso ilimitado de una bicicleta pintada con el rojo característico del logotipo del Santander, durante veinticuatro horas.

En San Francisco, la compañía de taxis más grande de la ciudad, Yellow Cab Co-Op, ha sido vendida a un competidor por un total de ¢810,000,  menos de lo que cuesta una casa en la ciudad. Los culpables de tan brutal depreciación no son únicamente Uber, Lyft y compañías similares que operan en la ciudad, sino la coincidencia de varias demandas por accidentes que resultaron en indemnizaciones multimillonarias, y dejaron a la compañía en bancarrota. En un escenario en el que la siniestralidad inherente a la conducción humana se convierte en una variable capaz de hundir compañías, la conducción autónoma, sujeta a un número dramáticamente inferior de accidentes, se perfila claramente como la alternativa triunfadora.

¿Puede pensarse en evitar la transición de una actividad configurada como tradicionalmente humana, como la conducción, hacia su automatización total, en un escenario en el que la dinámica competitiva se configura de esta manera? No, los procesos como tales son total y absolutamente inevitables, y aquellos que intenten negarlos se verán inmersos en la obsolescencia y en la pérdida de competitividad. La única solución es anticipar ese tipo de procesos y optar por sistemas que mejoren la cobertura social y las alternativas de los cada vez más afectados, en lugar de permitir una espiral descendente que termine generando un problema social irresoluble.


https://www.enriquedans.com/2017/04/la-sustitucion-del-hombre-por-la-maquina-y-la-carrera-hacia-el-abismo.html

domingo, 23 de abril de 2017

Los ‘millennials’ y los ‘centennials’, dos generaciones que valen 19 billones




(Me ha parecido muy interesante este artículo, porque en mi ignorancia no había oído hablar en estos términos de las generaciones jóvenes. La verdad es que me parece una 'alerta'  para ver que nos enfrentamos, idolátricamente, al dominio absoluto de la economía y la banca mundial...)

Los millennials (quienes hoy tienen entre 19 y 35 años) y los centennials (de cero a 18 años) representan a 4.400 millones de almas en el mundo y en 2020 sumarán la fuerza demográfica (59%) más trascendente del planeta. ...Bank of America Merrill Lynch ha publicado el que tal vez sea el texto más completo. Se titula New Kids On The Block. Millennials & Centennials Primer (Los nuevos chicos del barrio. El apogeo de los millennials y los centennials) y rastrea cómo estas dos generaciones entienden el consumo, las finanzas, la tecnología, la educación, la demografía; la vida.

... suman unos ingresos de 21 billones de dólares (19 billones de euros), un 35% de la renta bruta mundial; el 88% de estos chicos vive en mercados emergentes, el 90% posee un smartphone y durante 2025 controlarán el 47% de los fondos del planeta.

¿Parecen ricos? Mera ilusión. “Corren el riesgo de ser más pobres que sus padres y disfrutar de unos niveles materiales de bienestar más bajos”,... Es la consecuencia de un elevado paro juvenil y de una débil recuperación económica. Y si los jóvenes estadounidenses o anglosajones tienen motivos para quejarse, bastante más los españoles.

... la Generación K.,  El nombre procede de Katniss Everdeen, la tenaz heroína de la película ‘Los juegos del hambre’ interpretada por Jennifer Lawrence. Como ella, estos jóvenes, sobre todo chicas, entre 13 y 20 años, sienten que viven en un mundo en permanente conflicto. Una sociedad violenta, distópica e injusta ante la que deben reaccionar.

“Vemos a esta generación como la primera que de verdad se rebela contra el sistema político y corporativo...: no quieren ser adictos al trabajo, ni vivir endeudados ni llegar tarde a los hijos. “Ni tampoco asumir que no existen un trabajo, una familia  unos conocimientos para toda la vida y que están obligados a reinventarse constantemente”, ... imaginan otras vidas.

Ciudadanos del mundo

... será la generación más tolerante que han visto los tiempos si hablamos de orientación sexual o religiosa. ... “Estos chicos pertenecen a la era de Caitlin Jenner [un icono transgénero]...
Pero con esos valores no escaparán de las nubes negras. “Para estos adolescentes el mundo es menos un paraíso y más una pesadilla hobbesiana”, destaca en el Financial Times la economista británica Noreena Hertz, responsable de acuñar el concepto Generación K.

Porque tienen esperanzas, pero también miedo y ansiedad. En Estados Unidos,...el 17% de los chicos que están en la escuela secundaria ha considerado seriamente en suicidarse. Mientras, en España,... Supone más del 8% sobre un total de 3.910 fallecidos. La cifra de suicidios más alta desde que existen registros.

... se le ha llamado “millennials con esteroides” por su relación con la tecnología. ...“Porque han nacido con un smartphone en las manos, las redes sociales son una forma de vida, se comunican al instante a través de mensajes y emoticonos y no recuerdan que una vez el mundo vivió desconectado”,

... se espera mucho de estos adolescentes. ...el Financial Times se pregunta si ellos serán “los salvadores del mundo”.

Quizá sea demasiado peso sobre sus espaldas. Sin embargo son la viga maestra de los ingresos de algunos de los mercados más rentables del planeta. (316.000 millones de euros mueven al año los teléfonos móviles, 13.700 los videojuegos). El futuro les pertenece, y también la disrupción.
Prefieren Snapchat (al facebook). Una plataforma en la que las imágenes desaparecen nada más verlas.

Creen que (la tecnología) les hace la vida más fácil. Son verdaderos nativos digitales. ...esta generación “escucha a sus amigos y al móvil”, ...desde muy temprano. Contestan muy rápidamente a los correos...son los principales responsables de los 6.000 millones de emoticonos que se envían todos los días en el mundo.

Los responsables de la arquitectura económica sin duda reconocen que resulta imposible dar la espalda a los millennials, una generación que tiene un poder de gasto de diez billones de dólares. Las marcas los quieren y los buscan.... De ellas no esperan productos sino experiencias de compra. La posesión ya no es un destino sino el viaje. Y el precio, para dos generaciones surgidas en una crisis profunda, es la variable esencial.

Puesta de largo

Desde luego es la puesta de largo de un consumidor con unos hábitos nunca vistos:
-       “Los millennials consultan, preguntan, entienden y no soportan la falta de honestidad en sus proveedores, ni tampoco la publicidad”,... los convierte “en una mina para la economía colaborativa”,

-       ...Es la vía franca a un cambio de paradigma en su relación con la empresa y el trabajo. “Manda una visión mucho más enfocada en el corto plazo”, ...Porque estos chicos tienen muy poca resistencia a la frustración, lo que unido a la falta de compromiso con las empresas justifica su tendencia a cambiar con frecuencia de empleo.

Ninguna generación es igual a la anterior, porque todas heredan un mundo distinto al que recibieron sus padres... Por primera vez desde 1880 en Estados Unidos hay más adultos jóvenes viviendo con sus padres que con sus parejas. ...Es la repuesta a una sociedad de empleos precarios y altos precios de la vivienda. Arrinconados, los jóvenes solo parecen tener la opción de adaptarse.
...los millennials desconfían de las finanzas. ...Instalados a la fuerza en la precariedad, el 74% recibe ayuda económica de sus familias.

Lo que sí tenemos seguro son unos jóvenes que tamizan su existencia a través de la tecnología. Para ellos el banco abre sucursal en el móvil (el 72% de los millennials utiliza aplicaciones bancarias), y el dinero físico semeja una reliquia.,... por una vez, una generación precaria sentirá que es rica en algo: tiempo. Dentro de cuatro años poseerá el 16% de la riqueza mundial privada y la industria del dinero les mirará de otra forma. ...Esta infidelidad les hace candidatos a invertir a través de robots. “Es el gran producto para el chaval joven”,

Las más educadas

Son las dos generaciones más educadas de la historia. Ambas suman 1.400 millones de estudiantes en el mundo... Y en esta sociedad tecnológica, educada y matemática ser padre o madre joven resultará inasequible.

...Hace tiempo que los niños dejaron de llegar con un pan debajo del brazo, y una sensación de carretera sin salida recorre el presente de millones de jóvenes. ¿Pero tienen razones para tal desaliento? “Viven en el continente más civilizado y culto, en una época de pasmosas transformaciones tecnológicas y gozan de libertades inéditas hasta hace una década en materia de costumbres, diversidad sexual. De ellos depende que las cosas mejoren o vayan a peor”, reflexiona Savater.

http://economia.elpais.com/economia/2016/10/20/actualidad/1476985002_101940.html?id_externo_rsoc=FB_CC

viernes, 21 de abril de 2017

Soy más que la añoranza de ti


OPINIÃO DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

Hoy no te puedo tocar. La melodía de tu voz, el perfume de tu piel y el abrazo suave de tus besos son, en este momento, solo pedazos sueltos que la imaginación produce en mi memoria.

Siento tu ausencia pero, en ese dolor, siento también tu presencia. No consigo arrancar al silencio una sola palabra tuya. Pero sé que estás aquí...

Escoger siempre es eliminar opciones. Te escogí y continúo escogiéndote. Incluso aunque no te pueda sentir sino es por la fe en el amor. No oigo tu corazón, mas siento mi latido como si fuesen dos.
Estás en mí, porque te das a mí en cada gesto. Estoy  en ti, porque te amo. Soy quien soy por ti y para ti.

Te sueño danzando entre las cuerdas de las gotas de lluvia que caen, tocando en ese arpa celestial la melodía de nuestra vida a dos.

Tal vez te demores, pero yo nunca me cansaré de esperar. Tarda lo que tuviera que ser. No te apresures. Tenemos la eternidad. Claro, en este momento, quería sentir el aliento de tu respiración... pero la verdad es que ninguna espada nos puede separar. Ni el mal, pues el bien está con nosotros. El tiempo corre a nuestro favor y yo espero.

Sí. La respuesta es sí. Estoy bien.

Faltará poco para poder oírte llamarme por el nombre... aunque tarde mucho.

No consigo siquiera pensar en  amar a quien, como tú, me acepta con todas mis flaquezas. ¿A quién, sino a ti, debo entregar mis fuerzas y talentos?

Nuestro amor es un mar. Infinito, fuerte y persistente, jamás se cansa... y, a pesar de las mareas, nunca deja de estar vivo. Y nosotros vivimos en lo íntimo de ese mar... envueltos en la paz del abrazo que nos unió.

Señora de mis silencios y de mis tempestades... Sí. Estás aquí. Te siento, aunque solo con el corazón. Pero tampoco ninguna otra verdad me importa.

¿A mí? A mí me basta saber que estás aquí.



(ilustração de Carlos Ribeiro)


sábado, 15 de abril de 2017

El mal se disfraza de bien


OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

El mal encuentra en el disfraz, en la sorpresa y en la mentira sus armas más fuertes y eficaces. Los peores males son los que saben parecer ser lo que no son. Sus víctimas son capturadas después de ser deslumbradas por cualquier bello y calmo escenario, diseñado por el mal para ocultarse.

Cuántas veces aquello a lo que algunos llaman justicia, no es sino un disparate de quien ya debía haber aprendido que las cosas, así como las personas, nunca son lo que parece, ni siquiera cuando parecen ser lo que son... La apariencia y la esencia son siempre realidades distintas.

El mal encuentra siempre razones y pretextos, las palabras y las ideas se tornan sus aliados. El mal se combate con el silencio, las obras y el tiempo. Sólo con paciencia se puede alcanzar el bien que se espera. Es necesario sufrir, a veces mucho, antes de que en la oscuridad se haga la luz.

Aquellos que practican el bien son acusados de ser débiles y frágiles. Sólo porque son inocentes hasta el punto de no cuidar de su propio bien. Pero es la pureza y la determinación de no ceder a las tentadoras seducciones de lo que nos quiere hacer menos de lo que somos, lo que nos permite que no seamos esclavizados... al final, nadie de nosotros fue creado para eso. Somos mucho más que el mal de que somos capaces.

¡El mal que hacemos es siempre peor que el mal que nos hacen, así como el bien que hacemos es siempre mejor que aquel que nos hacen!

Cuando uno de nosotros, reconociéndose débil, encara y hace frente al mal... se hace la luz, es un pequeño brillo y cuanto basta para que una enorme oscuridad sea vencida.


 Carlos Ribero


viernes, 14 de abril de 2017

De “Via-sacra para crentes e não crentes”


Por José Nunes Martins, Paulo Pereira da Silva, Francisco Gomes
Ed. Paulus. Lisboa 27 de enero de 2015

8ª  estación

Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén
¡Mujeres de Jerusalén,
No lloréis por Mí!
¡Llorad por vosotras
Y por vuestros hijos!”
...
Pero, ¿Por qué esta gente no llora por sí misma y por aquellos que le son próximos? ¿A caso huyen de lo suyo e intentan encontrar justificación para esa fuga en la compasión por el dolor del otro? ¿O será que perciben que, en el sufrimiento, no hay extraños?
Son siempre los que menos tienen los que más dan. Porque conocen mejor que nadie el valor de lo esencial. Y la grandeza de lo particular.
*****

...
¡Sorprendentemente, el Señor levanta la cabeza y habla a las mujeres! Aquel que casi no abrió la boca ante Pilatos ni ante Caifás, no dice una palabra a los que lo juzgan, habla ahora a aquellas mujeres que lo lloran. ¿Privilegio de amor femenino?
El Señor no se esconde en las lágrimas, no es un desgraciado que padece por su culpa o contra su voluntad, sino para obedecer  al Padre para salvarnos. Una vez más el Maestro instruye…
Se lamenta de que las mujeres ofusquen su esperanza con las lágrimas.
...
“Llorad antes por vosotras y por vuestros hijos…”

9ª estación

Jesús cae por tercera vez
¿Hasta cuándo atacaréis a uno
tratando de derribarlo todos juntos
como a un muro que se desploma
como a una pared a punto de caer?
Sl. 62, 4

Caída. Caída. Caída… mi flaqueza es evidente, sin la menor duda.
...
Se pierde la voluntad de expresar lo que se siente y piensa, se pierde la capacidad de ser  tocado por las cosas exteriores, buenas o malas. Se pierde esta respiración esencial por la cual nos enriquecemos: darse al mundo y dejarse tocar por él. Los otros pisan. Ya poco sentimos. Ya casi no somos nosotros. Estamos ahí, a duras penas, a la espera de todo y de nada… de lo que viniere. Nos condenamos a nosotros  mismos al fracaso absoluto, que llegamos incluso a considerar justo.
...
Si hay algo que se sirve de  mi tristeza para hacer lo peor, también hay algo que necesita de un pequeño rasgo de amor por la vida, para hacer en mí el milagro de la multiplicación de las esperanzas… Sólo el amor me puede hacer mejor de lo que soy.
...
¡Sólo cuando me levanto, después de haberme perdido, es cuando me encuentro… a mí mismo!
*****
Camina sobre la tierra. Tierra dura. Tierra sobre la cual los hombres caminan, siembran, construyen, trabajan, guerrean, se destruyen y se autodestruyen.
...
No es posible ir más lejos: Dios acompaña a la creación. La divinidad acepta las afrentas. La bondad se entrega a los látigos.
Los huesos del Cordero son visibles entre las llagas, su cuerpo no puede más.  
Quebrado, se tambalea y cae.
Es la tercera vez.
...
¿Dónde está el Padre?
En todas partes y en ninguna. Está aquí. Aquí en lo más sensible del cuerpo del Hijo, en su intimidad, se abandona en su espíritu.

10ª estación:

Jesús es despojado de sus vestiduras
“Pero yo soy un gusano, no una persona,
la deshonra del ser humano, la vergüenza del pueblo.
Cuantos me ven, se ríen de mí.”
Sl. 22, 7-8a
...
Un hombre despojado de sus vestiduras es el mismo hombre.
Quien lo despojó, no.
Hay quien cree que la dignidad se pierde en la pobreza.
Hay quien cree que es miserable quien vive en la miseria.
Pero quien pierde la dignidad es quien provoca la pobreza.
Miserable es quien no hace nada en auxilio de los que viven con casi nada.
Exponer la intimidad de alguien no atenta contra su valor.
*****
...
A medida que la Hora se aproxima el silencio crece y la multitud curiosa, con sed de muerte, espera las imágenes irreversibles.
...
El Señor se levanta, grande, lentamente, y contempla la cruz. Su cruz.
Es el pecado lo que mata, no los hombres. Alguien se aproxima, algún soldado que, bruscamente, le quita la túnica sin costura.
El rey está desnudo. Desnudo, frágil y pobre, como cuando vino al mundo en Belén, pero ahora no adorado por pastores y magos.
...
Ahora en la colina, odiado por los hombres. Rechazado, rey proscrito, Hijo desnudo, destituido del amor humano y privado del Amor del Padre. Desnudo, herido, el Rey se viste con la piel del hombre que sufre.
11ª estación:

Jesús es clavado en la cruz
“He ungido a mi rey,
en Sión, mi monte santo!”
Sl. 2,6

...
Tantas veces somos nosotros los que crucifican, los que consideran que es por la vía del castigo implacable como se hace justicia y se alcanza la paz.
Creemos que somos superiores y que podemos y debemos sacrificar a quien nos dice la verdad que duele, por ser verdad.
Pero amar es respetar al otro y comprender sus decisiones. Perdonarlo.
Es permanecer con los brazos abiertos, el corazón bien abierto… a su espera.
Es ir a su encuentro, así que dé un paso en nuestra dirección.
...
Es el infierno de la soledad, del dolor, del absurdo... del escarnio y del esputo.
...
Es la suprema agonía... la del sufrimiento que no tiene fin.
*****
...
Un temor atraviesa el cuerpo de María, cuando el Hijo es llevado junto a la cruz. Se echa sobre ella. De una sola vez, como si siempre hubiese dormido allí.
El Señor se casa con su cruz. Un soldado se arrodilla junto a un brazo. Con duros golpes, espeta un clavo en la carne viva. Se escuchó un terrible grito. El Verbo sufre de su humanidad. Se realiza la profecía del Siervo sufriente.
...
Sangre por todos lados. Sangre que corre sobre la madera, por las manos de los soldados o de la boca del Mesías. Al mismo tiempo que clavaban las manos y los pies del Señor, quedaban clavados y perdonados los pecados de los hombres. Al mismo tiempo que crucificaban el cuerpo, quedaba crucificado el hombre viejo.
...
Una vez más deshace los lazos de sangre para que circule en total libertad la energía del amor. Confía  su Madre a su amigo y su amigo a su Madre.
Tres palabras son proferidas en vómito de amor: Padre, perdónalos.

12ª estación

Jesús muere en la cruz
“Ni en tu fuero interno
maldigas al rey,
ni en tu propia alcoba
maldigas al rico;
porque un pájaro del cielo
correrá la voz
y un ser alado contará el asunto.”
Ecl. 10,20

Los ojos se fijan en aquel que consigue entregar su vida por algo mayor que ella.

...
La muerte es el momento del supremo abandono.
...
La separación es inminente, y el misterio más profundo de la existencia a punto de ser evidente. La verdad.
...
Queda lo que hubiéramos sido capaces de dar.
Quedan los sufrimientos que vencemos y los que no conseguimos sobrepasar.
...
En un salto a lo alto... hacia el misterio de la vida.
*****
...
Desnudo y solitario, abandonado por todos y, en aquel momento, hasta por el padre, carga nuestros pecados, en una constante fidelidad a su misión, revestido por su inconcebible amor por nosotros. El Señor se agota en ese amor  aunque todo se haya consumado: consumatum est.
Su respiración cesa. Son tres horas y la muerte acontece sobre toda la tierra.

13ª estación

Jesús es bajado de la cruz
“Todas las cosas bajo el sol tienen un tiempo y un momento:
Hay un tiempo para nacer
Y un tiempo para morir;”
Ecl. 3, 1-2
...
Ver morir a un hijo es sentir el corazón traspasado por una espada.
Es el corazón de la madre el que muere. Que parte para siempre con el hijo. Pero el corazón del hijo queda, late en el pecho de la madre y de todos los que amó…les da vida…
Sin embargo, todo sucede contra las apariencias.
El amor conlleva  la promoción de la libertad y de la independencia de quien se ama, dejándolo ir. Para siempre...
La verdadera fuerza es la de quien se humilla y va junto a los débiles, ...

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En las oscuras tinieblas, oculto el sol, la tierra tembló, se abrió una brecha en la roca donde fue levantada la cruz y el velo del templo se rasgó de arriba abajo. El templo queda vacío, y  caduco el culto de la Ley Antigua. La verdad está ahí, frente a todos. Desnuda. El corazón parado y traspasado por la lanza.
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José y Nicodemo se aproximan a la cruz y comienzan a retirar los clavos. El cuerpo del Señor cae, pesado y ensangrentado sobre ellos. Lo reciben en sus brazos quedando también ellos con sangre  y agua en sus vestiduras. Lo colocan en los brazos de su Madre.
Siempre que la muerte pasa cerca, se detienen mis ojos  para mirar a esta Madre, a Su Madre,  a nuestra Madre, a mi madre.
¿Por qué sufrir? La respuesta viene de aquí, de esta colina, de este momento. Si el lenguaje de la cruz es locura para los que se pierden, para nosotros, cristianos, es fuerza de Dios. (1Cor. 1, 18)

14ª estación:

El cuerpo de Jesús es colocado en el sepulcro.
“¿No sabéis que yo debo ir a la casa de mi Padre?” (Lucas 2, 49)
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Si el amor por quien ha muerto no se acaba, entonces no es el fin. 
Sepultados en el fondo de los corazones de quienes amamos, permanecemos. Así como todo aquel que muere lleva con él todo cuanto por amor le fue entregado.
 Es tiempo de esperar, de  sufrir con paciencia, a que llegue el tiempo de comprenderlo todo, de conocer el sentido de la vida y del sufrimiento… Antes, tal vez, llegue mi hora…
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Asumir el amor como el camino hacia la felicidad es difícil y muy exigente, pero es lo único que le da verdadero sentido.
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Aquel que vive sólo para sí y el que, por amor, se da a los otros… ambos mueren. Puede ser que ninguna de estas formas de vida tenga sentido, pero también puede ser que sólo una lo tenga…
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Después de lavarlo y cuidarlo, envolvieron el cuerpo del Señor en un lienzo inmaculado. Después es vendado y depositado por José y Nicodemo, en un sepulcro de piedra. El sepulcro es cerrado.
 Esta noche, de la muerte va a surgir la vida.
El Rey está acostado en la roca fría.
 Desciende hasta la oscuridad de la tierra, en la profundidad del tiempo.
 Visita los confines de su reino, abre los túmulos y llama a los muertos. Liberta a los cautivos.
Los que Lo aman Lo siguen.
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¡Ahora, comienza la esperanza!
De “Via-sacra para crentes e não crentes”
Por José Nunes Martins, Paulo Pereira da Silva, Francisco Gomes
Ed. Paulus. Lisboa 27 de enero de 2015

1ª estación:

Jesús es condenado a muerte
“¡Aquí tenéis al Hombre!’ Viendo a Jesús, los sumos sacerdotes y los guardias comenzaron a gritar: ‘¡Crucifícalo!, ¡crucifícalo!’ ‘Aquí tenéis a vuestro Rey’. Ellos comenzaron a gritar: ‘¡Fuera!, ¡Fuera! ¡Crucifícalo!’ (Juan 19,5-6.14-15)

Todos los días somos condenados. De forma más o menos imprudente, hay siempre quien nos señala con el dedo y hace varios juicios respecto de lo que decimos y hacemos, de lo que tenemos, de lo que somos y de lo que no somos...
Es duro ser juzgado de forma precipitada y sin fundamento por quien se cree el centro del mundo...
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Pero cada uno de nosotros hace también lo mismo a los otros...
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El Señor vive una soledad creciente. Soledad por la imposibilidad de entrar en relación con los Suyos y con aquellos que Lo esperaban, por la imposibilidad de confiarse a ellos. Sufre por su aislamiento, en ellos, en nosotros, en mí. Sufre por la aparente simpatía de Pilatos, que no habiendo encontrado falta alguna en Él no llega a una conversión interior, optando por lo más cómodo y eludiendo cualquier responsabilidad.
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Por detrás del rostro del Señor está el rostro de todos los hombres desfigurados, heridos, deficientes, dolientes. “Ecce Homo”, aquí tenéis al Hombre, que da la dignidad a todo hombre. Es sello de alianza entre Dios y los hombres: ¡Quien azota al hombre, azota a Dios!
2ª estación:
Jesús carga la cruz sobre sus hombros

“Pilatos dice a Jesús: ‘¿entonces Tú eres Rey?’
Jesús respondió:
‘Tú  dices que Yo soy rey’ (Jn. 18, 37)
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Los males pesan, siempre. Sean los míos, los del mundo o los de los que amo…hay que aceptarlos primero, para hacerles frente después.

...A veces, la cruz es el camino. Es en el dolor donde el verdadero amor se manifiesta. Tengo que negarme a mí mismo si quiero amar a otro. Tengo que concentrar mi atención en la fuerza de mis hombros, más que en el peso de la cruz. Soy capaz de mucho...
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Hasta los que eran amigos se apartan. Pocos quedan al lado del que va a perder. Pocos son los que escogen  el camino cierto o, al menos, admiran a quien lo escoge.
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... El Señor recibe el madero. Lo toma decidido, ni a la fuerza ni resignado. La cruz es la misión del Padre, nuestra salvación. Comienza el camino que conduce  al lugar llamado Calvario.
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Ser cristiano, seguidor del Señor, implica conseguir que mi yo salga de mí camino, aceptando aquello que verdaderamente soy, sin representaciones, abandonándome o dejándome perder, pronto a recibir, fuerte y corajudo, todos los deseos del Padre.
3ª estación:
Jesús cae por primera vez

 “Jesús, llevando la Cruz a cuestas,
Salió para un lugar llamado
“Lugar de la calavera”
Jn. 19, 17
...Quien ama tiene siempre una razón y una fuerza para luchar contra el mal, por grande que este sea...
Así, en el momento en que creemos que están agotadas nuestras fuerzas, es cuando más fuerzas  surgen  y somos capaces de levantarnos… no, no es un triunfo, porque sólo nos levantamos. El sufrimiento aún dura y está lejos de del fin.
Nos levantamos… y algo se eleva en nosotros.
La dignidad, la voluntad de ser lo que somos, la esperanza de que hay un sentido profundo para cada sufrimiento… aunque no lo podamos comprender.

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El Señor ajusta su cuerpo a la cruz, los hombros y las espaldas dobladas al peso del madero, la mano dolorida por la aspereza de la corteza.
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Su cuerpo se desploma sobre el polvo del suelo.
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Abrazando este polvo de la tierra, el Señor se junta a todos los que  en su vida se arrastran por el suelo.
Nos viene a traer esperanza cuando ella muere y vida cuando ella vacila.

4ª estación:
Jesús se encuentra con su Madre

“¿Quienes son mi madre y mis hermanos?”
Entonces Jesús miró a las personas
que estaban sentadas a su alredor y dice:
“Aquí están mi madre my mis hermanos.
El que cumple la voluntad de Dios
ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”
Mc. 3, 33-35

La madre nunca está lejos. Nunca.
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Quien ama encuentra siempre una forma de hacerse presente.
Siempre. Siempre. Su silencio es voluntad de acoger, es cuidar, es la entrega simple de lo que es más sublime. El amor.

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¡Su hijo es rey! Aclamado por los ángeles cuando nació, por los pastores y por los reyes venidos de lejos.
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Ahora, por tierra, con las manos trémulas en el pecho que arde de amor, María ya no sabe nada.
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El rostro aparece. Es Él, su hijo. El Señor levanta la cabeza y sus miradas se encuentran, se funden.
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La eternidad del amor penetró el tiempo del sufrimiento.

La mirada de María, una madre, la madre, continúa y continuará siempre brillando en el camino de nuestras vidas, incluso cuando todo parece oscuro y el padre ausente.
5ª estación:
Simón de Cirene ayuda a Jesús

 “…cogieron a un tal Simón,
de la ciudad de Cirene,
que regresaba del campo,
y lo forzaron a llevar la cruz detrás de Jesús”
Lc. 23, 26
Nuestros cálculos no son acertados.
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Cargamos nuestras cruces en conjunto para seguir adelante y también para animarnos unos a otros… otras veces, durante algún tiempo, nos llevamos unos a otros.
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Aliviar el dolor de alguien es una tarea divina.
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Poco, con amor, es mucho. Todo, sin amor, no es nada.

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Para el Hombre-Dios, aunque aliviado en algunos pasos de la cruz, el peso es cada vez mayor a medida que pasa el tiempo.
Pesada. Siempre más pesada la carga de los pecados consentidos en actos irreflexivos, en fallos justificados por las flaquezas humanas…
Se establece una complicidad, una hermandad en la carne. Como si Dios tuviera necesidad del hombre frágil y débil… Dios necesita del hombre porque Dios es amor y Amor es relación. El amor desciende, sirve, se hace pobre, vulnerable.
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Desde siempre, en el seno de la Trinidad, el Hijo vio la Cruz, entre el Padre y el Espíritu, cortando la Historia en dos partes.
6ª estación:
La Verónica enjuga el rostro de Jesús.

“Quien Me ve,
Ve también a Aquel que me Me envió.
Yo vine al mundo como luz”.
Jn. 12, 45-46
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Quien me reconoce y respeta, aún cuando son evidentes las heridas y las cicatrices de mis luchas, quien se arriesga para estar un segundo conmigo en esas profundidades, quien no recela del contagio inevitable de los dolores, quien con verdad se acerca y cuida de mi, ese merece todo.
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Una mujer, anónima, con su velo blanco de un blanco inmaculado,  sale de la multitud y atraviesa el terrible cortejo.
Con gesto seguro y rápido se quita su velo y se acerca al Señor.
Tomando en sus manos el paño blanco, Le limpia delicadamente el rostro.
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Mostró delante de todos su amor con un gesto apasionado de confianza, sencillo, inmenso, intenso.
7ª estación:
Jesús cae por segunda vez

 “Pero, al caer yo, ellos se alegran,
se unen todos contra mí,
me hacen daño y nada entiendo,
me desgarran sin cesar.”
Sl 35, 15

A cada paso el camino se vuelve más largo…
Sufrimos lo que no merecemos. Pero la tristeza sólo es absurda cuando no se sabe por qué se lucha… mientras no se consigue ver  sentido alguno en el dolor…
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Pero, aunque estemos caídos en el suelo, estamos en camino, estamos haciendo camino, el nuestro.
Ese que es necesario llegar hasta el final… hasta el punto más alto… porque no somos de ningún agujero.
Los ojos en el Cielo.
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El Señor es su cuerpo: huesos, músculos, nervios, respiración, pulsaciones, ojos, pelo… “Me diste un cuerpo”.
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Ahora, solo y terriblemente cansado, en medio de aquella multitud ruidosa, grosera e insolente, el Señor continúa su camino. “He aquí que vengo para hacer tu voluntad.”
El Señor cae. Es la segunda vez.
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Con nuestro hábito de querer retirar los calvarios de nuestra vida, sorteándolos en nuestro camino, ¿Será que no acabamos con el más simple y puro deseo de amar?