(Porque la pregunta que hace el autor a los
portugueses podría ir dirigida a cualquier ciudadano, de cualquier parte del
mundo, y porque su respuesta nos atañe a todos, merece la pena que leamos su planteamiento…)
JOSÉ MIGUEL PINTO DOS SANTOS
07/09/2015 - 06:18
¿Y hoy, de qué leyes contra natura son esclavos
los portugueses?
Ha costumbres e
instituciones que son intrínsecamente malas, siempre y en cualquier parte. Son
cánceres sociales que deshumanizan a todos los que entran en contacto con
ellas, se como víctimas, sea como beneficiarios.
Son acuerdos sociales
que la conciencia individual y colectiva reconoce como siendo, de algún modo,
fundamentalmente perversos ‘contra natura’, pero que son defendidos como
derechos y protegidos por los intereses establecidos. Y el drama está en que,
cuanto más esenciales fueran para el éxito individual en esa sociedad, mayor
grado de infelicidad humana generan.
Pocas instituciones son
tan universales como la esclavitud: fue practicada en China y en la India, por
egipcios y judíos, islamitas y huitzilopochitlitas. Ya existía en la
prehistoria y continuó siendo practicada a lo largo de la historia hasta hoy. En
algunas sociedades tuvo importancia reducida, pero otras, como la romana,
especialmente bajo el imperio, dominaba todos los aspectos de la vida social y
económica. Sin embargo, tan católica era la institución como el reconocimiento de su iniquidad. Sea
donde fuere que la palabra escrita haya sobrevivido, del Japón medieval a la Roma
antigua, podemos encontrar testimonios, unos tímidos, otros claros, de la
repulsión que la institución suscitaba. No sólo Filón de Alejandria (20 aC . – 50 dC.) escribía
comentando la ley hebraica que “pues los esclavos son libres por naturaleza,
ningún hombre es naturalmente esclavo”, pero generaciones de alumnos de derecho
romano, en todo el imperio, memorizaban la definición de Florentinus (floreció
en el s. II), más tarde incluida ‘ipsis verbis’ en el Código de Justiniano: “La
esclavitud es una institución de la ley de las naciones, contraria a la
naturaleza, por la cual uno es hecho propiedad de otro”.
¿Puede, por tanto, la
ley positiva permitir lo perverso e instituir lo que va contra la naturaleza
humana? Desgraciadamente, poder, puede. ¿Cómo? Negando la evidencia; en el caso
de la esclavitud, negando la humanidad de los esclavos con argumentos espurios (su
inferioridad física o intelectual, o el color de su piel), un ejercicio hecho poco
convincentemente desde Aristóteles (384 -322 aC .) por todos los defensores de la
institución. ¿Por qué? Porque hay poderosos intereses en juego: el prestigio
social que el número de esclavos da a su propietario, o su capacidad de
apropiarse de la riqueza por ellos ganada. ¿A qué precio? Incalculable
sufrimiento de unos, y embotamiento moral de los otros.
¿Y hoy, de qué leyes
contra natura son esclavos los portugueses?
Professor de Finanças,
AESE
http://www.publico.pt/economia/noticia/escravaturas-1706991
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