sábado, 15 de abril de 2017

El mal se disfraza de bien


OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

El mal encuentra en el disfraz, en la sorpresa y en la mentira sus armas más fuertes y eficaces. Los peores males son los que saben parecer ser lo que no son. Sus víctimas son capturadas después de ser deslumbradas por cualquier bello y calmo escenario, diseñado por el mal para ocultarse.

Cuántas veces aquello a lo que algunos llaman justicia, no es sino un disparate de quien ya debía haber aprendido que las cosas, así como las personas, nunca son lo que parece, ni siquiera cuando parecen ser lo que son... La apariencia y la esencia son siempre realidades distintas.

El mal encuentra siempre razones y pretextos, las palabras y las ideas se tornan sus aliados. El mal se combate con el silencio, las obras y el tiempo. Sólo con paciencia se puede alcanzar el bien que se espera. Es necesario sufrir, a veces mucho, antes de que en la oscuridad se haga la luz.

Aquellos que practican el bien son acusados de ser débiles y frágiles. Sólo porque son inocentes hasta el punto de no cuidar de su propio bien. Pero es la pureza y la determinación de no ceder a las tentadoras seducciones de lo que nos quiere hacer menos de lo que somos, lo que nos permite que no seamos esclavizados... al final, nadie de nosotros fue creado para eso. Somos mucho más que el mal de que somos capaces.

¡El mal que hacemos es siempre peor que el mal que nos hacen, así como el bien que hacemos es siempre mejor que aquel que nos hacen!

Cuando uno de nosotros, reconociéndose débil, encara y hace frente al mal... se hace la luz, es un pequeño brillo y cuanto basta para que una enorme oscuridad sea vencida.


 Carlos Ribero


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