Emanuel Lomelino
Esta mano que en otro
tiempo te amparó
es la misma que tú
ahora no deseas
por muy mal que la sientas y veas
fue esta mano la que
siempre te sostuvo.
Esta mano que en el
dolor te reconfortó
es la misma que odias,
ya no besas,
y fue la razón por la
cual no lloras
fue mi mano la que te
secó el rostro.
Esta mano que ahora
apartas y de la que reniegas
siempre te apoyó en la
oscuridad y a ciegas
en todas las batallas
que tú libraste.
Esta mano que nunca se
fue de tu lado
es la mano a la que yo
había renunciado
es la misma mano que yo
te dí y tu rechazaste.
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