lunes, 12 de octubre de 2015

Monos de imitación


JOSÉ MIGUEL PINTO DOS SANTOS 

16/06/2015 - 05:44
 http://www.publico.pt/economia/noticia/macacos-de-imitacao-1699019

La ansiedad por imitar a los otros cobra un precio en felicidad humana.

El deseo de imitar es una motivación humana poderosísima. Nosotros, los hombres, tenemos la tendencia de desear algo, no tanto por la necesidad que tengamos de ello, ni siquiera por su utilidad o bondad, sino porque el otro lo posee, o porque otro lo desea.

Si alguien duda de esto, puede comprobarlo fácilmente observando la dinámica de niños de tres años jugando: el juguete que yacía olvidado en el suelo se vuelve motivo de deseo y disputa en el momento en que uno de ellos lo coge. La importancia de la imitación no se desvanece con el paso a través de la adolescencia hasta la edad adulta, antes al contrario. Esto se puede observar en todas las actividades humanas. En los mercados financieros, cuando un inversor de referencia comienza a comprar, se nota que muchos otros dan orden de compra.

Esto era especialmente evidente cuando, en tiempos que ya quedan lejos, las transacciones se hacían en sala, o en pits. Un grito de “¡compro!”, con un vigor especialmente entusiástico, generaba inmediatamente decenas de otras órdenes de compra, sin que nadie supiera bien por qué. Y lo mismo acontecía, poco después, con los “¡vendo!”  Las euforias y pánicos financieros son esencialmente fenómenos de imitación. En otras áreas llamamos a la imitación “moda”. Y hay modas para todo. Hay modas en la alimentación y en el vestuario. Hay también los cirujanos y los abogados de moda. ¡Hay modas hasta en poesía y en la espiritualidad!

Este mecanismo de dinámica social fue descrito minuciosamente por René Girard, un filósofo y crítico literario, que lo caracterizó como “un deseo mimético triangular”: el sujeto desea el objeto porque un modelo, o referencia social del sujeto, lo posee o también lo desea. Porque los recursos son escasos, este deseo es esencialmente competitivo y, según Girard, está en el origen de la mayoría de los conflictos que asolan la sociedad humana. Asume un aspecto aceptablemente civilizado en economías de cooperación voluntaria y más o menos sanguinario en otras formas de organización social.

Aunque pudiera ser, en condiciones benignas, un motor de desarrollo económico, esta ansiedad por imitar a los otros cobra un precio en felicidad humana. El ansia de poseer lo que los otros tienen, sólo porque ellos lo tienen, es profundamente alienadora y generadora de insatisfacción, porque es insaciable. Piense en esto antes de contraer un préstamo para comprar el último modelo de lo que quiera que sea, especialmente si tuviera uno que aún sirve. Y, para mantener su salud y libertad, acuérdese del antiguo precepto: “Escucha, Oh Israel: […] Art.º 9 No desearás la mujer de tu prójimo; Art.º10 No codiciarás los bienes ajenos.”

Professor de Finanças, AESE

     

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